Carta de confesión: el self-body shaming está acabando con tu paz mental

Carta de confesión: el self-body shaming está acabando con tu paz mental

Primero que nada, quiero que sepas, querido lector, que este texto lo he editado más de tres veces puesto que nunca es sencillo exponer tus debilidades o emociones ante personas que no te conocen del todo, pero creo que podría ser de tu interés leer una experiencia humana con la que posiblemente te sientas identificado. Esta cuarentena he sido víctima de bullying y no hablo de otros hacia mí, sino que, yo misma lo he provocado; durante este tiempo he sido muy dura conmigo y mi apariencia, con esos kilos de más que en lugar de irse parece que solo aumentan. Cabe mencionar que el peso siempre ha sido un gran tema para mí, pero esa historia le pertenece a mi psicólogo y no a ustedes, sin embargo, pareciera que todo aquello que no me gustaba de mi cuerpo antes de la cuarentena empeoró en el momento en el que dejé a la ansiedad apoderarse de la sangre que corre por mis venas. He comido alimentos muy nocivos a mi salud, sí, pero también, he intentado mantenerme “estable”. Por ejemplo, –el 28 de abril– me desperté con el peor bajón de autoestima y energía que te puedas imaginar, obviamente lo primero que le dije a mi hermana no fue “buenos días”, sino, “ya viste lo gorda que estoy” mientras señalaba mi abdomen; a esta conversación la siguió una más con una de mis mejores amigas donde el tema “mis pantalones favoritos no me quedan” se volvió protagonista. Pareciera que en esos momentos no existe nada más que esa peligrosa obsesión y después de muchas horas “sumergida en la miseria de mi gordura”, abrí instagram y noté un live de una clase impartida por Megan Roup, fundadora de The Sculpt Society y comencé a hacer sus ejercicios para después sentir la necesidad de aprender las coreografías de The Greatest Showman. Estos dos pequeños momentos me ayudaron a bajar mi nivel de enojo personal y me hicieron reflexionar que tal vez no soy la única pasando por una situación de esta índole.

Carta de confesión: el self-body shaming está acabando con tu paz mental

Foto: Getty Images

A lo que quiero llegar es que el daño psicológico que nos estamos causando a nosotros mismos con los insultos que nos decimos frente al espejo está a llegando a ser más grande de lo que realmente es, necesitamos respirar profundo y analizar por qué buscamos la aprobación de los demás cuando todavía no tenemos la nuestra. No estoy diciendo que será fácil, ni que de un momento a otro vas a dejar de ver las zonas “de conflicto” en tu cuerpo, ni mucho menos que tendrás un abdomen de acero después de cuatro minutos de plancha, pero sí te sentirás mejor al saber que no estamos solos en esto y lo que estás pasando tú, lo estamos pasando todos o peor… Así que, haz el intento de convertir, sea cual sea, ese sentimiento negativo en algo que te otorgue fuerza para combatirlo y, posteriormente tener la voluntad de sentirte bien contigo, porque después de esta crisis, nada será igual, pero tu puedes ser mejor (física y mentalmente).

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