La rutina del freelance: Cómo optimizar tu tiempo si tienes que trabajar desde casa

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Queremos entender que has venido aquí porque eres freelance desde hace poco o llevas un tiempo siéndolo pero no hay manera de que te habitúes a tu nueva situación (sobre todo si trabajas desde casa). Y, si leyendo estas líneas estás asintiendo ante tu pantalla, bienvenida.

Si acabas de incorporarte al mundo del freelancismo o estás terminando de aclimatarte en esta situación, has de saber algo: es un rollo. Ya, menudo comienzo, gracias, de nada. Pero mejor saber que esta es la base y luego aferrarnos a los matices, para que este periodo de tu vida sea lo más productivo y constructivo posible.

Vayamos por partes. Si te desmotiva tu situación o no terminas de coger carrerilla, no estás sola. Según la Secretaría de Estado de Empleo, a fecha de 31 de marzo de 2018,en España hay más de 3 millones de autónomos. La realidad es que los empleados por cuenta propia trabajan un 38% más que los empleados públicos, en líneas generales. Según la Confederación Intersectorial de Autónomos del Estado Español (CIAE), los autónomos trabajan una media de 8,2 horas más a la semana que un trabajador asalariado, aunque los ingresos que reciben por esta dedicación no va en consonancia a lo que cobran. Qué bien todo, eh.

Pero, que esto y otros datos desfavorables no te sigan desalentando. Tú eres tú y tienes todas las herramientas para que este sea un periodo interesante del que llevarte algo (sobre todo si has apostado por esta vía para hacer algo que realmente te gusta).

Ahora te toca pensar en ti misma.

Si, como en mi caso, vas a trabajar desde casa, has de tener dos cosas claras: la primera, que la organización de tu tiempo es esencial y, la segunda, es que tienes que incluir en tu rutina un deporte de cualquier tipo.

La primera cuestión es lógica, pero muy difícil de llevar a cabo a la larga. Al principio todo bien, porque te motivas ante el reto de comenzar una nueva microvida. Pero con el paso del tiempo..., ay chica Harper’s, que bien se está en la cama hasta las 10, o trabajando en el sofá con café en mano, hablando por whatsapp web sin que tu jefe o jefa mire por detrás (porque no hay jefes en tu casa, obvio) y comiendo todos los días delante del ordenador viendo Netflix.

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Si te sientes identificada, muy mal. Puedes hacer todo esto, claro que sí, pero para ser productiva y sentirte útil, has de educar al cerebro con otros hábitos.

LA REALIDAD DEL FREELANCE QUE TRABAJA DESDE CASA

Cabe destacar que todo esto lo cuento desde mi experiencia.

Quizás hayas oído que lo mejor es quitarte el pijama y vestirte para que tu cerebro se adapte y crea que estás en otro ambiente. Tiene sentido, pero la realidad es que estás en tu casa y que en pijama y sin sujetador es como más cómoda se está.

Por otra parte, hay algo muy importante que no siempre se tiene en cuenta: cuando trabajas desde casa, eliminas de la rutina un tránsito (el camino de ida y vuelta hasta un puesto de trabajo) y con ello, el movimiento de tu cuerpo. Es imprescindible pues, que te obligues –si es necesario– a salir a caminar a algún parque, no solo por hacer ejercicio, sino por despejar tu mente y ausentarte de lo que ha sido durante el día tu casa y tu trabajo.

A la hora de comer es imprescindible hacerlo en otro espacio de la casa (igual que el desayuno) y, si no puedes o no tienes dónde, en otro lado de la mesa de trabajo. Es más saludable determinar diferentes espacios para cada actividad, si no, tu cerebro se satura y el día se hace más pesado.

CÓMO ORGANIZAR EL TIEMPO

Esta es tu nueva vida y eres adulta: madruga (no tanto como si tuvieras que ir a alguna oficina, pues esta es otra ventaja de ser freelance), márcate un horario de comienzo pero sobre todo de fin (y esto es quizás más importante, porque al trabajar desde casa habrá días que nada te impedirá trabajar hasta la noche, pero esto te restará mucha energía, así que ya sabes), haz deporte haciendo un break durante el día, no te agobies ni adelantes acontecimientos pensando que ese será tu futuro (la vida son etapas, y esta es otra más, exprime sus ventajas y aprende de sus desventajas), persigue hasta el fin a quien no te pague una factura (es tu trabajo y tu tiempo. Si no te pagan, manda e-mails, llama, insiste. Ese dinero es tuyo, lucha por él si es necesario).

Y, lo más importante, necesitarás una agenda más que nunca. Hazte con una que te motive y apunta todo: cuándo tienes que entregar tus proyectos o temas, cuándo has de emitir tus facturas, cuándo entran tus pagos...

Ser freelance no es fácil pero, ¿qué más da? Tómatelo como un reto, una nueva forma de concebir tu rutina y una historia que contar en el futuro.

PD: Bueno, sabemos que lo de comer todos los días viendo Netflix vamos a seguir haciéndolo, ¿no? Ok.

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