Sobre la avenida más importante y emblemática de la Ciudad de México, Jean Paul Gaultier ha hecho una ofrenda para una de las festividades más importantes del país: Día de Muertos. El paseo de la Reforma, desde hace muchos años, ha sido escenario de diversas exposiciones, reflejo de cada época. Originalmente, se llamó Paseo de la Emperatriz o Paseo del Emperador, ya que su trazo fue encargado por Maximiliano I de México durante el Segundo Imperio Mexicano.
Jean Paul fundó una casa de moda que celebra la belleza, que en tiempos de censura habló sobre la normalización de la sexualidad, y que fue una herramienta para la liberación femenina. La marca francesa, y sobre todo su diseñador, tienen una fascinación por México. Gaultier es apodado el enfant terrible de la moda por poner a dialogar la industria con personas reales, y la inclusión es parte de su alrededor.
Jean Paul Gaultier celebra el día de muertos
En medio de edificios, en una de las ciudades más pobladas del mundo, se asoma una calavera gigante; es inevitable sentirte atraído. Las calaveras tienen algo de misterioso, que desde siempre ha despertado curiosidad en el mundo de los vivos. La celebración del día de muertos y el altar que se levanta en cada una de las casas del país, es una oda a ese otro mundo que todos terminaremos por habitar.
Una invitación al otro mundo
Lleno de colores y flores de cempasúchil, de pronto, sin atisbarlo, llega el olor del copal. Ese olor te invita a entrar, por la boca de la calavera, a visitar y celebrar a ese otro mundo.
Bienvenido, ya estás acá...
Una ofrenda con velas, máscaras de luchador, calaveras, frijoles y otros accesorios mexicanos que inspiran al diseñador francés a crear colecciones con toques folclóricos. La ofrenda fue curada por Ubuntu Market “un colectivo que funciona como un puente para acercar a las comunidades artesanales con el resto del mundo en un esfuerzo por enaltecer el trabajo hecho con conciencia social”.
Dentro de la calavera predominan los colores cálidos, que te obligan a prestar atención minuciosamente a todos los detalles de la megaofrenda.
Cada accesorio tiene un por qué y sobre todo tiene un origen especial. Artesanos de todo el país curaron piezas únicas con técnicas representativas del país. Velas zapotecas, barro vidriado, barro oaxaqueño, textiles de telar de cintura, tapetes de lana de telar de pedal, flores y obviamente copal.
Fragancias en forma de alebrijes
La instalación, la mega ofrenda y todos sus piezas únicas no fueron suficientes, el francés decidió intervenir sus fragancias más queridas.
Una de las artesanías mexicanas más conocidas en el mundo son los alebrijes, figuras fantásticas hechas generalmente con la técnica de cartonería y un colorido particular. Figuras que combinan elementos fisionómicos de varios animales reales o imaginarios, fueron seleccionados por la firma para embotellar sus lociones y perfumes. Los alebrijes fueron inventados durante la primera mitad del siglo XX en la Ciudad de México, convirtiéndose en parte del arte popular.
Gaultier y México
El año pasado, a propósito de la crisis sanitaria mundial, Jean Paul realizó algunos dibujos para que sirvieran de guía para la instalación de la ofrenda La mesa restaurada: memoria y reencuentro en el Museo de Frida Khalo. Los dibujos del creador francés inspiraron el montaje en el que, para celebrar el Día de Muertos, Frida invita a su mesa a varios artistas que murieron a causa de alguna pandemia; Klimt, Schiele, Münch, Chopin, Nuréyev, Molière, Cezanne y Sor Juana, entre otros.
La calavera gigante combina dos aspectos interesantes, pues es un diseño creado por Gaultier que, por otro lado, resulta un ícono para esta festividad mexicana. La exhibición temporal está para todos aquellos que se quieran dejar embelesar por la reinterpretación del Día de Muertos en las manos del creador Jean Paul Gaultier. Sigue leyendo...
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