En el ámbito de la moda global, pocos países cuentan con una herencia textil tan rica y diversa como México. Cada hilo tejido y cada puntada narra una historia impregnada de siglos de tradición, cultura y destreza artística. Desde los coloridos huipiles de Oaxaca hasta el intrincado bordado de Chiapas, los textiles mexicanos son un testimonio vivo del vibrante tapiz de comunidades indígenas en el país.
“El huipil llegará hasta los tobillos. Estas prendas eran de algodón, lana o ixtle finamente tejidas, algunas mujeres llevaban uno o dos huipiles, según las posibilidades de cada una”.
Arte textil en México, un legado de cultura y moda
“La acción de tejer telas consiste en entrelazar perpendicularmente dos grupos de hilos”, escribió Ruth D. Leghuga (doctora e investigadora austriaca nacionalizada mexicana, para el texto Las técnicas textiles en el México indígena. “Tanto el descubrimiento de las fibras adecuadas, como la construcción de los telares, se hicieron autónomamente en muchas culturas antiguas. [...] En el Continente Americano, el textil tuvo gran importancia y llegó a un alto grado de perfección”. Con este panorama sumamente conciso hay una clara introducción en la importancia de esta práctica a lo largo de los siglos, tanto para la identidad de la cultura como para su desarrollo en sociedad. Además de ser equivalentes en la manera de crear una industria más moderna para las comunidades —Ruth habla de la máquina de coser como el artefacto que les revolucionó en el siglo XX—, en 2018 escribieron para una tesis con mayor explicación, “así, el textil se carga de un valor ritual y deja de ser simplemente ropa para convertirse en un puente entre el presente y el pasado, en el que se construye la identidad y se preserva el patrimonio”. Y es precisamente con esta esencia de lo ritual que el arte textil permanece como un libro de historia escrito entre hilos.
1. Textiles de Oaxaca
Esta región es conocida por los tejidos producidos especialmente por las comunidades indígenas Zapotecas y Mixtecas. Oaxaca es famosa por sus vibrantes tapetes de lana, coloridas prendas de vestir y complejas tapicerías. Hay recorridos en Oaxaca que te enseñan cómo pintan la lana de las alfombras usando cal, insectos (como la grana cochinilla) y demás productos de la naturaleza.
2. Huipil
Una prenda tradicional usada por mujeres indígenas en varias regiones de México, el huipil es una blusa rectangular a menudo tejida con diseños intrincados que tienen significado cultural y simbólico.
“Las tejedoras amuzgas crean huipiles característicos de vivos colores gracias a su vivaz sentido del color y al empleo de diseños florales brocados. En la lengua náhuatl, ‘xochi’ significa flor, y los miembros de esta comunidad se refieren a sí mismos como gente de las flores”.
3. Rebozo
Esta versátil pieza rectangular —como un chal— está tejido con finos patrones y es una parte integral de la cultura mexicana. Se usa en varios estilos y se utiliza para todo, desde cargar bebés hasta cubrirse de las bajas temperaturas; puede elaborarse con tejido en telar de pedal o en telar de cintura (un instrumento que data de la época prehispánica).
4. Sarape
Esta vibrante manta o chal a rayas es un distintivo textil de origen mexicano. A menudo se caracteriza por sus colores audaces y brillantes y sus intrincados diseños. “El [zarape] Saltillo se caracteriza por simbolismos de sus diseños geométricos que incluye el diamante al centro, cenefas laterales y suaves matices de color que se difuminan para confundirse con otros tonos”, explican en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
5. Textiles mazahuas
El pueblo Mazahua, principalmente en el Estado de México y Michoacán, es conocido por sus tejidos finamente elaborados; utilizan telares de cintura para crear patrones intrincados y diseños geométricos. Dato curioso, de las mazahuas hice un trabajo universitario titulado Indumentaria Mazahua: Comercialización y sociedad en el siglo XX, con la diseñadora mexicana Lula Montes.
“Las manos de las mujeres mazahuas tienen un don especial para las miniaturas. Suelen bordarlas con la técnica que ellas llaman ‘de doble aguja'; es decir, que crean sus motivos tomando dos hilos de trama y dos hilos de urdimbre para que si diseño sea verdaderamente diminuto”.
6. Textiles de Chiapas
Las comunidades indígenas en Chiapas son conocidas por sus técnicas de tejido complejas y el uso de tintes naturales. Están el Tzotzil y Tzeltal, dos comunidades indígenas de Chiapas conocidas por sus creaciones de huipiles (blusas tradicionales), faldas, chales y mantas; o los rebozos de San Andrés Larráinzar (tejidos a mano en telares de cintura).
7. Bordado Tenango
Originario de las comunidades Otomíes en Hidalgo (del municipio de Tenango de Doria), el bordado Tenango se caracteriza por sus diseños vibrantes y coloridos que representan animales, flores y folklore local. “Este tipo de bordado encuentra su origen en el bordado Otomí y sus diseños rinden honor a su comunidad, plasman parte de su cultura y cosmovisión ancestral”, explican, donde la comunidad otomí-tepehua en San Nicolás es conocida como “la cuna del bordado”.
“Tenango que, en su concepción náhuatl, significa lugar de las murallas”.
8. Textiles Amuzgos
Producidos por el pueblo Amuzgo en Guerrero, estos textiles son conocidos por sus colores vibrantes y técnicas de tejido intrincadas, a menudo utilizados para crear blusas, faldas y huipiles. “El huipil amuzgo es una prenda identitaria y muy importante para la mujer”, explican en el sitio de cultura del Gobierno de México, “está presente en momentos como el matrimonio y al ser enterradas, así como en fiestas y ceremonias especiales”.
9. Textiles Ixiles
Producidos por el pueblo Ixil Maya en las tierras altas de Guatemala (este grupo étnico maya reside principalmente en el altiplano de los departamentos de Quiché y Huehuetenango), estos textiles son conocidos por sus patrones geométricos.
10. Textiles Nahuas
Las comunidades Nahuas, especialmente en el estado de Puebla, crean textiles intrincados utilizando telares de cintura; son conocidos por sus paletas de colores vibrantes y diseños complejos. La Secretaría de Cultura publicó en 2016 la obra Gasas. Arte textil nahua para hablar de las cuatro tejedoras de la comunidad de San Andrés Tzicuilan, en el municipio de Cuetzalan del Progreso, para retratar más a fondo este material con el que las mujeres hacían ropa, como el huipil (que localmente le llaman quexqueme).