El Rey Sol: Alessandro Michele ha reinventado la Casa de Gucci, la cual cumple 100 años, con su atrevida extravagancia y un estilo muy divertido que ha atraído a un clan de estrellas, incluyendo a la dinámica Lou Doillon, quien modela las espectaculares creaciones de la marca en esta sesión. Aquí, el diseñador invita a Sasha Slater a su maravilloso mundo…
Alessandro Michele y toque de creatividad
Está lloviendo sin parar en Londres, pero en la oficina de Alessandro Michele, en un palacio romano, el sol está brillando a través de las ventanas enmarcadas, con los rayos moteando las hojas de algunas lujosas plantas e iluminando una mesa de caoba, en la que hay enormes libros de cuero rojo, envases de cerámica, domos de cristal y lo que parece una Madonna medieval tallada en madera, todos agrupados enuna seduc- tora composición. El director creativo de Gucci está sentado dándole la espalda a todo este esplendor, usando una playera verde y un par de lentes, con una vibra setentera hablando a través de Microsoft Teams acerca de nacimientos, muertes, pandemias, arte y decoración. Michele tiene 48 años y ha trabajado para la marca italiana de moda y accesorios desde el 2002, pero con su fluida melena negra, barba tupida y curiosidad sin fin, aparenta menos edad. Tal vez también es en parte a su habilidad super natural de predecir y definir cuál será la siguiente tendencia. Los miembros de la familia de embajadores de la marca -que él mismo eligió- es una selección envidiable de los más talentosos, hermosos y excéntricos, desde la artista favorita de la generación Z, BillieEilish, hasta Harry Styles, quien transformó su fama de boy band en algo mucho más intrigante.
“Todos tenemos una personalidad que logra sobresalir”, confiesa el Rey Sol
Este nuevo Styles se ha consagrado gracias a la ayuda de un guardarropa de género fluido de prendas Gucci, como la brillosa bolsa con un asa de bambú que Grace Kelly no hubiera despreciado, y que llevó a los Brit Awards de este año. Lou Doillon, la actriz y cantante que aparece en esta fashion story, es otra. Se llama a sí misma una integrante de “los niños de Gucci” que puede divertirse con las creaciones de Michele.
“Sus prendas siempre dejan espacio para tu personalidad”, dice. “En la alta moda te arriesgas a ahogarte en la ropa y convertirte en una marca con piernas. Para Alessandro, todos tenemos una personalidad que logra sobresalir y creo que es porque tiene un tremendo respeto por los demás”.
Michele ha vestido a hombres y mujeres -o como él lo dice sencillamente, “a todos”- en sus exuberantes diseños desde que el puesto le fue asignado en 2015, presentando su colección debut con aplausos eufóricos.
Alessandro Michele: una visión única...
En ese entonces, su visión de hombres jóvenes en blusas con moños y trajes florales, así como mujeres en sombreros con encaje y borlas, fue algo revolucionario. En su más reciente show, para otoño/invierno 2021, las mujeres usaron cascos de equitación con arneses, y los hombres prendas con lentejuelas negras con los hombros al descubierto. Y los modelos de ninguno y todos los sexos usaron alta joyería en la pasarela que, aunque no es algo inaudito, ciertamente no es común. Culpando a la austeridad posterior de la Segunda Guerra Mundial por alejar a los hombres del placer de las piedras preciosas y los adornos, Michele busca engalanarnos a todos en rubíes, zafiros, ópalos, tsavoritas y berilos.
“Nos vemos más salvajes con joyas”, dice en su encantador acento italiano, aunque es muy fluido en ingles. “Más como un animal. Somos los animales menos coloridos en el mundo, así que colocar joyas en nuestros cuerpos nos conecta con la tierra y podemos parecer aves exóticas”.
El show Aria para celebrar a la marca italiana
El show también fue una celebración de cumpleaños para la Casa de Gucci, que festejó 100 años. Fundada en 1921 por un exbotones de Milán, Guccio Gucci, como una tienda florentina de productos de cuero, la firma creció y se expandió. John Kennedy llamó a Aldo, el hijo de Guccio, “el primer embajador italiano de la moda”, y la casa floreció en los años de gloria de Ci-neccittà y La Dolce Vita. Después del desgaste de los dramas familiares con asesinatos relacionados en la década de los 80, PinaultPrintemps Redoute adquirió Gucci en 1999 cuando Tom Ford llevaba cinco años en el puesto de director creativo y el nombre de Guccihabía vuelto a la cima. De acuerdo con Michele, un traje de terciopelo rojo de Tom Ford fue el que “hizo famosa a Gwyneth Paltrow”. Y retomó la creación de su predecesor –tanto para hombres como para mujeres- en el show de Aria. Otra pieza que sobresalió fue una pequeña minaudière con cristales incrustados en la forma de uncorazón anatómico que, según Michele, significa “el corazón de la marca. Es como el Santo Grial. Es el corazón de la moda que seencuentra vivo”. Hubo otros reconocimientos elegantes de la historia de la casa en la colección, dentro de los crops, los mocasines yel uso del logo GG. El espectáculo fue transmitido en el website de Gucci.
El soundtrack fue una mezcla de canciones que hacen referencia a la marca y, de acuerdo con Michele, fue un reto crearlo.
“Realmente traté de profundizar en lo que significa para una marca es- tar en medio de un alocado aniversario en este momento”, afirma. “Traté de lograrlo por medio de canciones que referencian a Gucci, y comencé a contarlas”
Esto demostró ser una tarea imposible con los investigadores, continuamente encontrando nuevas presentaciones de Jay-Z, A$AP Rocky y Dita Von Teese.
“Tal vez es demasiado tratar de contar la historia de la moda concanciones”, dice Michele con arrepentimiento. “Cada semana regresábamos diciendo, de hecho no son sólo 2,000 canciones, hemos encontrado otra”.
Pero fue un reto que reveló algo acerca de la marca y también de su director creativo.
“Significaba que no tenemos 100 años, sino un año. La firma es como un bebé. Y creo que Gucci es un tipo de excepción. Cuando piensas en marcas con un pasado, sientes su historia, pero con Gucci piensas en algo contemporáneo”.
Esto es, para el diseñador, una alquimia única. “Si piensas en Tom [Ford]”, explica Michele, “estaba intentando contar la historia del periodo hedonístico de Nueva York, con Halston.
Y eso fue hace mucho tiempo, pero cuando comenzó a hablar en ese lenguaje, el resultado fue increíble”. De hecho el Gucci de Tom Ford, consus largas líneas y colores de joyas, encapsuló los 90. De la misma manera, el show Aria, que generosamente referencia (con permiso del diseñador georgiano) a Demna Gvasalia, de Balenciaga, en sus siluetas y branding, se sentía afanosamente moderno. En la moda es raro compartir de esta manera, un hecho que el director y CEO de Kering, Gucci y dueños de Balenciaga, enfatizóen el show. François- Henri Pinault dijo:
“He visto cómo las innovadoras, inclusivas e ico- noclastas visiones [de Alessandro y Demna] están alineadas con las expectativas y deseos de las personas hoy día”.
Una vez que las restricciones de viajes en Italia fueron parcialmente modificadas, Michele dejó Roma con su pareja de más de una década, Giovanni Attili. Éste es un ingeniero especialista en el medio ambiente y un profesor de la Universidad Sapienza en Roma; es igual de hirsuto que el diseñador y tienen una similitud física impactante. Se dirigieron a su casa de campo en la frontera de Umbria y Lazio con sus terriers bostonianos Orso (Oso) y Bosco (Bosque), cuyasimágenes, por supuesto, aparecieron en la coleccióncápsu- la de Gucci.
“Fui en junio y me quedé todo el verano trabajando desde casa, divirtiéndome con mifamilia, mi pareja y mis perros”, recuerda. “Y algunos amigos que iban y regresaban, y otras personas del trabajo”.
Una de las grandes revelaciones de la cuarentena, para Michele como para muchos otros, fue la oportunidad de ver cómo evolucionan las estaciones.
“Vi las nubes venir, el amarillo cambiante del sol y también a las hojas transformarse. Ahora tengo en mi cabeza el sonido del viento que vino en el invierno”.
También vio el otoño por vez primera, llamándolo “la intertemporada que nunca había visto porque siempre estaba en Milán, Roma,Londres, Nueva York y en otras partes del mundo. Recuerdo reconocer las temporadas porque losmostradores de las tiendas cambiaban, pero ahora pude verel fin del verano en la mitad de un sorprendente paisaje”.
“ME SIENTO MÁS PUNK”, confiesa Alessandro
Michele habla y piensa como un poeta.
Sus conferencias de prensa después de los desfiles son famosas entre los fashionistas por ser filosóficas y gnómicas, y aparentemente nada que ver con la pirotecnia de la pasarela que acaba de mostrar. Esto ocurre porque el diseñador es un polímata cuyas influencias varían desde la religión medieval hasta pinturas antiguas y, por supuesto, el rap y la cultura pop. El título de la colecciónde alta joyería que mostró es Hortus Deliciarum, a Garden of Delights, que él mismo ve como una manera dedescribir el Edén, o un paraíso en la mitología clásica: “Es un lugar de belleza, pero que no está muy bien definido…una hermosa manera de describir algo que va más allá de nuestras percepciones”. Porque Michele se inspira entodo, e incluye casi todo en la colección, desde piezas con temáticas dionisias hasta cascadas de diamantes, cabezasde tigres y delicados moños. La alta joyería, donde las enormes y exquisitas piedras son diseñadas por artesanos espectaculares, es una especialidad que usualmente les lleva muchas generaciones para poder perfeccionar. Y la marca no fue necesariamente una elección natural para producir dichas piezas.
“Gucci realmente no está conectada con la joyería”,confiesa Michele. “Pero ¿por qué no? Es una firma hermosa y poderosa. Y si estoy invirtiendo mi alma y creatividad en ella, unaparte de mi creatividad y de mi alma es que amo decorar a los hombres, mujeres y personas con este tipo de cosas. Así que es una buena razón para hacer algo más. Es una buena razón para jugar, como un niño”.
Respecto a cómo el cliente de Gucci respondería a la nueva aventura, Marco Bizzarri, CEO de Gucci, es lo suficientemente astuto para no distraer a Michele con pláticas de ventas -sin importar lo estratosféricas que sean–. Como dijo alguna vez:
“Quería tener una culturaempresarial donde las emociones y la creatividad fueran la esencia, y el negocio simplemente seguiría sus pasos. Un lugar donde la creatividad sea guiaba por la alegría y la felicidad”.
Lo que significa que Michele es completamente libre de soñar y manipular el oro (o tejerlo, algo que ha logrado hacer impresionantemente bien). Entre todas las pasiones e intereses de Michele, parece que su amor por la joyería es el que más destaca.
“Soy un coleccionista”,explica. “Estoy obsesionado con la joyería”. Su pasión se remonta a su abuela materna. “Era una mujer increíble, muy ruda, elegante y conmucho estilo. Estaba verdaderamente obsesionada con las joyas”, recuerda. “Con ella aprendí lo hermoso que es comprar una. Pasabamucho tiempo en distintas tiendas cuando se encoentraba en su proceso de selección. Recuerdo lo cautivado que estaba frente a esas maravillosas piezas”.
Michele creció en Roma, su padre trabajaba en la aerolínea italiana, Alitalia, y su madre, antes de su nacimiento, laboraba en la organización Rank y conservó los glamurosos vestidos que había usado en las premieres y eventos durante su carrera.
“Amaba las divas que se iban a dormir con su maquillaje y su cabello perfecto. Estaba muy conectada a esa era. Me siento más punk. Era un momento en el que las personas jugaban con su personalidad, transformándose constantemente. Porque tu apariencia tiene poder y los punks comenzaron a cuestionar las políticas del poder y la manera en que se veían”, afirma el director creativo actualmente.
Gucci en las manos de Alessandro Michele
Tal vez, es esta colisión familiar de punk y per bene el término italiano para la mentalidad de la burguesía-, lo que causó una fricción, aunque amorosa, entre Michele y su abuela.
“Siempre estábamos peleando. Recuerdo que mi mamá le decía a la suya: ‘¿Cómo puedes empezar una pelea con un niño de ocho años?’, y mi abuela respondía: ‘Pero es terrible. Tienes que escuchar todo lo que está diciendo”
Al fallecer, su abuela le dejó las joyas a la hermana de Michele quien, según él, prefiere usar joyería personalizada. “Siempre dice: ‘No me dan ganas de usaresas hermosas piezas, me siento incómoda’. Pero me siento muy cómodo usándolas”. Así que Michele tomó un hermoso y enorme brazalete de los años 30 con un broche de rubí de la colección de su abuela para usarlo todo el tiempo.
“Y mi hermana me dijo: ‘Wow, si mi abuela te viera usando este brazalete, te mataría’. Y alguienrobó el brazalete. Pensaba que tal vez había sido mi abuela, que no me quería dar esta pieza. Estoy seguro que ella me lo quitó”.
Ya sea que hayan sido reacciones super naturales o no, es cierto que las artes ocultas tienen un lugar en la vida y trabajo de Michele. Su colección de pinturas antiguas acaba de ser entregada en su nuevo hogar con Attili -un antiguo edificio que dice que se siente frío en el cálido verano de Roma- y está descifrando dónde colocar cada pintura. Una imagen de Instagramtomada por Attili (“que es muy bueno con la cámara”) muestra a Michele usando un enorme chaleco de cordero mongol,arrodillado entre sus pinturas renacentistas, que estaban recostadas en el piso de mármol.
“Son una gran inspiración”, confirma Michele. “Estoy obsesionado con las pinturas inglesas. Me fascina el concepto Tudor, hay algo misterioso y un poco espeluznante. La manera en que me miran es muy cinemática”.
Su favorita es “Mary Tichborne, Condesa de Warwick”, pintada en1541. “Se ve como una diva contemporánea”, dice.
“Tiene un hermoso pelo rojo y unos fabulosos anillos en sus delicadas manos y está vestida completamente de negro”.
Se sentiría como en casa en la ecléctica pasarela de Michele, cuyo casting ha sido aclamado por celebrar el amplio espectro de la belleza extravagante. Hoy, Michele está usando una decena de anillos -al menos uno en cada dedo- y parece muy relajado. Se siente como si el año pasado, aunque haya sido un reto, fue algo bueno para él. Pero siempre se ha sentido cómodo consigo mismo y lleva su extraordinario éxito a Gucci, y la presión que seguramente esto conlleva.
“Estoy muy orgulloso de mí”, confirma. “Soy lo suficientemente valiente para cambiar sin obsesionarme con las críticas. Pero quiero ser sincero conmigo mismo y con las personasque están viendo lo que hago. A fin de cuentas estaba tratando de encontrar vida y creatividad dentro de la locura de la pandemia. Eso implicó pensar de una manera poé tica, entendiendo que hay luz después de la oscuridad”.
Evidentemente al final, es la mezcla personal de Michele de punk, pop y poesía lo que nos llevará a un futuro mucho más resplandeciente.
Modelo: Lou Doillon. Peinado:Cyril Laloue para Wise & Talented, usando Maria Nila. Maquillaje: Tiina Roivainen para Airport Agency Paris. Manicure: Brenda Abrial paraWise & Talented,usando KureBazaar. Asistente styling: Lucie Petit. Producción: Louis 2 Paris.
Sigue leyendo...
Thierry Mugler: Couturissime, la exposición más esperada llega a París