Birkin madness: “El icónico bolso me hizo hacerlo”

Birkin

Las razones lógicas -y no tan lógicas- detrás de la obsesión por un Birkin.

Se encuentran innumerables artículos y posts sobre el icónico bolso que diseñó Hermès inspirado en Jane Birkin; desde la historia en aquel vuelo de París a Londres que lo inició/cambió todo, los mitos y leyendas que por décadas han dado los mejores resultados de PR -como la infame waiting list para por fin adquirir una-, hasta el típico “Cómo comprar tu primer Birkin” (aunque en muchos casos se lea solo por curiosidad). Este objeto del deseo no para de dar de qué hablar.

La euforia u obsesión no presenta déficit. La mayoría de las mortales daría un riñón -o los dos-, a su primogénito también con tal de hacerse de uno, incluso usado.

Por: Dafne Ruiz

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Birkin madness

El Birkin me recuerda un poco a la historia de The Lord of the Rings. “My precious”.

En el mundo de la moda pocos ítems pueden presumir de semejante trascendencia y poder, no solo de estatus sino de realmente llevarnos a perder la cabeza.

Me incluyo porque, en su momento, yo también quise un Birkin. En Primates of Park Avenue, una memoria de Wednesday Martin, se explica la importancia del Birkin desde el punto de vista antropológico y sociológico: No puedes formar parte de una tribu como la del Upper East Side sin un Birkin. O sí, pero estarías en el último eslabón. Un símbolo de estatus que otorga respeto y despierta la envidia a tu alrededor. La pregunta del millón continúa siendo: ¿Por qué queremos tanto un Birkin?”

¿Y por qué un hombre estaría dispuesto a dárnoslo?

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“A wife with a Birkin is an excellent narcissistic extension for a successful man”, declaró hace algunos años la psicóloga Stephanie Newman a Martin.

No hace falta explicar nada cuando todo mundo domina lo difícil -o casi imposible- que es conseguir el bolso.

Rumour has it que es necesario un intermediario, un contacto, un dealer. Alguien muy cercano a la casa Hermès.

Los hombres pecaron de ingenuidad, pero aprendieron esta lección gracias a bien informadas novias o esposas sobre la travesía para obtener un Birkin (la cual casi siempre termina en un viaje a Asia).

No por nada celebridades como Drake, quien posee una gran colección, y Kanye West han alimentado a su ego con unos cuantos que llevan la etiqueta de los más codiciados.

Si bien comprar un Birkin en una flagship o en Europa es lo más glamuroso y fidedigno, no tiene nada de malo considerar una de venta en eBay, ¿verdad, Michael Tonello?

El audaz reseller de bienes de lujo se hizo de tal fama que se ganó el título de ‘Birkin Houdini’ y ‘Birkin broker’ por su gran talento.

En su memoria, Bringing Home the Birkin: My Life in Hot Pursuit of the World’s Most Coveted Handbag’, Tonello revela todo lo que tuvo que hacer, su plan con estrategias, tácticas y presupuestos (el outfit para la ocasión debe no ser menor al cuarto de millón de dólares incluyendo joyería) para evadir las barreras que separan a un Birkin de cualquier mortal… con el suficiente poder adquisitivo, por supuesto.

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Un post de The Cut publicado a finales de abril de 2022 señala que la tendencia entre varias mujeres ricas de Nueva York (entre ellas, una diplomática) es optar por un Birkin… fake. Sí, leíste bien.

A pesar de que las réplicas siempre han sido satanizadas -por justa razón-, y que si te descubrieran con una pedirías que te desterraran con ella, la ‘Birkin madness’ ha tomado un camino más oscuro.

Nadie pondría en duda que el Birkin de la protagonista del post podría ser una copia; cuenta con una colección original, casa de 10 millones de dólares en The Hamptons y jet privado.

¿Por qué tendría que recurrir a semejante fachada?

La autora menciona que aquella mujer ha gastado alrededor de 10 mil dólares en réplicas durante el último año y que de esa forma, su marido no se enoja con ella porque no gasta tanto dinero”.

De quien sí lo entendemos es de Carrie Bradshaw. Cuando veía la serie pensé: “Quiero ser periodista, escritora”.

Su mundo era fascinante. Inaudito e inexplicable cómo podía gastar miles de dólares en ropa, especialmente en zapatos con un modesto sueldo sin tener que sacrificar los ricos desayunos fuera de casa y los cócteles durante los fines de semana.

El detalle es que si presumía de un exquisito gusto en tacones, los bolsos no eran su fuerte.

En febrero de este año, Sarah Jessica Parker reveló en una entrevista lo que tantos habían especulado: El Birkin que llevó su personaje en 2002 era fake.

Al menos en esa temporada hubo un poco de congruencia, aunque jamás hubiéramos imaginado que Carrie caería en las manos del mercado negro chino.

Un completo error por parte de los productores que no filmaran esa escena. No cabe duda de que hubiera pasado a la posteridad.

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El escándalo también ha sido parte de la historia del Birkin.

Además del auge de la piratería, existió otro aspecto vergonzoso que a muchas figuras públicas pareció no importarles en absoluto: En 2015, la misma Jane Birkin exigió que el bolso fuera renombrado para así desligarse de la crueldad que sufren los cocodrilos para su fabricación, sobre todo del Himalaya, el que es el modelo más caro hasta la fecha (60 mil dólares en promedio).

En estos tiempos en los que la responsabilidad ambiental es crucial, el Birkin enfrenta el reto al menos en materia de imagen, no tanto de ventas.

Kim Kardashian podrá estar a favor de una dieta vegana/plant-based, pero parece que eso no significa que renunciará a sus amados Birkins.

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Si quieres tu Birkin bag sin tanta complicación, puedes visitar las páginas de las Kardashians; tanto Kim como Kylie han sido criticadas severamente por vender las suyas que ya no quieren debido a que 1) los precios son irreales/inaccesibles para sus fans y 2) porque olvidan que podrían subastar para una buena causa.

Existen también otros sitios como Farfetch que ofrece uno de segunda mano de 1993 en 367 mil pesos mexicanos, el resto oscila en 600 mil pesos y la versión más cara cuesta dos millones 205 mil pesos. FYI, hay un 10% de descuento para estudiantes.

¿O acaso eres de las pocas cuerdas que no está loca por un Birkin?

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