Nieta de Grace Kelly, musa de Karl Lagerfeld y poseedora de una personalidad rebelde y auténtica… con esa mezcla de ingredientes y un dosis extra de belleza, Carlota Casiraghi se ha colocado en el top de íconos de estilo entre los royals. A diferencia de Kate Middleton o la Reina Letizia, Casiraghi prefiere mantener un perfil bajo, sus apariciones públicas son muy selectas, pero cada vez que se deja ver se asegura de verse fabulosa, un poco misteriosa y siempre fiel a su estilo.
Carlota lleva el glamour en la sangre. Desde que era una adolescente, las firmas de moda la bombardeaban con propuestas que iban desde invitaciones a las front rows de sus desfiles, hasta propuestas para protagonizar sus campañas, pero ella nunca aceptó. Gracias a que su madre, Carolina de Mónaco, siempre trató da darle a sus hijos una infancia “normal” y lejos de la farándula, Carlota creció como una mujer reservada y misteriosa (característica que parecía fascinar más y más a las marcas).
Fue hasta que Frida Giannini, ex directora creativa de Gucci, se puso en su camino, que la royal decidió que ya era hora de salir a la luz y prestar su imagen para la campaña Forever Now de la firma italiana en 2013, el resto es historia. Al igual que su personalidad, el estilo de Casiraghi está lleno de contrastes; igual podemos verla usando colores vibrantes o colores neutros, sneakers o stiletttos, vestidos monocromáticos o conjuntos de tweed… pero una de las habilidades que más la distinguen, es la destreza com la que logra que sus atuendos ecuestres la hagan lucir súper chic.
En una ocasión, Carlota reveló que se tarda muy poco tiempo en elegir sus atuendos de cada día: “Nunca pienso en eso. Mentiría si dijera que lo dejo al azar, pero depende de mi espíritu de cada día. Para mi es importante sentirme bien con mi ropa. me gusta la moda que me va bien. No me lo tomo muy en serio”.