Formar parte de la familia real implica el apego a un estilo de vida totalmente fuera de lo que conocemos públicamente y es que, aunque de lejos parece que todo se trata de glamour y poder, en realidad hay simbologías sumamente arraigadas en la realeza, un bonito y deslumbrante ejemplo de ello es el uso de tiara o corona real que, aunque no lo creas, son sustancialmente cosas muy distintas.
Hoy en Harper’s Bazaar queremos hablarte de esas diferencias que pudieran ser evidentes, pero que vale la pena recordar para no confundir conceptos y quedar out.
Estas son las principales diferencias entre una tiara y una corona real
Corona real
Empecemos por lo más evidente: una corona real está hecha de materiales preciosos fundidos que dar forma a una base circular que se ajusta a la cabeza de quien la porta. De esa base emergen dos arcos, uno frontal y otro lateral que se interseccionan elevados al centro de donde también se despliega una cruz y está cubierta en su totalidad por piedras preciosas obtenidas de los distintos países que pertenecen al reino.
Al interior de la corona, justo debajo de los arcos y la cruz hay un forro sagrado de terciopelo, dependiendo el color tiene diferentes significados, aunque debes saber que por sí misma una corona real representa poder, soberanía y el mandato divino de gobernar un reino.
Incluso dentro del universo de joyas reales existen grandes diferencias entre las utilizadas por la o el heredero al trono y las coronas para el o la reina consorte, para los primeros las joyas suelen heredarse y para los segundos se pueden mandar a diseñar e iniciar nuevas tradiciones, aunque en realidad ninguna reina o rey consorte han utilizado las coronas de alguno de sus antecesores.
Tiara
También se les conoce como diademas, su principal característica es que están hechas a base materiales preciosos fundidos, pero la base -a diferencia de la corona- no es un circulo completo, es más bien una especie de semicírculo que no cierra y se coloca sobre la cabeza y por detrás de las orejas.
A diferencia de la corona real, una tiara -o diadema- no tiene realmente un significado divino, más bien se utilizan en contextos formales como reuniones sociales o políticas importantes, pero son una muestra de glamur, elegancia y buen gusto.