Con sede en La Scala de Milán, la ceremonia de premios más glamurosa del continente europeo se convirtió en el evento perfecto para la defensa de Italia... Con el objetivo de fomentar la sostenibilidad en la moda y celebrar la artesanía local, un cuarteto de mujeres destacadas, la región de Calabria, criadores de Ganado lanar de Tasmania y dos billonarios italianos fueron los galardonados durante la ceremonia, que comenzó con una postura en defensa de Italia. Carlo Capasa, presidente de la Camera Nazionale della Moda Italiana, el consejo de administración de la temporada de pasarelas en Italia, dio inició a la ceremonia de una manera muy particular respondiendo a una historia del New York Times titulada “Dentro de la sombra de la economía italiana”, a la que reclamó el trabajo mal remunerado de cientos de trabajadores al sur de Italia que producen prendas caras para marcas como Max Mara, Louis Vuitton y Fendi.
En sus palabras asumió: “Según académicos Americanos de inmigración, alrededor de 12 mil costureras irregulares y no declaradas trabajan cosiendo prendas solo en Nueva York. En muchos países los trabajadores irregulares ni siquiera son contados. Entonces, en vez de decir que esto pasa en Italia, yo diría que pasa en todo el mundo”. “Sabemos que la fast-fashion tiene gran parte de la culpa. En Italia, todas las casas de moda de lujo están unidad para solventar el asunto de la explotación y el trabajo irregular”, añadió. Posteriormente, a él se unió la fundadora de los premios Livia Firth, quien pronunció: “Estos son los premios en los que devolvemos el corazón a la industria global de la moda. Oiremos historias de cambio transformativo y de soluciones reales para un futuro en el que la moda es finalmente sostenible”. Luego, invitó al escenario a Pierpaolo Piccioli, Director Creativo de Valentino, para presentar el primer Visionary Award, que iría para la editora de moda Suzy Menkes. A quien el diseñador aludió como: “No es una tarea fácil escribir sobre Suzy…siento que estoy siendo invasivo con sus propios poderes y palabras”. Después, Julianne Moore entregó el galardón Handcraft Award a los zapateros de Salvatore Ferragamo, previo a que un grupo de ellos se le unieran con abrigos blancos en el escenario. Por otro lado, Cate Blanchett otorgó el Eco Stewardship Award a cuatro criadores de ovejas de Tasmania, todos con sombrero en el legendario escenario. En el marco de la Semana de la Moda en Milán, cabe mencionar que la fachada de La Scala fue cubierta por un tapete representando la naturaleza bucólica, aunque estaba hecho con mil 600 kg de botellas de plástico recicladas. Por otra parte, las modelos que también figuraron en la ceremonia fueron Petra Nemcova y Emily Ratajkowski, quienes entregaron a Renzo Rosso y Diego Della Valle, propietarios de los imperios Diesel y Tod’s, los premios de Comunidad y Justicia Social. Asimismo, el premio a Mejor Diseñador Emergente fue para Gilberto Calzolari, cuyos vestidos hechos con filtros de café usados fueron gratamente admirados.
En otro de los actos que se llevaron la noche, el CEO de Gucci, Marco Bizzari (de casi dos metros de altura) se arrodilló ante la escritora de moda Sinead Burke, que tiene acondroplasia y mide 1.06 metros. Ella reaccionó con las siguientes palabras: “Gracias a Livia Firth por este premio excepcional. Gracias, Marco, por tus amables palabras. No se me ha escapado que le hayan preguntado al hombre más alto en la moda que me diera el premio”. Además, mencionó: “He estado enamorada de la moda desde mi niñez, para mí la moda es importante porque es la única industria con la que todos interaccionamos. Legalmente, debemos llevar ropa”, discurso que ovacionó el público presente. Por último, fue el momento de la gran Donatella Versace quien fue reconocida con la última estatuilla, y que agradeció de manera emotiva: “Sé que puede sonar evidente, pero se nos está acabando el tiempo para salvar el planeta. Si todo el mundo hiciera algo pequeño para contribuir, las cosas podrían mejorar increíblemente… pero es la única manera posible”.
