Los labios potentes como los rojos, el borgoña, etcétera, están más de moda que nunca, pero con ellos hay que tener cuidado para que no sobrecarguen el look por el que hemos apostado.
Por María Muñiz
A pesar de la mascarilla, las tendencias en maquillaje de labios han seguido escribiéndose y si una ha sido la que está por encima de las demás, ésa es la máxima de llevar los labios del color más intenso imaginable. Borgoñas, burdeos, negros y, por supuesto, rojos intensos no han dejado de verse una vez retirábamos la mascarilla a pesar de lo complicado que resulta que el labial se quede fijado.
Pero pintar los labios de este tono tiene cierta complicación. Y no sólo por no salirnos del labio ya sea al maquillarnos o cuando pase un tiempo después de aplicarlo. Estos colores son capaces de eclipsar el resto de pasos del maquillaje y lo peor, sobrecargar el look si además hemos decidido hacerlo más complejo, poniendo sombra de ojos y un blush que cobre presencia.
Hasta el momento pensábamos que esto ni siquiera era posible porque con los labios intensos sólo van maquillajes sencillos, siendo ellos los protagonistas. Pero esto ocurría porque estábamos aplicando mal el pintalabios. Y es que, quien dijo que éste era el último paso, se equivocaba: «Uno de los riesgos de usar un color muy poderoso es que el resultado final sea un poco excesivo. Para evitar esa posible saturación, hay un truco muy sencillo: comenzar por los labios», recomienda Eliecer Prince, National Makeup Artist de Guerlain.
¿Cómo?
Es decir, según apunta el experto, primero se prepara la piel, se aplica la base de maquillaje y, justo después, se maquillarían los labios, de tal forma que después podemos maquillar el resto del rostro en función de los labios. «Al tener esta referencia ya marcada, es más fácil encontrar el punto justo y conseguir un look con mucho poder y armonioso a la vez», añade.
Nunca pensamos que un truco de maquillaje pudiera ser tan sencillo ni que el orden de los factores alterase tanto el resultado.