Serena Williams es víctima de sexismo en el US Open

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Cuando pensamos que la llamada de atención sobre los estilismos que presentó para competir era demasiado, la reciente penalización a Serena Williams nos hace pensar mucho...

Todo sucedió el sábado por la noche en la final que Serena Williams disputó contra Naomi Osaka, y que en vez de ser una competencia que daba el ejemplo de hasta dónde puede llegar el poder femenino y el papel de la mujer en el deporte, cambio su sentido repentinamente a un panorama machista.

Resulta que durante el juego, se le dio una primera penalización a Serena Williams por el árbitro tras ser supuestamente “ilegalmente coacheada” durante el primer set. Según Daily Mail Serena aseguró que no había hecho trampa y que prefería perder que ganar injustamente. Serena no se quedó callada y decidió exigirle una disculpa al árbitro. Este es el momento:

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Pero las cosas no terminan ahí, pues un par de juegos después, Serena tiró su raqueta al suelo tras perder un juego, y Ramos volvió a penalizarla, quitándole otro punto. Serena volvió a confrontarlo y le dijo:

“Eres un mentiroso. ¿Cuándo te vas a disculpar conmigo? Me debes una disculpa. Pídeme perdón. Di que lo sientes. Me robaste un punto. Eres un ratero”.

Tras la pelea verbal Ramos volvió a sancionar a Serena y Naomi Osaka se llevó el juego… Serena no estaba feliz.

“Me vas a quitar esto porque soy mujer. No está bien. Cada año juego esto, no es justo. He trabajado tan duro para estar en esta posición”, le reclamó llorando al árbitro Ramos.

Y aunque Williams apoyó incondicionalmente a Osaka durante la ceremonia de premiación, y le pidió a los presentes no abuchear la victoria de su contrincante ha decidido hacer notar el comportamiento sexista del árbitro.

“Hay que hacer de este momento el mejor posible. No hay que abuchear más. Vamos a salir de esta y vamos a ser positivos”.

Más tarde, la tenista y también diseñadora dio una conferencia de prensa y habló sobre el problema sin ninguna atadura:

“Puedo sentarme aquí y decir que no es un ratero, pensé que me había quitado una victoria. Pero he visto a otros hombres insultar a otros árbitros… y estoy aquí para pelear por los derechos de las mujeres y por la igualdad de las mujeres y todo ese tipo de cosas. Yo lo llamé ratero y él me quitó el juego, y para mi eso es un acto sexista. Nunca le ha quitado un juego a un hombre que le ha llamado ratero, y eso me confunde. Pero seguiré peleando por las mujeres, para que nos traten igual”.

Continuó: “Es indignante. El hecho que tenga que pasar por esto es un ejemplo para que la próxima persona que tenga emociones, se pueda expresar y quiera ser una mujer fuerte. Y va a poder hacerlo por lo que yo hice hoy. Tal vez a mi no me funcionó, pero le funcionará a la próxima persona”.

https://twitter.com/CamCox12/status/1038558762376679425

Este mes ha sido un gran ejemplo de que el sexismo sigue siendo fuerte en el deporte. Hace algunos partidos durante el US Open, la jugadora francesa Alizé Cornet se quitó la playera por unos segundos cuando se dio cuenta que la traía al revés y recibió una penalización, aunque los jugadores hombres se la quitan completamente durante sus partidos sin ningún tipo de repercusión.

https://twitter.com/alissawarren/status/1034657055267676160 También, recordemos que hace un par de semanas, se le prohibió a Serena usar un catsuit personalizado diseñado para ayudar con su problema de coagulación. De acuerdo con The New York Times, el French Tennis Federation y su presidente, Bernard Giudicelli dijo que el traje no podía ser usado porque “Se debía respetar el juego y el lugar”. Así, esperamos que este episodio haga un verdadero cambio en la industria del tenis, y en todos los deportes en general. Sin embargo, a pesar de los señalamientos anteriores, también han surgido opiniones que no favorecen a Serena, el conocido “otro lado de la moneda”, en el cual algunos especialistas en el tema han destacado que la tenista convirtió una mala respuesta a la presión de un partido en una bandera de feminismo; y las amonestaciones del árbitro, ajustadas a las normas (de acuerdo a los expertos) en un ataque de sexismo. Y es que conociendo a Serena Williams sabemos que ella es el verdadero ejemplo de lucha por el derecho de las mujeres, emprendedora y empoderada, pero esta vez parece haber abusado de su papel en la esfera publica. ¿Por qué? Es simple, el feminismo no es una manera de justificar o un escudo para detener todo tipo de acciones que podrían parecer en contra de las mujeres; de hecho para los especialistas, hablar de feminismo debería implicar responsabilidad y utilizar el término cuando de verdad sea necesario. Y Serena parece haber utilizado el discurso a su favor (y a la vez en contra). No es ningún secreto que en el tenis sí existe discriminación: salarial, de género, cobertura mediática y de atención institucional, pero eso no puede usarse como justificación para explicar todo lo que pasa en la cancha (y en la vida cotidiana). De hecho, algunas expertas en feminismo determinan que una mujer tan empoderada como Serena debió ser honesta con ella misma y saber distinguir lo que está bien y lo que está mal. Además hay tantos argumentos, datos y estadísticas como para saber detectar el machismo institucionalizado: no hace falta vestir el feminismo de victimismo porque si dejamos que todo se convierta en machismo, simplemente el movimiento feminista corre el peligro de perder fuerza y sentido. Pues, recordemos que lo que define a un comportamiento machista es que hay un ejercicio de dominio o supremacía de un hombre hacia una o varias mujeres, e implica un trato violento, denigrante o humillante, sin embargo una llamada de atención por incumplimiento de normas parece no entrar en el concepto. Es así como, diversos especialistas en el tema coinciden en que ese fue el gran error de Serena: al tratar de empoderarse asumió comportamientos violentos, justo eso que el feminismo trata de erradicar. No queremos tomar una postura a favor o en contra porque es cierto que como mujeres nos tenemos que apoyar, y somos fieles seguidoras de Serena, sin embargo tampoco podemos ser parte de una justificación no correcta.

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