¿Mantienes las cajas de cereal en la despensa para que puedas tomar algunas hojuelas mientras te despiertas? Puede que estés saboteando tu dieta sin saberlo. Un nuevo estudio, publicado por el reconocido medio International Journal of Obesity, descubrió recientemente que guardar tu comida de forma incorrecta, podría estar causándote unos kilos extra. Investigadores en la Universidad de Ohio, visitaron diferentes casa de 50 personas obesas y 50 personas no obesas, con una edad promedio de 47 años. Ellos entrevistaron a cada participante y observaron la estructura de su casa y ambiente. Los investigadores encontraron que la gente obesa suele tener menos comida saludable disponible en casa, y que suelen gastar más dinero en comida rápida. También suelen tener más refrigeradores y congeladores, en comparación la gente no obesa. Pero era la disponibilidad de la comida alrededor de la casa es lo que resaltó más para los investigadores. La gente obesa también tiene más comida visiblemente disponible, distribuida alrededor de diferentes locaciones en la casa. Entonces, si vas a mantener un frasco de dulces en tu sala o tienes una bolsa de papas cerca de tu computadora, esto te puede hacer más daño de lo que te imaginas. Lee: ¿Comes por hambre o por ansiedad? Aprende a identificar la diferencia Los científicos que participaron en este estudio, quieren aclarar que dejar comida en todas partes NO es una causa de obesidad; al contrario, es una reflexión basada en la forma en que las personas piensan acerca de la comida. La gente con obesidad puede tener una mayor tendencia en reportar sentimientos de depresión y tener comida para los momentos de ansiedad. También pueden tener un momento más difícil a la hora de rechazar la comida rápida si tuvieron un mal día, ya fuera que estuvieran con hambre o no. “Si la comida es algo en lo que piensas bastante, ésta, potencialmente, se convierte en una fuente de estrés. Incluso es algo en lo que es difícil no pensar”, comenta Charles Emery, uno de los directivos en el estudio realizado. “No puedes dejar de comer, pero idealmente, puedes cambiar la forma en la que comes, y en algún grado, cambiar la forma en la que piensas sobre comer.”
