Vive de cerca la reapertura de 30 Montaigne, la boutique insignia de Dior.
30 Montaigne se transforma para dar lugar a una experiencia nunca antes vista en la industria del lujo.
Por Georgina Villa
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La reapertura de 30 Montaigne, todo un acontecimiento para la industria de la moda
Cuando de shopping districts se trata, el directorio de París parece ser interminable. El lujo y exclusividad de Rue Saint Honoré, el hype del barrio de Le Marais, y por supuesto, la famosa avenida de Champs-Élysées —imposible pronunciar sin pensar en la canción de Joe Dassin— han convertido a la capital francesa en uno de los destinos favoritos de más de un shopaholic. Pero cuando de Alta Costura hablamos, existe una calle considerada por los fashion insiders como la grande dame. Desde hace varias décadas se ha convertido en la elegida de numerosos diseñadores y casas de lujo para instalar sus boutiques principales y hasta headquarters: La Avenida Montaigne, ubicada en el distrito VIII de la ciudad. Fue esta calle que en 1946 albergaba el legendario hôtel particulier que inspiró a Christian Dior a instalar su primera boutique.
Se trata de la reapertura de la tienda insignia de Dior en 30 Montaigne.
Logré escaparme un par de horas del calendario de desfiles para hacer un recorrido previo a la apertura oficial de lo que promete ser el nuevo it place de Dior...
Entrar en el edificio de arquitectura haussmaniana podría ya ser una experiencia por sí sola, pues más que una boutique. En la primera planta me encontré con los departamentos de prêt-à-porter, accesorios como bolsas y zapatos, joyería, belleza, fragancias y hasta un espacio dedicado a la personalización de accesorios. Todos ellos en torno a la escalera principal ubicada junto a una escultura de acero de una rosa a gran escala, obra de la artista alemana Isa Genzken, y que no hace mucho tiempo atrás, había visto entre los pasillos de la Fondation Louis Vuitton. Fact: Las paredes de cada departamento fueron diseñadas y fabricadas totalmente a mano como parte del proyecto arquitectónico de Peter Marino.
Para los antojadizos como yo (y especialmente después de un día de compras, o en mi caso, window shopping) la experiencia se vuelve aún mejor con La Patisserie Dior y el restaurante Monsieur Dior. Ambos bajo la dirección del chef francés Jean Imbert quien a partir del 2021 sucedió al gigante de la gastronomía francesa Alain Ducasse, en las cocina del hotel Plaza Athénée de París.
Un par de copas y tres canapés después (y tras deambular entre los pasillos de zapatos), me decidí a subir al segundo piso para encontrarme nada menos y nada más que con las colecciones de Alta Costura.
Este momento fue como haber asistido al re-see del último desfile de Dior Haute-Couture, pues a diferencia del show que tuvo lugar en el Museo de Rodin, esta vez pude ver de cerca, tocar y ser testigo del trabajo artesanal detrás de la colección. En este espacio, me encontré también (y en spot protagónico) con la obra de uno de mis artistas mexicanos favoritos, Carlos A. Morales. A pocos metros de una terraza de cristal que solo me hizo fantasear con la llegada del verano y del buen tiempo.
La segunda parte del tour, dio un giro de 360º con La Galerie, convirtiéndose sin duda en mi parte favorita.
Para los amantes de los museos de moda, este espacio es de ahora en adelante una visita obligada en París, pues alberga un surtido de archivos inéditos. Desde el árbol genealógico de la familia de Christian Dior y fotos de la villa de Granville en donde vivió su infancia, hasta cartas, dibujos y fotos de artistas como Salvador Dali, Picasso y Jean Cocteau homenajeando a su pasado como galerista.
Habiendo crecido con un abuelo sastre, siempre he sentido un cariño especial hacia los ateliers de costura.
En Montaigne 30, me encontré no solo con la oficina de Christian Dior sino con los talleres originales en donde su equipo dio vida a algunos de los looks más emblemáticos de la firma durante los años cuarenta y cincuenta.
Por si no fuera lo suficientemente épico caminar sobre este atelier a través de un pasillo de cristal, a esta sección le sigue una sala que me recordó a la última escena de 2001: Odisea del Espacio de Kubrick. Se trata de un laboratorio de alta costura en donde además de encontrarte con algunos bocetos originales.
Así como pantallas del making of de algunas colecciones.
Por otro lado, puedes platicar con las couturiers que hoy en día se encuentran trabajando en los distintos departamentos de HC de la firma francesa.
La lista de highlights de mi visita, sin duda podría seguir, pero mi no spoiler policy me obliga a parar aquí e invitarte a vivirla en persona. La nueva boutique de Dior en Montaigne 30, se trata sin duda de un destino ideal para todo entusiasta, no solo de la industria de la moda, sino de la historia, arte, arquitectura y diseño. Para no perderse en tu próximo viaje a París. Sigue leyendo...
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