Sabemos que una prenda puede decir más que mil palabras; su diseño, color y trasfondo comunican más de lo que vemos a simple vista, y justo eso es lo más importante en la industria de la moda. En la actualidad, el “chaleco jaune”, mejor identificado como el chaleco amarillo fosforescente de “peligro” se ha convertido en sinónimo del clamor francés sobre los precios del combustible, las crecientes injusticias en los ingresos y mucho más, por lo que hoy ya es concebido como una prenda de protesta que marca la Historia de Francia.
Una idea potencial
Aunque en realidad nadie reclama su autoría y no se sabe en realidad quién lidera el movimiento, el impacto del chaleco amarillo ha sido tanto que el martes pasado, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció que los impuestos al combustible no serían elevados. Y para prueba de ello, solo nos basta mencionar que no ha habido un símbolo sartorial de revuelta tan convincente desde que los Sans-culottes tomaron sus pantalones como el punto de diferencia visual con la aristocracia durante la Revolución Francesa.
No es producto de coincidencia
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La prenda oficial de protesta
Con base en lo anterior, tampoco es de extrañar que las protestas se hayan extendido a otros países, como Bélgica en donde el uniforme de esta revolución es tan accesible como la frustración y la furia.
No solo eso, cualquiera puede poseer esta prenda, pues además de ser notablemente barato, es tan ubicuo que incluso aquellos que no son oficialmente parte del movimiento pueden participar, de eso hemos sido testigos en las redes sociales. https://twitter.com/DesportOfficiel/status/1068525309165629440
Pasarelas como escenario de protesta
Para Erin K. Vearncombe, conferencista en la Universidad de Princeton, especialista en la antropología cultural del vestido: “Históricamente, y en la actualidad, las prácticas de vestimenta se han utilizado y se están utilizando para debatir qué significa ser un ciudadano, qué significa pertenecer o no a un determinado cuerpo político”. Además de que “A menudo, estas prácticas son utilizadas por individuos que no han sido incluidos en el cuerpo político, para impugnar las estructuras políticas y generar cambios”.
Lo malo
Es por eso que el dril de algodón rasgado y teñido anudado de la generación hippie han sido absorbidos por el desgaste del street style y las pasarelas; los cueros y boinas de 1968 abrazados por Dior ; las calaveras y los pasadores de seguridad de los punks británicos adoptados por Alexander McQueen y Versace.
En pocas palabras: es imposible tomar una prenda seriamente como un grito de rabia o desesperación después de que se visualiza en las famosas pasarelas. ¿Será que pronto algún diseñador adopte el chaleco amarillo dentro de su colección? Lo cual es muy malo, porque la ropa ha desempeñado importantes papeles secundarios en la narrativa de la revuelta y el extremismo, ya sea a la derecha o a la izquierda, durante siglos. Recientemente más que nunca.
Lo bueno
Pues en los últimos años, las pasarelas también han fungido como los escenarios perfectos para comunicar alguna inconformidad, tal es el caso de por ejemplo Ricardo Seco, diseñador mexicano que a través de sus colecciones busca enviar un mensaje de inclusión (la conocida chamarra “Mexico is the shit”) en contra de las ofensas de Donald Trump a los mexicanos. VER: México estuvo presente en los GRAMMY y de la manera que menos imaginas O también, el mensaje político de Miuccia Prada en la colección S/S9 de Prada presentada en Milan Fashion Week, cuya fusión entre los excéntricos lentes en forma de insectos y la mezcla de texturas quería denotar un “deseo de libertad y liberación o incluso fantasía que se enfrenta al conservadurismo más extremo. Quería representar el choque entre esas dos ideas”, en palabras de la diseñadora. VER: El discurso político detrás del desfile de Prada
También, al debate relucen los sombreros rosados usados durante la Marcha de Mujeres en 2017 que sirvieron como un punto de acecho visual, al igual que los vestidos negros usados en los Globos de Oro en apoyo de #TimesUp y el atuendo negro adoptado por las legisladoras en el primer discurso del Presidente Trump, así como las botas negras, sudores, pantalones y máscaras de esquí del movimiento Antifa que son un significante más amplio y libre de anarquía.
VER: Millones de mujeres se unen en la Women’s March 2018 para luchar por la equidad de género
Para Vearncombe, “muchas de estas prácticas no se traducen en la nomenclatura de los movimientos en la forma en que lo hicieron los chalecos amarillos, casi de inmediato”.
VER: La importancia de la moda durante la Segunda Guerra Mundial
La trascendencia
El vestuario es trascendente por un lado: los Sans-culottes y los Brownshirts. (Puede parecer incorrecto agrupar las camisetas marrones con las otras, pero fue un movimiento político identificado por la ropa). Entonces, ¿qué hizo la diferencia?
En parte, tiene que ver su accesibilidad, pero probablemente también la naturaleza descentralizada del movimiento, haciendo que los chalecos sean aún más importantes como hilo conductor y llamamiento a las armas.
Es por lo anterior que los movimientos de protesta sin uniforme semejante parecen ser la excepción en los tiempos modernos y pueden ser menos efectivos, por ejemplo, en las protestas de Wall Street en 2011 se carecía de una cohesión visual: los manifestantes tenían muchas miradas y una expansión que se reflejaba en el alcance de sus quejas.
“El cuerpo vestido dentro del cuerpo político es a menudo la única oportunidad que tienen las personas subrepresentadas para participar en las negociaciones de ciudadanía”, también mencionó Vearncombe.
Francia, entre Revolución y moda
Cuando nos referimos a Francia es imposible dejar de pensar en el país que engendró los Sans-culottes, donde la moda se considera parte de la cultura y el patrimonio, así como un instrumento de cambio de régimen, por lo que el movimiento de los chalecos amarillos no nos es indiferente.
Por último, recordemos que no es un accidente que durante el disturbio más reciente de los chalecos amarillos, las ventanas de tiendas francesas como Chanel y Dior se rompieron e irónicamente, en 2008, cuando se introdujo por primera vez la ley del chaleco amarillo, Karl Lagerfeld apareció en un anuncio que promocionaba sus capacidades para salvar vidas.
¿Aún podemos tener dudas sobre la importancia que tiene el significado de las prendas?