The Next Icons: Florence Pugh, Amanda Gorman, Hailey Bieber y Bad Bunny

The Next Icons

The Next Icons: ¿cómo logras evolucionar en un mundo que está constantemente en crisis? Los actores, artistas, músicos, modelos, atletas, escritores y activistas en este portafolio –todos no mayores a 30 años– lo están logrando.

No sólo están abriendo un camino hacia adelante sino también están creando espacio a otros aportando nuevas ideas, perspectivas y experiencias, a través de generosidad, esperanza y visión que son tanto inspiración como inspiradores.

Para ellos, la edad representa mucho más que un número: es una oportunidad, donde la meta no es convertirse en un icono sino redefinir lo que serlo significa.

Fotografías: John Edmonds

Styling de Kelly-Ann Hughes, Samira Nasr y Yashua Simmons

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FOTO: John Edmonds

The Next Icons: Florence Pugh, Amanda Gorman, Hailey Bieber y Bad Bunny

El gran don de Florence Pugh no es su habilidad para revelar la verdadera esencia de un personaje. Es más bien la manera honesta en cómo lo logra.

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Florence Pugh sabía que iba a causar revuelo. Durante el pasado desfile de alta costura de Valentino en julio, la actriz inglesa de 26 años usó un vestido largo rosa Barbie con capas de tul y un top completamente transparente. Trabajando con el diseñador de la firma Pierpaolo Piccioli y su equipo, Pugh aprobó que se le quitara el forro, eliminando cualquier confusión sobre la intención de la transparencia.

“Me siento cómoda con mi busto pequeño”, me dice mientras toma una copa de vino rosé en una acogedora habitación de la campiña inglesa. “Y mostrarlo así –mucha gente se ofendió de que yo me sintiera cómoda”.

Pugh recibió una infinidad de comentarios grotescos en Internet. “Fue alarmante lo perturbados que se sintieron”, afirma.

“Estaban enojados por la seguridad que tengo en mí misma, y me hicieron saber que nunca pensarían en mí durante sus fantasías sexuales. Me parece perfecto, no lo hagan”.

Pugh elaboró más sobre su sentir en Instagram, poniendo en su lugar a los body-shaming trolls: “¿Por qué les asustan tanto los pechos? ¿Pequeños? ¿Grandes? ¿Izquierdo? ¿Derecho? ¿Sólo uno? ¿Tal vez ninguno? ¿Qué es tan aterrador?”. El post tiene ahora más de 2.3 millones de likes. Los fans ya están acostumbrados a esperar este candor honesto y sin miramientos de Pugh. Desde su debut en el cine en el 2015 como una adolescente descubriendo su identidad en la película The Falling, de Carol Morley, se ha construido una carrera personificando a mujeres que se rehúsan a ser silenciadas. A lo largo de los últimos siete años, ha actuado en casi una docena de proyectos, incluyendo actuaciones impactantes en las cintas del 2019, Midsommar, el film indie de horror de Ari Aster, y la adaptación de Greta Gerwig del clásico Little Women, la cual le valió a Pugh una nominación al Oscar como mejor actriz de reparto. Ella se ha establecido como uno de los más valientes y versátiles talentos de su generación.

“Creo que todas mis películas tienen ese elemento en donde las mujeres son forzadas a estar en una esquina, a mantenerse en cierto tipo de vida”, comenta. “Y luego algo finalmente estalla”.

Es una descripción apropiada de su personaje. Alice Chambers, en su más reciente película Don´t Worry Darling, un thriller psicológico en el que Pugh comparte créditos con Harry Styles y Olivia Wilde, ésta última dirigiendo la cinta.

Don´t Worry Darling se desarrolla en un pueblo desértico e idílico de los años 50 en donde todos los residentes hombres trabajan en el misterioso Victory Project.

Las mujeres pasan sus días como amas de casa: lavando, planchando, de compras, tomando martinis junto a la alberca y preparando la cena. Después de que una esposa desaparece, Alice empieza a cuestionarse todo: qué están haciendo ahí, a dónde van realmente sus maridos y su propia realidad. Los sitios de chismes y los fanáticos de Styles han estado minuciosamente al tanto de cada detalle de la película desde el comienzo de su rodaje en el otoño de 2020. Después de que Wilde y Styles se convirtieran en pareja en la vida real, el Internet enloqueció. Cuando el trailer debutó en mayo, las escenas de sexo eran, predeciblemente, lo que todos buscaban.

“Cuando todo se reduce a este tipo de escenas, ver al hombre más famoso del mundo teniendo relaciones sexuales, no es la razón por la que lo hacemos. No estoy en esta industria por esto”, afirma. “Obviamente, al contratar a una de las estrellas de pop más famosas del mundo, es inevitable tener este tipo de conversaciones. Pero no es el tema que yo voy a discutir porque esta película y las personas que la hicieron son más grandes y mejores que sólo eso”.
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FOTO: John Edmonds

Pugh creció en Oxford, Inglaterra, en donde su padre es restaurantero y su madre una bailarina retirada. Ella actuó en obras escolares, pero nunca tuvo una formación actoral formal; respondió a un casting abierto para The Falling con una audición en video grabada con su celular. El ligero rechinido en la voz de Pugh es resultado de una condición médica llamada tracheomalacia, la cual puede causar bronquitis crónica e infecciones en vías respiratorias. Para cuidar su salud, Pugh pasó la primera parte de la pandemia en cuarentena en Los Ángeles, buscando refugio en un clima cálido y alegrando los días en Instagram con sus videos “Cooking With Flo”. No obstante, ansiaba regresar a trabajar.

“Siempre me atrae ir a lugares, ver gente, hacer nuevos amigos, enamorarme de las personas y luego seguir adelante y hacerlo todo otra vez”.

Por supuesto que las cosas pueden tornarse caóticas. Cuando Pugh y el actor-director Zach Braff empezaron su noviazgo en 2019, la diferencia de 19 años entre ellos estaba en la mira. Fue una experiencia cruel e invasiva para Pugh.

“Cada vez que siento que se está cruzando esa línea en mi vida, ya sea un paparazzi tomando fotos de momentos privados, o situaciones que ni siquiera son reales, o canales de chismes que promueven que el público comparta momentos privados de los famosos caminado en la calle, creo que está terriblemente mal”, dice. “No creo que las personas que tenemos este trabajo, cada aspecto de nuestra vida deba ser del dominio y del juicio público. No hemos firmado para participar en un reality show”.

Pugh y Braff discretamente terminaron su relación a principios de este año. “Hemos tratado de separarnos sin que el mundo se entere, porque ha sido una relación en donde todo el mundo ha tenido una opinión”, afirma. “Sentimos que hacerlo así nos dará el beneficio de no tener a millones de personas diciéndonos lo felices que eran al vernos juntos”. Antes de la ruptura, la pareja colaboró en A Good Person, a estrenarse el próximo año, acerca de una joven que tiene que recoger los pedazos de su vida después de una tragedia. Braff escribió el guion con Pugh en mente. “La película que hicimos juntos genuinamente fue una de las mejores experiencias que he tenido”, confiesa. “Se sintió como algo muy natural y sencillo de hacer”. También le ayudó a darse cuenta de cómo quiere trabajar de ahora en adelante. “Siento que estoy en un momento de mi carrera en el que sé lo que puedo aguantar, lo que puedo dar y lo que no estoy dispuesta a aceptar”, afirma Pugh, quien también aparecerá en la película de Sebastián Lelo, The Wonder, además de haber terminado rodaje de Oppenheimer, de Christopher Nolan, y ha empezado a filmar Dune: Part Two, de Denis Villeneuve.

“Haber estado en estas películas con algunos de los más grandes ha sido una forma maravillosa de volver a pensar ‘Esto es lo que realmente quiero hacer’”.

Sin embargo, algunas personas han permanecido inmunes a todo el alboroto. “Fui a ver a mi abuela y me dijo ‘¿Qué es todo lo que está pasando con tus pezones?’”, Pugh recuerda. La actriz le mostró algunas de las fotos. “Se quedó sin aliento”, afirma. “Porque el vestido era realmente hermoso”.

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FOTO: John Edmonds

The Next Icons: Amanda Gorman

Amanda Gorman, cuya recitación de “The Hill We Climb” en la inauguración presidencial de 2021 la convirtió en la poetisa más famosa de Estados Unidos, no se ha topado con una montaña que no haya podido escalar.

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Amanda Gorman ya sabe que quieres que ella salve al mundo.

“Se espera que los jóvenes rescatemos a los demás, incluso cuando estamos luchando por rescatarnos a nosotros mismos”, me comenta con la misma voz clara y estridente con la que recitó su poema “The Hill We Climb”, durante la inauguración presidencial de Biden en 2021.

Gorman es probablemente la poetisa más famosa de Estados Unidos. Ella es la mujer que, a los 22, se convirtió en la más joven poetisa de las ceremonias inaugurales de la historia de su país cuando hizo ese llamado a la unidad en las escaleras del Capitolio de los Estados Unidos a escasas dos semanas después de que militantes de ultra-derecha irrumpieran en el edificio en un atentado a prevenir que las elecciones fueran certificadas. Después se convertiría en la primera (y hasta ahora la única) poetisa en recitar un poema durante el Super Bowl –otra aparición que la ayudó a adentrarse más en la estratósfera del imaginario colectivo. Hablamos durante un día soleado de julio. Gorman, ahora con 24 años, está en su hogar en Los Ángeles; yo estoy en Brooklyn. Ella lleva un suéter gris, su perfecta piel resplandece. Ocasionalmente, mientras hablamos, ella hace una pausa y mira al cielo; está distraída por un ruiseñor que vuela cerca. Es una escena idílica que me llega a través de la pantalla de mi laptop, como aquellas visiones de un futuro utópico, verde y tecnocrático, populares en las películas de ciencia ficción antiguas, cuando el futuro parecía excitante.

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FOTO: John Edmonds

La respuesta hacia el éxito de Gorman, especialmente de las personas mayores, es que ella es un símbolo de esperanza –una promesa de algo mejor que la división y la violencia del 2020–. Pero, Gorman puntualiza, “Cuando mi mamá era pequeña, los mayores le dijeron ‘Ve y cambia al mundo’. En mi generación, nos dicen que lo salvemos. Son retos completamente diferentes. El mundo en el que yo y muchos otros miembros de la Gen Z vivimos es uno de emergencia, de destrucción”.

Si los miembros de la generación de Gorman deben rescatar a la humanidad de la adversidad, “no es algo que podamos hacer solos”, asegura. “Ningún futuro sustentable se construye con una sola persona. Debe ser construido por muchos”.

Está hablando de llegar a varias generaciones, algo que es esencial en su trabajo. En donde sea que escriba, ella apila copias de libros de los autores que considera como antecesores: James Bladwin, Toni Morrison, Ntozake Shange. “Me gusta darme una fuente de poder histórica”, explica. “Y después es sólo cruzar los dedos”. Fue criada por su madre, Joan Wicks, en West L.A., junto a su hermana gemela, Gabrielle, quien ahora es una directora de cine. A Gorman le atrajo escribir desde una edad temprana. Dinah Berland, quien fuera su mentora en la organización literario de Los Ángeles dice: “Era claro que a Amanda le daba curiosidad el camino hacia convertirse en una exitosa poetisa, y nunca dudé en que lo lograra”. El interés de Gorman en el arte era igual al de su pasión por la política. Pero ella ve la poesía como parte de un trabajo político. Los poetas, asegura, “están trabajando con pocas sílabas. Obtenemos un poco cantidad de piedras para aventar y causar el mayor impacto. ¿Cómo puedo decirlo todo diciendo muy poco?”.

Ella ha declarado, frecuentemente en entrevistas, que su mayor objetivo es convertirse en presidenta de los Estados Unidos.

Pero por ahora, es una recientemente graduada de Harvard con los bestseller en poesía The Hill We Climb y Call Us What We Carry. Este éxito viene acompañado del propio resurgimiento de la poesía; de acuerdo a la National Endowment for the Arts, 28 millones de adultos leyeron poesía en el 2017, la mayor cifra de lectores registrada en 15 años, con aquellos de edades entre los 18 y 24 representando gran parte de esa audiencia. Poetas como Gorman, Danez Smith, Rupi Kaur, y Patricia Lockwood resuenan en el paisaje cultural, ayudados por la facilidad de compartir poesía en las plataformas de redes sociales como Instagram y TikTok. Gorman también tiene un agudo sentido de las posibilidades visuales de ser una figura pública intelectual. Pensemos en el ahora icónico abrigo amarillo de Prada y diadema que usó en la inauguración. En esto, es como los escritores gigantes que llegaron antes que ella: gente como Joan Didion, Maya Angelou e incluso Zadie Smith –todas mujeres escritoras que entendieron que la moda era otro lenguaje con el que podían jugar–.

“Frecuentemente trato de incluir a mi persona física en la conversación de las creencias que tengo”, comenta. “Hay una alegría y un poder verdadero en ser intencionales con nuestra estética. Va más allá de ‘verse bonita’. Se trata de vernos como somos en nuestra totalidad”.

Sin embargo, Gorman es ante todo una amante de las palabras.

Le pregunto de cuáles términos está enamorada actualmente y me dice ‘a largo plazo’. “Suena muy aburrido”, dice riendo, “como si me estuviera mudando al otro lado del país. Pero pienso mucho en lo que está pasando en el mundo –los ataques a los derechos de las mujeres, escoge el desastre que quieras– la idea de estar en ello a largo plazo es muy importante para mí. “¡Oh!”, agrega mientras la luz continúa cayendo sobre ella, “también ‘ve a votar’. Pon eso antes que todo”. Después de todo, ella quiere ser algún día presidenta del país.

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FOTO: John Edmonds

The Next Icons: Hailey Bieber

A Hailey Bieber le han lanzado varias pelotas curvas este año, incluyendo un susto con su salud. Pero la modelo, estrella del estilo y ahora emprendedora de belleza está lista para lo que sea.

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Hailey Bieber es una de las mujeres mejor vestidas en la actualidad, en parte porque está dispuesta a equivocarse.

“Recuerdo algunas cosas que me he puesto años atrás y me siento apenada. ¡¿En qué estaba pensando?!”, me dice desde Idaho, donde ella y su superestrella esposa Justin Bieber, están tomándose una pequeña vacación. Es una afirmación sorprendente para alguien que irradia tanta seguridad, ya sea que vaya al gimnasio o a una fiesta de los Oscars y cuyo estilo está en la mira de todos. Pena, sin embargo, es diferente a arrepentimiento. “No le temo a probarlo todo. Creo que ahí está la razón de la evolución en mi estilo. Crece continuamente. Así es como quiero ser en todas las áreas de mi vida”.

Bieber, de 25 años, se describe a sí misma como “una persona con muchos regímenes y rutinas”. Creció en Hollywood, hija del actor Stephen Baldwin y de la brasileña Kennya Baldwin, y se entrenó como bailarina de ballet. Pero parte de lo que la hace tan exitosa es su habilidad de afrontar el cambio. Durante este año, pasó por un trauma de salud, experimentando un episodio de infarto por un coágulo de sangre en marzo. En junio, Justin fue diagnosticado con el síndrome de Ramsay Hunt y experimentó parálisis facial, lo cual le obligó a posponer el resto de su gira 2022 en los Estados Unidos. El mismo mes, Hailey lanzó su línea de skincare, Rhode (su segundo nombre), la cual había estado en proceso de construcción durante más de dos años y ya es todo un fenómeno entre los amantes de la belleza.

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FOTO: John Edmonds

Su visión sobre el matrimonio es paradójicamente progresiva

Muchas personas en sus 20s o 30s ven casarse como algo que uno hace cuando ha alcanzado estabilidad, pero Bieber, quien se casó a los 21, lo ve como un comienzo: No tienes todo resuelto y ya te casas sino más bien te casa para resolver cosas.

“Pienso que la vida está en constante cambio”, afirma. “Día a día, semana a semana, año a año. El ejemplo perfecto de eso es que en los últimos seis meses ambos hemos tenido serios problemas de salud. Debes resolver cómo lidiar con ello, así como viene, ¿sabes? Hay una razón por la que dicen ‘en las buenas y en las malas’. ¡Es muy cierto!”.

Ese pensamiento de resolver conforme lleguen las cosas parece aplicar en la manera en la que se viste. Dice que su estilo “evoluciona cada dos meses”, pero lo que la hace lucir única es su meticulosidad y su apertura para arriesgarse. Su pelo, uñas y piel siempre están impecables, lo cual crea una elegancia contenida. También siempre está en busca de nuevos diseñadores –muchas veces años antes de que aparezcan en el radar de otras celebridades–.

Ella es la musa de ERL, la marca fundada por el diseñador Eli Russell Linnets, y fue de las primeras fanáticas de Martine Rose, cuyo nombre suena como potencial sucesor de Virgil Abloh en Louis Vuitton (Abloh diseñó el vestido de novia de Bieber).

“Ella es una de las personas con más estilo que conozco”, afirma la fashion stylist Karla Welch, quien ha trabajado con Justin durante años y con Hailey para sus apariciones en la alfombra roja. “Recientemente fui a un evento y todas lucían como ella. Así de poderosa es su influencia”. Y sin embargo, Bieber es una individualista del Street-style. Se ve fabulosa en las prendas que todos los influencers llevan, como trajes grises de corte oversize y el clásico look de gimnasio de la Princesa Diana: camiseta holgada, diminutos shorts tipo bikers y tenis.

Pero también usa cosas que son totalmente de su autoría: un vestido de encaje blanco transparente de Coperni, jeans raros de Eytys o un look de la época dorada de los noventa de Jean Paul Gaultier.

Su estilo no es el esfuerzo de todo un equipo sino la alegre expresión de una amante de la ropa que frecuenta el departamento de hombres (así es como descubrió a Rose) y navega en sitios como Ssense. Aunque los looks de Bieber son hipercontemporáneos, su aproximación es bastante old school. Sueña con vibras diferentes para viajes y eventos, ya sea una vacación en el noroeste o la boda de una amiga. Su proceso es el de un verdadero icono de la moda. De hecho, se asemeja al de la princesa Diana, a quien Bieber rindió tributo en un shoot para una revista en 2019.

“Me inspiró el hecho de que ella era la mujer más vista por todo el mundo en aquel momento y siempre hizo lo que quiso con su estilo”, comenta Bieber acerca de la fallecida princesa. “Realmente se expresaba a través de su estilo a pesar de la posición en la que estaba”.
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FOTO: John Edmonds

El estatus de Diana como blanco de los paparazzi también es algo que resuena en Bieber. Admite que vestirse a veces la hace sentir ansiedad, a pesar de lo mucho que lo ama. “Me fotografían tanto que a veces siento una inmensa presión”. En parte, es su propio perfeccionismo. “Aunque sólo me ponga jeans y una camiseta, ¡quiero que sean unos pantalones cool y una increíble t-shirt!”.

Bieber siempre se esfuerza, tanto en la moda como en el romance. El día en el que hablamos coincidió con el día en el que hace cuatro años se comprometió con Justin. “Él sigue siendo la persona con la que siempre quiero estar”, afirma. “Puedo volar a algún lado por trabajo, pero no puedo esperar a regresar a su lado. Y siento que eso es por el esfuerzo que ambos hemos puesto. Él es mi mejor amigo, pero sigue siendo un gran reto hacer que las cosas funcionen. Y sé que cuando eventualmente tengamos hijos, eso va a ser totalmente otra historia en cómo hacer que todo marche bien”. Lo que sea que venga, ella tendrá la actitud correcta –y el look– para enfrentarlo.

The Next Icons: Bad Bunny

Bad Bunny emergió de Puerto Rico para liderar una revolución global de la música latina. Y el cantante está llevando a sus legiones de devotos fanáticos en su camino.

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Cuando Bad Bunny estaba creciendo en Almirante Sir, en el área rural de Veha Baja, Puerto Rico, frecuentemente iba a comprar ropa con su mamá.

“Recuerdo ver las prendas de la sección de mujeres y siempre me quedaban mejor y tenían más variedad”, comenta el cantante de nombre Benito Antonio Martínez Ocasio. Sentado en su oficina en Sam Juan, Bad Bunny se toma un momento para reflexionar. “Obviamente, cuando te haces mayor, empiezas a ver lo que el mundo te enseña”, dice, “y si vivo mi vida de esa manera, entonces no podría vestirme de la manera en la que realmente quiero hacerlo”.

Está usando una camiseta de Marni con logo, una gorra tejida tipo beanie, y unos llamativos lentes Balenciaga; el logo BB de los costados de las gafas no fue hecho a la medida, pero como si lo fuera. “Hasta cierto punto, la fama y mi posición me da la seguridad de hacer todas estas cosas”. Esa fama que Bad Bunny menciona, está a otro nivel. Este año, Drake, Kendrick Lamar, BTS y Beyoncé han sacado nueva música.

Pero Un Verano Sin Ti, de Bad Bunny, lanzada en mayo, ha rebasado a todos ellos, con un record de 183 millones de streams en Spotify el día de su lanzamiento. De hecho, en 2020 y 2021, él fue el artista con más streamings en la plataforma a nivel mundial.

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FOTO: John Edmonds

El ascenso de Bad Bunny es ahora el cuento de hadas puertorriqueño: un joven ayudante de supermercado que se convierte en sensación de SoundCloud al darle un giro a lo que el reggaetón y trap urbano –los crudos géneros musicales del actual Puerto Rico– podían ser. Nació en 1994, el mayor de tres varones, hijo de una maestra de escuela y un chofer de camiones. Fue tan sólo unos años antes del llamado “boom latino” en la industria musical de Estados Unidos, donde artistas como Jennifer López, Marc Anthony, Shakira y Ricky Martin empezaron a impactar en la radio norteamericana. Ahora, con 28 años, Bad Bunny ha trabajado con todos ellos, incluyendo una actuación global junto a J.Lo y Shakira en el Super Bowl de 2020. Y a diferencia de muchos artistas latinos que han llegado a audiencias globales, él nunca ha grabado en inglés. Mover el trasero –o perrear– en un club con su hit del 2020 “Safaera” es toda una institución Boricua, una comunión cultural.

También ha logrado cambiar nociones de anticuadas del macho latino, al vestirse de drag en el video de “Yo perreo sola” y escribir sobre temas como violencia doméstica (“Andrea”) y política (“El Apagón”) con sensibilidad; la seguridad que proyecta y su estilo sin conformidad de género lo han hecho más atractivo.

“La manera en la que ha transicionado en la moda, la forma de hacer drag en su video musical, aunque la cultura hispánica pueda ser homofóbica, él tomó ese riesgo y en lugar de lastimar su carrera, lo hizo más grande”, comenta Cardi B, quien colaboró con Bad Bunny y J Balvin en la canción de 2018 “I like it”.

“Estoy aprovechando este momento en mi vida en el cual puedo hacer lo que yo quiera y vestirme como sea para vivir mi vida de una forma más auténtica”, dice Bad Bunny. “No lo hago por ser más famoso o para llamar la atención o para faltarle el respeto a nadie. La gente puede pensar que tengo una estrategia o que lo hago para llamar la atención, pero en realidad sólo yo sé quién soy”.

Ahora se está expandiendo más allá de la música, preparándose para su papel más grande en la actuación como El Muerto en una película de Sony acerca del antihéroe del Universo de Spider-Man. La película sería la primera en la que un actor latino ha sido contratado para protagonizar una cinta de un superhéroe de Marvel y quizá –sólo quizá– servirá para dar paso a la introducción de Miles Morales, el adorado Spider-Man mitad negro, mitad puertorriqueño. (La única aparición previa de Morales en una película fue en la versión animada del 2018 Spider-Man: Into the Spider-Verse). Le pregunté a Bad Bunny si ambos personajes tendrán algún tipo de conexión futura. Eligió sus palabras cuidadosamente: “Me parece que ya sabes la respuesta”.

Pero, ¿qué se siente ser uno de los más grandes artistas del planeta y acumular éxito tras éxito en una nación que posee y continuamente subestima a la isla que él llama hogar?

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FOTO: John Edmonds

“Al final del día, mi éxito en los Estados Unidos se lo debo a los latinos que trabajan arduamente y que han ayudado a lo que el país es actualmente”, afirma. “Dudo mucho que el tipo de gringos con los que no me meto escuchen mi música. Son aquellos que en el Super Bowl estaban enojados por lo latino del show del medio tiempo”.

“Tal vez muy al principio de mi carrera, pretendí ser alguien que no soy, pero aprendí que esa es la forma en la que los artistas se pierden”, explica. “Es porque se olvidaron de ellos mismos –ellos como personas– y se inventaron una personalidad ficticia”.

Se levanta de su silla y mueve sus manos hacia arriba. “Desde el comienzo, todo ha ido para arriba”, dice. “Llega un momento en el que dices ‘Diablos, estoy en un nivel muy alto’. Y luego llega el siguiente año y digo ‘¡Diablos!’. Cuando me di cuenta de que las cosas eran diferentes, no me afectó realmente. Puede que todo mi alrededor cambie, pero yo sigo siendo el mismo. Soy un normalito. Soy quien soy”. Bad Bunny ha reinventado el arte del crossover, pero sigue procesando lo que eso significa. Todo esto es más que algo sólo para mí, es para los fans y todos los latinos del mundo”, afirma. “Me pongo sentimental de pensarlo… y lo veo en perspectiva. Si no fuera yo sería otro artista, y me sentiría igual de orgulloso por él”, dice riendo. “Pero obviamente es más emocionante que sea yo”.

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