En temporada de calor, no hay nada mejor que un buen pedicure... “El pie es una pieza maestra de ingeniería; es una obra de arte” la cita es, nada más ni nada menos, que de Leonardo da Vinci. Y a un genio no se le chista, se le acata y punto. Y puesto que cada cuerpo se sustenta sobre un par de obras de arte, hay que tener la decencia de rendirles el tributo que merecen. Antes de empezar con la lectura de este artículo, baste decir que lo más importante durante todo este proceso es aplicar la lógica, el sentido común; porque el cuidadodel pie tiene sus pautas, pero casi todas vienen regidas por el ídem. Sabemos que los pies son la parte del cuerpo que más suda y por tanto la que mayor suciedad alberga. ¿Solución? Si la costumbre te lleva a la ducha por la mañana, asegúrate de darles un baño con agua tibia antes de ir a dormir. Así evitarás llevarte a las sábanas cualquier resto de suciedad. Es importante poner el foco de atención entre los dedos (también a la hora de secar los pies).
Repetimos la consigna, sentido común: ¿si hidratamos todo el cuerpo, a diario y sin excusa, por qué no extendemos la capa de crema a los pies? A menudo son los grandes olvidados, y son los más necesitados. En tanto que aplicar la crema, es necesario frotar y masajear la planta y el empeine; pero cuidado con las cantidades, porque un exceso de crema –con su aporte de aceites– puede favorecer la aparición de hongos. La sequedad en los pies es un problema, pero la humedad puede serlo quizás incluso más. Uno de los hongos más comunes es el pie de atleta, que propicia su aparición en pies húmedo. Con el cambio de calcetín ya atajamos gran parte del problema, pero no está de más repetir que conviene proteger el pie en caso de tomar duchas en lugares públicos. Los otros grandes enemigos de un pie saludable y bonito son las durezas y los callos. Estas hiperqueratosis suponen el engrosamiento por una mayor cantidad de células en la zona, debido a un roce extremo causado por la presión del pie contra al zapato o de un hueso deformado. Dos sencillos pasos devolverán la higiene y la salud al pie de forma rápida: de entrada una exfoliación, para desprenderse de las capas muertas de la piel del pie. La correcta hidratación en la zona, con especial atención al foco del problema, es el modo de ir suavizando la piel; importante: la constancia.