Por Georgina Villa
¿El desfile de Dior? Diosas greco-romanas, instalaciones de Judy Chicago, surrealismo feminista y un circo reinterpretado por Jean Cocteau. Estos fueron algunos flashazos que vinieron a mi mente mientras esperaba en el tráfico de la Rue de Varenne, ubicada en el distrito VII de París y en donde se sitúa —no solo uno de mis museos favoritos— sino la sede oficial de las colecciones de Alta Costura de Christian Dior: el Museo Rodin.
Así se vivió desde dentro
Minutos antes de entrar a la antigua casa-estudio del escultor francés me tomo unos segundos para observar que la calle ya es un desfile por sí solo. Y es que si algo he aprendido del crowd de la Semana de la Moda parisina es que estar a 4ºC no es una limitante para darlo todo a través de tu outfit. Editores, periodistas, fotógrafos, estudiantes de moda y más de un curioso se aglomeran en la entrada del museo para disfrutar de este espectáculo de street style, y con suerte, encontrarse con una que otra celebridad.
Tras pasar los filtros de seguridad, un par de invitados y yo nos dirigimos hacia una de las salas principales ubicadas en la planta baja del museo, misma que hospeda “El Beso”, una de las esculturas de mármol más célebres de Auguste Rodin.
Diez pasos y un suspiro después, se encuentra la salida hacia los jardines del museo y el venue anfitrión de la nueva colección de Maria Grazia Chiuri.
Quedan algunos minutos antes de que empiece el show, y antes de buscar mi asiento me decido a dar un tour por todo el set, diseñado y llevado a cabo por el gigante de producción Bureau Betak. Lo primero que llama mi atención, y sin duda la del resto de los invitados son los tapices de gran formato que esta vez vistieron las paredes de la locación.
Personajes con múltiples brazos, deidades femeninas, demonios y escenas abstractas en tejidos bordados y colores vibrantes protagonizaban las escenas de cada obra. Pude identificar dos tipos de público: aquellos que encontraron en estos tapices el spot ideal para una shameless selfie y los intrigados que no dejaban de preguntarse sobre la inspiración que regiría el desfile que estaban a punto de ver. Confieso que yo me identifico con los dos.
Me dirijo a mi asiento, que por fortuna es muy cercano a la entrada de las modelos, y tras un breve catch up con mis vecinos, empiezo a leer el dossier sobre la colección.
“El atelier —donde el espíritu y las manos trabajan íntimamente— es un instrumento y, a la vez, un lugar para la experimentación.”
Esta fue la frase introductoria de la colección, y que a mi parecer, describiría a la perfección no solo la esencia del Haute Couture sino del universo Dior, así como su compromiso con el trabajo artesanal y el arte como herramienta de expresión y exploración.
Entre los nombres que llaman mi atención dentro del mismo dossier se encuentran Madhvi y Manu Parekh, los artistas y mentes creativas detrás de los espectaculares tapices que se encontraban a mi alrededor, y Chanakya & Chanakya School of Craft, institución de bordados y artesanías finas en Mumbai que busca empoderar a mujeres de bajos ingresos con una fuente de sustento, y con quien la Directora Creativa de la firma francesa ya ha trabajado para entregas anteriores. Tras un rápido stalkeo al dúo Parekh, empiezo a imaginar que se trataría probablemente de un fiel homenaje a la cultura India: sus leyendas, mitologías y sus técnicas artesanales.
Pero si hay algo que Grazia Chiuri siempre ha sabido hacer, es ir en contraflujo a nuestras especulaciones.
Las luces se apagan lentamente (y con ellas el bullicio del público) y la música empieza a escucharse. Bastó con ver el primer look —constituido por un leotardo y unos leggings con bordados de pies a cabeza— para sospechar que mis teorías serían totalmente erróneas y con el segundo look para confirmarlo. Como gran entusiasta de las paletas de color (cualidad que algunas personas describirían como TOC) podría decir que esta colección fue una de las más impecables y visualmente satisfactorias que he podido ver en persona. Una gama gradiente de tonos negros, grises y blancos acentuada por texturas plateadas y detalles cristalizados contrastó armónicamente entre los tapices, respetando su presencia pero manteniendo complicidad y generando un diálogo entre los looks de la colección y la atmósfera del espacio.
Cuando de presentar una nueva colección se trata, sabemos que no todo es sobre la ropa, sino de la atmósfera que pueda crearse a partir de ella.
Me tomo una mini pausa para shazamear la música que marcaba el paso de las modelos (y que poco después supe que fue curada por Michel Gaubert). Suena Once, Twice Melody de Beach House.
Los bordados 3D, piezas en lana y crepé de seda, aplicaciones de cristal y transparencias que nos recuerdan a La Primavera de Botticeli nos tele-transportan a los ateliers de Alta Costura en donde las técnicas excepcionales de bordado y confección de los artesanos han reinterpretado el legado de Christian Dior temporada tras temporada.
Con la colección de HC Primavera-Verano 2022 de Dior, Maria Grazia (quien tuvo una rápida pero siempre emocionante aparición al final del show) celebra el trabajo artesanal y las relaciones humanas a través de una entrega que desvanece por completo las barreras entre la moda, el arte y lo “hecho a mano”, usando como medio el concepto de atelier, no como un lugar de trabajo sino como un modo de expresión en donde la Alta Costura es una forma constante de experimentación y cuestionamiento. Sigue leyendo...
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