Esta mañana tomó posesión por segunda ocasión el presidente, Donald Trump y uno de los momentos más esperados de la ceremonia fue la aparición pública de su esposa, Melania Trump, con quien por cierto, está a punto de cumplir 20 años de matrimonio y como era de esperarse, el look de la primera dama generó expectativas y opiniones en torno a su elección.
Aunque la participación política de Melania Trump no ha sido precisamente la más destacada por los medios de comunicación estadounidenses, lo que siempre ha sido su fuerte, sin duda, es el estilo y el buen gusto con el que elige sus looks para las ocasiones especiales.
Hace unos días te contábamos todos los detalles sobre el vestido de novia firmado por Dior que vistió el 25 de enero de 2005 cuando le dio el ‘sí, acepto’ al empresario y actual presidente estadounidense.
¿Qué quiso decir Melania Trump al mundo a través de su look en la toma de posesión?
Es muy común que las primeras damas tengan un mensaje para los ciudadanos cuando sus esposos ascienden al cargo, por ejemplo, Michelle Obama vistió un look color limoncillo que representaba esperanza y dulzura para la nación.
Melania Trump conoce bien las claves de la moda y no dudó en poner a cargo de su imagen a Adam Lippes, el exclusivo diseñador de moda especialista en looks formales y estilo clásico que en otros episodios de la política ya ha vestido a personajes como Michelle Obama y Kamala Harris.
Durante el día de la inauguración 2025, Melania Trump lució uno de sus diseños más enigmáticos: se trató de un abrigo cruzado de lana en seda azul marino combinado con un sombrero cordobés en blanco y negro diseñado por el sombrerero, Eric Javits.
Debajo del imponente abrigo había una falda tubo de lana en seda y una blusa de crepé de seda color marfil en blanco.
Sin duda, el mensaje de Melania Trump como primera dama por segunda ocasión es un mensaje contundente relacionado al compromiso, la elegancia y el poder económico representado por el color azul.
El sombrero cordobés que para muchos usuarios de redes sociales no fue un acierto en el contexto de la ceremonia, transmitió un mensaje de seriedad y estabilidad que combinado con su personalidad distante podría ser considerado como un mensaje de alejamiento de la vida pública y política de Estados Unidos, aunque siempre de forma responsable y respetuosa.