Uno de los momentos icónicos para la realeza moderna fue cuando la princesa Diana bailó con el actor John Travolta en una gala que tuvo lugar en la Casa Blanca en 1985. Público general, royals y periodistas presenciaron el momento en que la ‘princesa del pueblo’ daba vueltas en la pista de baile con uno de los galanes de televisión por excelencia —y no es necesario señalar que no cayó de gracia para la familia real británica. 39 años después, el hijo menor de Diana se reencuentra con el actor de Vaselina y rinde un homenaje escondido a la siempre recordada Lady Di.
Así fue el encuentro entre John Travolta y el príncipe Harry
Travolta fue el anfitrión de los premios Living Legends of Aviation, donde entregó una medalla de plata a Harry por su tiempo como piloto de helicóptero en la armada británica. “Muchas gracias, Capitán John”, dijo el [ex] royal; “tenía 1 año cuando bailaste con mi mamá. Como has contado a todos aquí y probablemente sigas recordándolo todas las noches. ¡Pero míranos ahora! Es genial. Entonces, si no vamos a bailar juntos, volaremos juntos”, dijo Harry como parte de su discurso.
El catalogado como ‘vestido Travolta’ fue subastado por Diana —meses antes de fallecer— en Christies ’79 para recaudar fondos para organizaciones benéficas que luchaban contra el sida y el cáncer. En aquel evento estaban de visita con el presidente Ronald Reagan y su esposa Nancy, y su vestido fue un diseño de Victor Edelstein. La historia dice que Diana vio este modelo en color burgundy y ella pidió uno idéntico en color azul noche.
En un especial de televisión, John Travolta recordó este momento como “un libro de cuentos”. “Cerca de las 10 de la noche, Nancy Reagan me tocó el hombro y dijo: ‘La princesa, su fantasía es bailar contigo. ¿Te gustaría bailar con ella esta noche?’” recuerda. “Y yo dije, ‘Bueno, por supuesto’”. “Mi corazón comienza a latir rápido, y la toco en el hombro y se voltea para mirarme, y ella tenía ese tipo de tímido gesto [de su mentón] que hacía, y me miró, y dije, '¿Te gustaría bailar conmigo?’”. “Fue un momento de cuento de hadas”, dice Travolta. “Nos inclinamos cuando terminó, y, ya sabes, ella se fue, y yo me fui, y mi carroza se convirtió en calabaza”.