Los 10 mantras de la decoración ‘millennial’

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Somos la primera generación de nativos (o casi) digitales, eso lo sabemos. El nacimiento de internet tuvo lugar en nuestra infancia y adolescencia y la crisis azotó nuestro futuro cuando estábamos terminando sus estudios o recién iniciados en el mundo laboral.

Eso, junto a la globalización de la última década, la sobreprotección de nuestros progenitores y la alta cualificación cultural y académica, nos han marcado como generación millennial y diferenciado del resto.

Y, claro, todas estas características han afectado a nuestra forma de comportarnos, de enfrentar la vida, de reinventarnos en el mundo laboral y, por supuesto, de crear un estilo propio, no solo a la hora de vestir sino también a la hora de crear nuestros espacios. Y es que, otra de las características que definen a la generación millennial es la fiebre por hacerlo todo extremadamente bonito y funcional, y eso adquiere su máximo en el ámbito de la decoración.

¿Hay restos de todas estas características en las casas de los millennials? Definitivamente, sí. La fiebre por la decoración ha ido en aumento en los últimos años y esta generación es la perfecta embajadora de la filosofía que lleva a convertir tu hogar en una extensión de todo lo que eres. Por eso, hemos analizado al detalle, a través de Instagram, Pinterest y portales de decoración, todo lo que define el estilo de vida y decoración de los millennials. Y estos son los 10 mantras:

1. Se vive de renta

Tanto por elección como por obligación (esta segunda pesa más que la primera). El hecho de ser la generación más cualificada hasta el momento implica que la salida al mundo laboral se haya retrasado con respecto a otras generaciones. Además, encontrarse de frente con la crisis económica ha provocado que un gran porcentaje de estos jóvenes cuenten con sueldos bastante bajos, por lo que enfrentarse a una hipoteca es algo impensable.

Por otro lado, la aspiración a viajar, a crecer a nivel personal y laboral y explorar nuevos lugares han provocado también un cambio de pensamiento con respecto a la hipoteca. Los millennials no compran casas porque no quieren atarse a una ciudad o lugar concreto, ¿quién sabe dónde estaremos de aquí a cinco años?

Y precisamente el hecho de vivir de alquiler implica ya una serie de condicionamientos en su estilo de vida. Por ejemplo, las reformas y obras en el piso no entran dentro de sus planes (la mayoría de las veces no están permitidas); cada necesidad o mejora del piso implica una lucha por intentar convencer a los caseros (véase, por ejemplo, la instalación de aire acondicionado en plena ola de calor); y elimina la posibilidad de hacer grandes inversiones en mobiliario y piezas de decoración, porque nunca se sabe si encajarán en su próxima vivienda.

2. La luz natural es imprescindible

A la hora de buscar piso, más aún si es en una ciudad grande, hay muchos requisitos a los que nos vemos obligados a renunciar. Pero la luz natural no es uno de ellos. Un piso puede ser más pequeño de lo que nos gustaría, más viejo de lo que buscábamos y más caro de lo que estábamos dispuestos a pagar en un principio. Pero debe ser luminoso, contar con ventanas o balcones al exterior y que la luz natural atraviese hasta el último rincón de la casa. Y eso es innegociable.

3. Cuanto más blanco, mejor

Otra de las condiciones inamovibles es el color blanco como principal protagonista. Vale las paredes no sean lisas, incluso nos hemos acostumbrado al odioso gotelé y, tras años y años viviendo de alquiler en pisos con paredes rugosas, hasta le hemos cogido cariño. Eso sí, las paredes tienen que ser blancas. No vale un tono vainilla o un pastel, por muy clarito que sea. Así que si el piso no es blanco, al menos tiene que existir la opción de poder pintarlo.

https://www.instagram.com/p/Bf5pF51nK8q/?utm_source=ig_embed A partir de ahí, un buen millennial siempre intentará que la mayoría de los muebles, armarios, mesas y demás elementos de gran tamaño sean blancos o, al menos, en tonos neutros, para mantener ese equilibrio y aprovechar al máximo la luz y la claridad en cada espacio. Otra de las razones de la elección del blanco es que, como hemos dicho, la gran mayoría de esta generación vive de alquiler, por lo que el mobiliario debe ser lo más neutro y versátil posible, para poder adaptarse en un futuro a otros espacios.

4. Una oda a la cultura pop

La generación millennial ha crecido marcada por las series de los 90, las primeras grandes producciones en la gran pantalla de ciencia ficción, los grupos de rock que, de pequeños, escuchaban en cintas de casette y que, casi de forma inevitable, marcaron sus gust0s e intereses culturales de por vida.

En los últimos años hemos vivido el mayor movimiento nostálgico de todos los tiempos, potenciado por las redes sociales, en el que las masas han pedido el retorno de series como Friends o remakes de películas como Star Wars. Todos estos guiños a la cultura pop tienen también un lugar importante en los hogares de esta nueva generación de jóvenes; tanto, que los posters de películas y series (no solo de los 90 sino de algunos éxitos actuales como Stranger Things o La La Land) son un accesorio imprescindible en salones y dormitorios.

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5. Espacios multifuncionales

Los pisos de alquiler en las grandes ciudades no son precisamente baratos así que, lo normal es conformarse con un apartamento pequeño. Quien vive solo o en pareja, suele tener como máximo una habitación extra que aprovecha al máximo. Ese cuarto SIEMPRE es multifuncional: sirve de espacio de trabajo si uno de los dos es freelance, cuarto de invitados, vestidor, trastero y cuarto de la plancha. Sí, aunque tenga diez metros cuadrados se aprovecha cada rincón. Lo mismo ocurre con salones y espacios abiertos que, habitualmente, ejercen de comedor, sala de ocio y, a veces, incluso de pequeño gimnasio.

Como hemos dicho, no necesitamos una mansión para vivir bien y somos expertos en aprovechar al máximo los pisos pequeños. Nunca subestimes la capacidad de reorganización de espacios de un millennial.

6. Nunca hay demasiado espacio de almacenaje

Este punto es consecuencia directa del anterior. Nuestros padres, en sus respectivas casas, solían contar con habitaciones extra que utilizaban de ropero, despensa en la cocina y armarios gigantes en los pasillos. Ese es un privilegio al que los millennials hemos renunciado. Por eso, detalles como los armarios empotrados en las habitaciones o altillos de almacenaje son putos extra para cualquier piso de alquiler.

Por no hablar de que cada nueva adquisición para el hogar está pensada, siempre, para almacenar lo-que-sea. Es decir, si tenemos que comprarnos una cama, será un canapé donde podamos guardar ropa y maletas; intentaremos encontrar hueco para estantes, baldas y burros de pared; y, por supuesto, hemos desarrollado la capacidad de crear nuevos espacios de almacenaje encima de los armarios (y hasta debajo de camas y sofás).

7. Las plantas de interior son las nuevas mascotas

Los pisos pequeños en grandes dificultan mucho la posibilidad de tener una mascota. Más aún, teniendo en cuenta que los horarios de trabajo no suelen ser compatibles con los cuidados que cualquier mascota requiere. Así que todo nuestro instinto de cuidados lo hemos centrado en las plantas de interior (porque, por supuesto, tampoco tenemos jardín para plantas de exterior).

Tanto, que se han convertido en la última obsesión de Instagram, además del elemento de decoración estrella de los últimos tiempos. Normalmente optamos por cactus o potos, que son algunas de las más duraderas y que requieren menos cuidados (aquí tienes la lista completa de las mejores plantas de interior).

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8. IKEA es una auténtica biblia

Podemos comprar mesitas y consolas en mercadillos de decoración vintage, hacernos con piezas de pequeño tamaño en tiendas de diseño, invertir en textiles de lino y materiales naturales o comprar ilustraciones de jóvenes talentos para decorar nuestras paredes. Pero el 99% de nuestro piso pertenece a IKEA.

La franquicia sueca cuenta con las tres características que hacen impensable amueblar los espacios en cualquier otro lugar: tiene básicos infalibles, es extremadamente barata y, además, suele adaptarse bastante bien a los estilos en tendencia.

Teniendo en cuenta que a la hora de amueblar un piso el presupuesto para decorarlo no suele ser demasiado elevado, no hay hogar millennial en el que falte la cómoda de cajones MALM, la librería KALLAX o el diván HEMNES.

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9. Nórdico, industrial, natural... Diferentes estilos combinan en un mismo espacio

¿Por qué elegir un solo estilo cuando puedes combinarlos todos en un mismo espacio? De Instagram, Youtube y las revistas especializadas hemos aprendido que en el ámbito de la decoración no hay límites.

En los últimos años hemos visto una proliferación de estilos como el nórdico, inspirado en el estilo de vida danés y sueco, el industrial o las tendencias más naturales, que apuestan por colores y materiales que evoquen la tierra y la naturaleza. Y, sí, es posible (y casi obligatorio) mezclarlos todos en un mismo lugar.

Es cierto que solemos decantarnos por un estilo más o menos claro, pero incluir detalles pertenecientes a otras tendencias es un riesgo que merece la pena correr: las alfombras de rafia para salones ultra modernos o las sillas y mesas industriales en espacios más cálidos son las apuestas ganadoras.

10. Ante todo, personalidad

Atrás quedaron los cuadros de salón de grandes ciudades y taxis amarillos o los paneles que exigían amor y cuidado en cada rincón de la casa. Todos esos detalles genéricos e impersonales no son cosa de millennials.

Si eres un friki de la ciencia ficción, posiblemente tendrás una estantería plagada de funkos de Star Wars, Harry Potter y Juego de tronos. Si lo que te gusta es el arte moderno, posiblemente las paredes de tu salón las ocuparán varias ilustraciones de artistas emergentes. Y si te has vuelto un loco de las plantas, tendrás potos y cactus sobre cestos de mimbre repartidos por toda la casa. Pero tu piso, si eres millennial, llevará tu nombre.

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