Darte la oportunidad de experimentar las emociones adecuadas en el momento correcto tal vez sea la clave, en lugar de querer sentirte mejor día con día.
La felicidad es definida como el estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea, y tal vez sea la sensación más buscada por los seres humanos. Sin embargo, el secreto para alcanzarla podría estar muy alejado a la idea que tenemos sobre ella.
De acuerdo a un estudio publicado por la American Psychologycal Association, las personas podrían estar sentirse más felices cuando sienten emociones deseadas, incluso si no son positivas.
“La felicidad es más que sentir placer y evitar el dolor. Se trata de tener experiencias que son significativas y valiosas, incluyendo aquellas que consideras las emociones correctas en ese momento específico”, dice la investigadora Maya Tamir, profesora en psicología de la Universidad Hebrea de Jerusalén y encargada del estudio. “Todas las emociones pueden ser positivas en algunos contextos y negativas en otros, sin importar si son placenteras o no”, agrega.
Según el enfoque de Aristóteles (en el que se basa este estudio) la felicidad involucra sentir las emociones correctas, aunque podrían no ser agradables, por ejemplo, el miedo o la ira. Suena bastante contradictorio, pero como indica el estudio, la felicidad está ligada a sentir emociones desagradables cuando son apropiadas y nos llevan a cumplir metas. El filósofo griego consideraba que “tener estas emociones en los momentos correctos, en los lugares correctos hacia las personas correctas de la manera correcta es señal de la virtud”, como lo escribió en el Libro 2 de Ética a Nicómaco.
El estudio entrevistó a 2324 estudiantes de universidad en países como Estados Unidos, Brasil, China, Alemania, Ghana, Israel, Polonia y Singapur y concluyó que el once por ciento de los sujetos quería sentir menos emociones de trascendencia como la empatía y el amor, mientras que el diez por ciento quería sentir emociones menos agradables, como el enojo o el odio. Y por más extraño que parezca, la razón podría residir en que en realidad, sentir eso es bueno para tu bienestar y todo depende del contexto. Por ejemplo, en caso de experimentar abuso, lo adecuado sería experimentar enojo, aunque sea una emoción desagradable.
Claro que tiene mucho que ver el entorno y cultura. La investigación encontró que debido a que las prioridades varían entre cada país, las personas se sienten más contentas al experimentar emociones características de cada cultura. En los Estados Unidos, emociones como el orgullo son prioritarias. En cambio, en Japón son preferidas las emociones agradables y que crean lazos interpersonales, como fureai (la formación de conexiones emocionales entre personas de la misma comunidad). En general, la evidencia apunta a que las personas son más felices cuando sus valores personales coinciden con los valores dominantes en su cultura.
“El estudio revela una parte de las expectativas tan poco realistas que tiene mucha gente con respecto a sus sentimientos”, comentó Tamis para HelloGiggles. “En la cultura occidental, las personas quieren sentirse bien todo el tiempo, especialmente en los Estados Unidos, incluso si se sienten bien la mayor parte del tiempo, podrían sentir que necesitan sentirse todavía mejor, y eso los hace infelices”.
En resumen, tal vez la clave podría ser dejarte sentir las emociones que tienes día a día, e identificar si te ayudan en el momento en que te encuentras, en lugar de buscar siempre sentirte mejor porque podrías sentir que nunca es suficiente.