Los lujos, escándalos y extravagancias de María Antonieta

Portrait of Marie Antoinette (1755-1793), Queen of France. This portrait was given by the Queen's confessor in 1781. Painting by Francois Hubert Drouais (1727-1775), 18th century. Private collection (Photo by Leemage/Corbis via Getty Images)

Amante de la moda, María Antonieta es uno de los personajes históricos femeninos que más controversia ha suscitado en todo el mundo.

Si existe en la historia una mujer sinónimo de glamour, moda, extravagancia, buen gusto e innovación, esa es María Antonieta Josefa Juana de Habsburgo-Lorena. Conocida como María Antonieta de Austria, reina consorte de Francia y última reina de este país, antes de la revolución. Tal vez, su único pecado fue ser joven -muy joven-, bella e inteligente, posiblemente frívola, coqueta y libertina. Se ganó la antipatía del pueblo que la tachó de manirrota y despilfarradora, precisamente su pasión por la moda fue una de las causas del odio de los franceses hacia ella. Su llegada a la corte avivó los celos de la nobleza versaillesca. Hasta entonces, la corte de Versalles se regía por una escrupulosa ley de formas de vestir para cada ocasión. El esplendor y la etiqueta de Versalles no permitía a las grandes damas utilizar un vestido más de una vez, en acontecimientos y actos públicos. La influencia de María Antonieta fue tal, que marcó el ritmo de la moda no sólo en Versailles, sino que se extendió entre todos los aristócratas de Francia y al resto de las cortes europeas, tales como la corte de Londres, Venecia, Viena y Lisboa.

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Obra del Musee National du Chateau, Versailles, France. Foto: Imagno/Getty Images

Implantaría las bases de la alta costura junto con Marie Jeanne Bertin (1747-1813), conocida como Rose Bertin, que subió a la fama internacional cuando la reina la convirtió en su “Ministra de la Moda”, hasta llegar a crear su propia tienda en París en 1777. En un principio, María Antonieta no dudaba en recibir a solas a la plebeya Rose bajo la figura de lo que actualmente conocemos como asesora de imagen, y seguir sus consejos de estética, reuniéndose por lo menos un par de veces por semana.

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Introdujeron telas suntuosas como el terciopelo, la seda o el brocado en sustitución del paño. Y adornos como los encajes de chantilly y bordados de hilos dorados y plateados. Los vestidos adquirieron líneas más insinuantes, escotes pronunciados y el volumen de las faldas ajustados a la cintura, resaltando de esta forma la silueta y figura de la mujer. Para ello se utilizaban los corsé, súper ajustados y con él, también ayudaban a levantar el busto femenino. Además, crearon el Grand habit de court traducido “el gran vestido de la corte” como estilo propio:

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Pintura de Elisabeth-Louise Vigee-Le Brun. Foto: Imagno/Getty Images

No olvidemos los complementos que llegaron a ser muy importantes, como los grandes y altos tocados, las joyas, los zapatos y los abanicos. Los zapatos eran de una altura de tacón de unos 8 centímetro, de telas de seda e hilos metalizados, siempre a juego del resto del atuendo.

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Al igual que los abanicos, acabaron siendo auténticas obras de arte, bordados de hilos de oro o plata sobre tela de seda o pinturas sobre papel, con varillas de marfil, carey o maderas nobles. (En la actualidad, algunas joyas y objetos están expuestos en el Palacio de Versalles). María Antonieta, revolucionó hasta el estilo de los perfumes, de olores fuertes y cargantes de la época, por fragancias más frescas y naturales, con toques florales. La forma de su maquillaje también dio mucho qué hablar, tez pálida con coloretes intensos y labiales rojos. A medida que fue madurando, y, sobretodo después de su maternidad, cambió un poco su moda extravagante y exagerada, y adquirió un estilo más sencillo, sin perder el glamour y elegancia que la caracterizó siempre, hasta el final de sus días.

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Ilustración vintage. Foto: GraphicaArtis/Getty Images

Podríamos decir que ha sido uno de los personajes históricos femeninos que más controversia ha suscitado en todo el mundo. Mujer menuda, de figura esbelta, rubia, de piel muy blanca y ojos claros, se le ha considerado por su extravagancia y exagerado estilo, como ejemplo del ideal del Rococó. Gracias a la gran correspondencia que mantenía con su madre se pudo saber con detalle de su vida después de su matrimonio con Luis XVI, de una forma íntima e, incluso, de cómo fue manipulada políticamente por su familia desde Austria. Si quieres conocer más sobre la historia de María Antonieta (Viena 2 de noviembre 1755 - París 16 de octubre 1793), puedes descubrir más detalles en el siguiente documental:

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