Una de las películas más impactantes de este año es, sin duda, ‘La sustancia’. Desde el mensaje más tangible que es una poderosa crítica a las exigencias de belleza femenina hasta el lenguaje audiovisual que llega a ser grotesco por los detalles profundos que transmite la película sobre la corporalidad de las mujeres. No es gratuito que la protagonista de esta disruptiva cinta haya sido premiada con el Globo de Oro a Mejor Actriz en la pasada gala que se llevó a cabo el 5 de enero y que ahora se perfila como una de las favoritas del público para levantar la estatuilla en el Dolby Theatre en la entrega del Óscar el próximo 3 de marzo.
Los mensajes de ‘La sustancia’ no han sido esquivados por su propia protagonista quien a sus 62 años y con más de cuatro décadas de trayectoria en el mundo del entretenimiento se ha visto sometida —en más de una vez— a ese deber ser físico de las mujeres, particularmente de las famosas, con una silueta de envidiable delgadez y músculos tonificados, Demi Moore ha sido el acierto inequívoco de la película dirigida por Coralie Fargeat.
La especialista en salud mental, Lara Ferreiro, explicó para el medio español La vanguardia que la exitosa película protagonizada por Demi Moore encierra una paradoja que indudablemente impactó en la salud mental de su protagonista:
La paradoja es que Moore ha sido tanto víctima como promotora involuntaria de los ideales de belleza impuestos por este sistema. Está muy delgada, musculosa y operada. Denunciar estos estándares con el discurso de empoderamiento que dio al recoger su premio en los Globos de Oro puede ser un intento de redimir esa paradoja y, al tiempo, de valerse de su estatus para generar conciencia sobre el impacto psicológico que tienen estas expectativas, como la ansiedad, la depresión, las adicciones o los trastornos de la imagen corporal.
Estos son los tratamientos estéticos a los que se ha sometido Demi Moore
Además de poseer una genética envidiable y un ADN privilegiado, es muy probable que a lo largo de su carrera Demi Moore se haya sometido a tratamientos estéticos para aletargar la llegada del paso del tiempo, por ejemplo, procedimiento para mejorar la calidad de la piel como la luz pulsada, picosegundos, ablativo fraccional y ‘peelings’ químicos suaves combinados con retinoides.
Por la apariencia sana de su rostro a los 62 años, es posible que Demi Moore haya recurrido a los inductores de colágeno como la hidroxiapatita cálcica que se utiliza en el rostro y cuello para estimular la producción de colágeno y así mejorar paulatinamente la firmeza y elasticidad de la piel con un efecto progresivo y duradero.
También es altamente probable que Demi Moore utilice pequeñas dosis de ácido hialurónico para llenar pequeños huecos que aparecen con la edad en pómulos, mandíbula y mentón.
La envidiable figura tonificada de Demi Moore da a pensar que la actriz también ha tomado tratamiento antiflacidez para estimular la producción de colágeno en las capas profundas de la piel.
Ninguna de estas exigencias físicas está alejada de la fantasía donde se desarrolla ‘La sustancia’ y es que la industria se ha convertido en una exigente maquinaria de mirada masculina donde las mujeres que envejecen están cercanas a la caducidad.