El concepto de wellness es lo suficientemente amplio para quererlo englobar con un solo atributo, pero si algo lo puede conceptualizar, es el bienestar —en todos sus sentidos. Quienes se dedican a darle un lugar a las retribuciones del wellness tienen en cuenta varios de los rasgos que encapsulan este modus vivendi, que refiere a: las dimensiones emocionales, físicas, ambientales y espirituales (entre otras más). Bajo esta noción, y con un toque hacia la holística, se presentó la renovación del Fairmont Spa en el corazón del Fairmont Mayakoba para guiar hacia una nueva perspectiva de bienestar integral que se inspira en la cosmogonía maya y la fusiona con el lujo y la relajación.
Relajación y cosmología Maya
Localizado en medio de la densa vegetación de Mayakoba, bajo la sombra de una Ceiba (el árbol sagrado para los mayas), Fairmont Spa celebra el bienestar integral con un nuevo diseño que refleja una armoniosa combinación de elementos naturales y estética moderna. Pero antes de pasar tras las puertas, toda visita debe iniciar con su debido ritual: Lala te dice Ma’alob k’iin (buenos días) y procede a una limpieza de purificación, primero bendiciendo la tierra para rezar por la protección de la Ceiba; posteriormente te tocará una para abrir el alma. Las siguientes partes consistirán en tu elección: el jardín sensorial, el temazcal, la cabina exterior para parejas (o amigas) y el Serenity Room donde tienen un muy especial menú wellness, pero el toque distintivo se lo llevan los masajes.
Como grandes astrónomos, los mayas basaban su vida en el movimiento del sol, las estrellas y la luna, y confiaban en sus ciclos reciclándolos con los elementos de la naturaleza, y es de ahí donde vienen algunos de los nuevos tratamientos del spa. No hay preferidos, pero de los más llamativos están la experiencia de Chocolate que incluye una exfoliación, envoltura corporal de cacao, masaje en el cuero cabelludo y aplicación corporal de aceite hidratante. O el ritual de lluvia Cha chac que comienza con una tradicional bendición Maya y quema de incienso de copal, después te relajas en la mesa de lluvia mientras exfolian la piel, seguido de una mascarilla corporal de chaya, yuca y cítricos.
Cocina consciente
Dentro del spa, antes de pasar a la alberca con cascadas o al jacuzzi (el área mixta, ya que los cuartos de spa y baño están separados), la parada para comer se vuelve obligatoria —finalmente, la buena alimentación es un pilar básico del wellness, ¿no? En este espacio rodeado de ventanales y amplios sillones degustarás un menú especial elaborado por el chef ejecutivo Daniel Noguera, quien introdujo una amplia muestra a base de ingredientes locales y aguas infusionadas al frío con tés o flores del Valle de la Paz. Sirven desde los platillos más ligeros como el ceviche de trigo en limón, menta, tomate, perejil, cebolla morada, pepino y pimienta verde, hasta el dulce gusto de un postre como la experiencia Miel de Yucatán que es un mousse de crema de lima en salsa de mantequilla de miel que cumplen con la promesa de tocar todos tus sentidos desde que ves tu comida llegar a la mesa hasta que limpias el plato. Y todo esto en un viaje culinario saludable que además incorpora prácticas sustentables, como parte de la misión del hotel y del spa: los mariscos vienen de proveedores sostenibles en Baja California y cerca del lugar hay granjas sostenibles que surten toda variedad de frutas y verduras.
Sanación y descubrimiento
Está claro que la parte corporal es importante, pero ningún equilibrio sale a flote si la mente está inquieta. Hay una experiencia curativa para el alma de Temazcal, que honra la tradición maya con una ceremonia dentro de esta cúpula climatizada que te embarca en un profundo viaje espiritual de purificación y renovación —todo dirigido por un chamán o chamana.
Tras las puertas de todo el santuario que provee el edificio del spa, se encuentra un aspecto distintivo del Fairmont, la miel Melipona. Se han comprometido a proteger a las abejas que cultivan este tipo de miel único y exclusivamente conocido por sus fines medicinales. Para curiosear un poco más allá, en el jardín botánico te enseñan qué hierbas se usan para tu tratamiento mientras aprendes sobre los beneficios que tienen para tu organismo.
Y como un toque que complementa el aspecto espiritual con la experiencia Fairmont, si vas a Cielo —el bar en la azotea del beach club Maykana con una vista de 360 grados— encontrarás un menú de bebidas inspiradas en cuarzos. Están el cuarzo verde para la protección (gin, licor de melón, jugo de limón amarillo, jarabe de jengibre, manzana y pepino) o el cuarzo rosa para el amor (sandía con frambuesa, jugo de naranja y toronja, jarabe de romero), y más cuya magia no te queremos spoilear, porque se debe vivir.