Christy Turlington y su hija, Grace Burns, encarnan a la perfección el espíritu ecuestre de las colecciones de CH Carolina Herrera, encabezados por los bolsos Dogma Insignia, Fusta Insignia y Poncho. Bajo los hermosos paisaje de Trasierra, en Sevilla, esta historia refleja una intensa pasión por la equitación y la naturaleza, fundamentales en el heritage de la firma.
La Sierra Norte de Sevilla ofrece paisajes alucinantes y perfectos para dar rienda suelta a la pasión por lo ecuestre. Trasierra, una paradisíaca finca rodeada de plantíos de naranjos, olivos y castaños, ubicada a poco más de una hora de Sevilla, fue el escenario perfecto para conjugar el amor por la equitación, la naturaleza y, por supuesto, la moda. La firma CH Carolina Herrera, reconocida por su estilo atemporal y su legado de inspiración ecuestre, creó una exclusiva aventura hípica en este fantástico lugar para celebrar la conexión entre los caballos, la naturaleza y su maestría artesanal representada a través de sus colecciones en general y en los bolsos Doma Insignia, Fusta Insignia y Poncho, en específico.
Para contar esta bella historia, la firma reunió a varias personalidades que comparten sus valores. En Harper’s Bazaar te presentamos el íntimo recorrido que la modelo y activista Christy Turlington realizó junto a su hija, Grace Burns. La aventura permitió a ambas sumergirse en el increíble entorno de Trasierra y, a la vez, contar la historia de los emblemáticos bolsos de la marca, cargados de aire ecuestre. Este fabuloso storytelling refleja el amor de Carolina Herrera por los caballos –recordemos que la diseñadora fue una gran amazona en su juventud– y el reconocimiento al mundo hípico como fuente primordial de inspiración en la trayectoria de su marca. La historia contada aquí es, a su vez, un homenaje a la guarnicionería, ligada al trabajo de la piel y a la maestría artesanal del Leather Atelier que tiene la firma en España, donde los maestros artesanos le imprimen su talento a la creación de piezas únicas que se mantienen fieles a la esencia de la indumentaria ecuestre.
Los bolsos y los personajes de esta historia reflejaron el verdadero espíritu de la marca: el Doma Insignia Bag se inspira en la elegancia de los caballos y en la Doma, capturando la armonía y el equilibrio que requiere esta disciplina. Esta pieza se reconoce por el pespunte que rodea al bolso y las iniciales en relieve. Por su parte, el Fusta Insignia Bag refleja el papel fundamental que desempeña la fusta dentro del mundo ecuestre, como instrumento de comunicación entre el jinete y el caballo. Su piel doble faz refleja el arte de la guarnicionería y fusiona tradición con modernidad. Por último, el bolso Poncho rinde un claro homenaje a las raíces de Carolina Herrera. Su silueta es un tributo al icónico poncho, indumentaria clave para las naciones de América Latina.
A través de estas piezas clave, así como de un ready-to-wear elegante y timeless, para conectar con mayor precisión el mundo ecuestre con la naturaleza y la moda, Christy Turlington y su hija nos cuentan una historia enclavada en legado, tradición, pasión y craftsmanship. Una experiencia entrañable que confirma el objetivo de la marca por crear momentos y vivencias excepcionales. Por supuesto, toda esta aventura tiene mayor relevancia acompañada de los emblemas de la firma, los cuales materializan esos valores que han sido pilares a lo largo de su historia. Sin duda, una mágica conexión que demuestra que la moda sin pasión, sin historias que unan pasado y presente, y sin bases sólidas que les den una firme razón de ser, carece de sentido. Por suerte, esta historia permanecerá hoy y siempre.