Descubre cómo lograr ese look perfecto con tan solo 9 trucos fáciles de maquillaje que nunca se te olvidarán (y si eres principiante, te iniciarán).
Maquillarse es todo un arte. A pesar de que ya, a estas alturas, hemos tomado cierta destreza en la materia, todavía hay ciertos aspectos que se pueden resistir y, reconozcámoslo, se depositan mucho tiempo y energías en conseguir un buen maquillaje.
Pero es que, el maquillaje perfecto tiene truco. En concreto, diez que ha dado la maquilladora Cristina Lobato y que lo hacen realmente mucho más fácil de lo que se piensa cuando nos enfrentamos a él a primera hora de la mañana.
Color y no cobertura
“Pensar que la cobertura soluciona cuando la solución es el color”, dice la maquilladora, y es que muchas veces pensamos que cuanto más se cubra mejor, y no. “El principal error es pensar que a mayor cobertura, más se va a cubrir la imperfección. Querer corregir con un producto absolutamente todo es un error muy común y no es así. Generalmente vamos a conseguir cubrir con el color y no con la cobertura”, apunta.
Maquillar la ojera
“La ojera nace desde el párpado superior y asciende hacia abajo pero no llega a introducirse en la zona de la bolsa. Por eso es recomendable dejar la zona de la bolsa libre de producto”, es decir, nada de volverse loca aplicando corrector hasta prácticamente el pómulo.
A esto se añade el paso a paso a seguir: “a la hora de corregir, si es una ojera imperceptible, simplemente con iluminar la zona con un tono beige natural o la propia base se va a cubrir. Cuando está más pronunciada, neutralizamos la zona con un tono salmón. Una vez neutralizada con un tono anaranjado pasamos a neutralizar el tono anaranjado con el tono beige: o con base o con un corrector”, explica Cristina.
La base de maquillaje
“Escoge la base de maquillaje según tu tipo de piel. Hay muchísimas bases con diferentes texturas y composiciones con lo que es importante tener en cuenta el tipo de piel que tenemos.” ¿Cómo probarla? “Nunca probar los tonos de base de maquillaje en la mano, nada tiene que ver con el tono del rostro. Recomiendo probar la base en la zona de la mandíbula hacia el cuello. La base siempre se tiene que fundir con la tonalidad del cuello, el color en el rostro lo aplicaremos después con bronzer y rubor. Es preferible un tono por debajo a uno por encima, sin embargo, lo ideal es que sea el mismo tono de nuestra piel”, apunta Lobato.
El primer es básico
Es fundamental, siempre, preparar la piel siempre antes de empezar a maquillar para que los productos se fijen mejor, y los resultados sean más luminosos. Para esto es necesario un buen primer. Hay de muchos tipos, así que elige el que más complemente tu base.
Las sombras de ojos
En cuanto a las sombras de ojos, Cristina Lobato recomienda empezar con técnicas muy sencillas, es decir, no hagamos del maquillaje un reto. “Aplicar un solo tono en el párpado móvil y difuminar hacia el párpado superior para que vaya en degradado, por ejemplo, con un tono de intensidad tipo ocre pero que tenga algo de luz y brillo. Unificar con sombra color piel bajo el arco de la ceja para finalizar”, detalla.
El delineador
El delineador genera mucha frustración porque, a pesar de ser un básico del maquillaje, rara vez nos sale perfecto. La maquilladora recomienda practicar con un lápiz de ojos maquillando a ras de las pestañas, desde el lagrimal hacia la raíz de las pestañas, quedándonos en el exterior. Con un pincel biselado se difumina para crear el delineado, lo hacemos con ese mismo lápiz y lo arrastramos.
Primero la mirada
Siempre se ha pensado que la forma de maquillar es primero utilizar primer, base y después todo lo demás pero no, lo primero que haremos será maquillar los ojos. “Empezamos el maquillaje por los ojos por si caen restos de sombra sobre la piel. Trabajamos el ojo, limpiamos y aplicamos la base”, desvela la experta, así evitaremos arruinar todo el resultado con las sombras de ojos.
Máscara de pestañas
“Se pueden aplicar dos capas. Primero un ojo y luego el otro, así dejamos actuar la primera capa. Si lo hacemos en el mismo ojo dos veces seguidas puede apelmazarse todo el producto”, indica.
Además, “la máscara tiene una caducidad máxima de 6 meses. Es muy importante revisar su estado pasado este tiempo porque genera bacterias que nos pueden crear problemas de conjuntivitis en los ojos ya que el producto no está en óptimas condiciones”, añade.
Último paso, el sellador
“Una vez aplicada la base sellamos con polvo. Una vez sellado con el polvo no podemos volver a aplicar ningún producto fluido o en crema porque nos creará un efecto pastoso y cuarteado. No sellamos nada hasta que no tengamos claro que el resultado es lo que queremos.”
Originalmente publicado en Harper’s Bazaar en Español por María Muñiz.