Desde pequeña Ester Expósito lo tuvo claro: su sueño era convertirse en actriz. Iba a escuelas de interpretación para empezar su formación a temprana edad y a los 13 años ya tenía un re-presentante, asistía a castings y lograba pequeñas apariciones. A los 17 hizo su primera película y un año después estaba rodando para el papel que le cambiaría la vida: Carla, de la serie Élite. Hoy, con 21 años, poco más de 28 millones de seguidores en Instagram y siendo flamante embajadora de la firma italiana de altajoyería, Bvlgari, Ester está viviendo un gran momento.
“El logro más reconfortante y más bonito de todos los proyectos que he hecho hasta ahora ha sido el cariño absolutamente volcado del público. Guardaré en mi memoria con mucho cariño el amor que se me demuestra todos los días de tantas personas de todo el mundo.
Eso es algo que no se puede olvidar, hay que agradecerlo y valorarlo porque no es nada fácil confiesa.
Sin embargo, debe ser complicado estar en la mira de la prensa 24/7, acechando cada paso que da y constan- temente poniéndola bajo los reflectores.
“Sí puede ser cansado, porque están al pendiente de ver qué haces para alzarte o para juzgarte. Pero tengo la suerte de tener unos padres que desde niña me han inculcado el respeto, la educación, las buenas intenciones y de tener claro lo que soy. Gracias a esto consigo no perder el norte, no dejarme llevar o influir ni por el éxito ni por el hate ni por la presión social”.
He aprendido con los años y con la experiencia que te importe un pimiento todo. Al final uno tiene que saber quién es, lo que ha hecho para estar donde está y lo que hará para seguir creciendo. Lo demás da igual.
Es un lema de vida que le recomiendo a todo el mundo, no sólo a lagente famosa. Con esta filosofía sé es mucho más feliz”, asegura.
Los pies los tiene bien puestos sobre la tierra y queda claro que no pierde piso, salvo cuando tiene que correr de aquí para allá con un enorme y pesado vestido de alta costura, sobre el estrecho borde de la piscina en la idílica Villa Necchi Campiglio, en Milán, donde se realizó esta sesión de fotos.
“Cuando llevaba este gigantesco vestido corriendo por toda la villa ,casi me caigo a la piscina y me tenían que ayudar con él en todo momento. Hicimos todo un show, fue bastante surrealista pero al final quedaronpreciosas las fotos”, revela entre risas.
Y sí que resultaron icónicas las imágenes en donde la actriz posó, además, con algunas de las joyas más exquisitas de la colección Magnifica de Bvlgari.
“Con la marca siempre hubo una conexión muy especial. Tiene alma y me siento identificada porque es elegante, especial y original”, afirma. “No podría elegir una pieza favorita, porque todas son de museo. Sin embargo, una que me encantó fue la gargantilla que llevé en el evento de lanzamiento, con una piedra rojiza con diamantes. Era impresionante. De hecho, ahí mismo una clienta me lo vio puesto, se enamoró y tuvo claro que quería comprarla”, comenta.
Y así como Ester procura que todos sus proyectos tengan alma y que se sienta conec- tada con ellos, así también quiere tener estaconexión con sus fans. Pero hay un mensaje que desea darles, sobre todo a la audiencia más joven:
“Ahora que estamos pegados a las redes sociales es importante recordarles que éstas no son la vida real. Instagram es sólo un pequeño escaparate de lo que somos o de nuestro trabajo. Los peores momentos no se van a ver, los más tristes que tenga no los voy a subir a IG, pero tampoco los más felices se van a plasmar en unas fotos o historias. No hay que perder la conciencia de eso y del lugar que debe ocupar las redes sociales en nuestras vidas”, asegura.
¿Qué viene para Ester Expósito en el futuro cercano?
“Tengo cinco películas cerradas para finales de este año y el que viene. Son personajes que me van a enseñar mucho y muy diferentes entre sí, con guiones impresionantes. Estoy segura de que llegarán lejos”.
Mientras tanto, Ester Expósito, también compagina su vida con esos pequeños placeres que la hacen feliz: su familia, su pandilla de amigos, bucear y bailar. Satisfecha y agradecida, Ester está viendo sus sueños cumplidos y podemos asegurar que su luz no se apagará. Por: María José Guzmán Sigue leyendo...
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