Tartán, cuadro escocés, Príncipe de Gales o como prefieras llamarlo...
Las acepciones para esta tendencia casi milenaria son múltiples y sus posibilidades estilísticas, casi infinitas. El origen de este estampado se encuentra en el tradicional traje escocés del siglo XVIII y su influencia, casi sin precedentes, en el mundo de la moda, hace que año tras año los diseñadores apuesten por él en sus colecciones.
En los 80 y 90, la estética punk se apropió del tartán, utilizándolo en pantalones de pinzas, faldas de tablas y accesorios que se mezclaban con detalles metálicos, prendas de cuero y botas acordonadas. En esa estética, firmas como Saint Laurent o Stella McCartney basaron sus colecciones en la primera década de los 2000. Ahora, el tartán vuelve para convertirse en la tendencia estrella del próximo otoño, pero con un aire renovado.
Esta vez el punk queda relegado a un segundo plano y el tartán se reinventa en un estilo mucho más sofisticado, de aires afrancesados que, incluso, invade la estética masculina.
La apuesta de Versace en su desfile de otoño-invierno 2018-2019 es el claro ejemplo del reinado del cuadro escocés. En su última colección, Donatella Versace apostó por este estampado combinándolo en múltiples prendas y colores, extendiéndolo al ámbito de los accesorios y creando, en definitiva, total looks con cuadro tartán.
Pero la de Versace no fue la única pasarela que quedó invadida por el tartán. Este estampado que, como decíamos, llega a la próxima temporada con aires completamente diferentes a lo que habíamos visto hasta ahora, fue la apuesta más fuerte de muchos otros diseñadores. Firmas como Michael Kors, Zimmerman, Simone Rocha o Isa Arfen fueron solo algunas de las que hicieron de este estampado el principal protagonista. Michael Kors optó por las diferentes versiones de este cuadro para combinarlo en looks de dos piezas y trajes de chaqueta, donde la mezcla de colores tampoco tenía límites. Zimmerman, por su parte, optó por piezas completas, vestidos cargados de volumen y detalles, en los que destacaba el cuadro escocés, combinado con otros estampados más discretos. Otras, como Isa Arfen, apostaban por la versión más clásica del cuadro escocés, adaptado a cuerpos y blusas e introduciéndolos a menor escala en pantalones y accesorios.
Y, como ocurre con todas las tendencias que triunfan sobre la pasarela, el tartán también ha invadido los escaparates de las grandes marcas del low cost. En su última colección, donde ya podemos apreciar aires otoñales, Zara ha inundado de cuadros escoceses la gran mayoría de sus prendas. Faldas midi con mucho vuelo, americanas y chaquetas en tweed, pantalones acampanados o bolsos bandolera son algunas de las prendas que han sucumbido a los encantos del tartán. Imposible decir no, ¿verdad?