El próximo 20 de enero, el matrimonio compuesto por Donald y Melania Trump volverán a su antiguo domicilio en Washington: La Casa Blanca, pero los festejo en la familia Trump se extenderán hasta el sábado 25 de enero fecha en la que cumplen 20 años de casados.
Se conocieron durante una fiesta privada en 1998 en Nueva York y seis años después formalizaron su compromiso, así fue como sellaron su matrimonio en 2005 con una celebración que costó cerca de 2 millones 500 mil dólares y que tuvo como invitados a grandes celebridades del momento como Heidi Klum y Shaquille O’Neal.
Firmado por Dior, así fue el vestido de novia de Melania Trump en 2005
Como era de esperarse, la multimillonaria pareja no escatimó en gastos para celebrar su unión eterna en Palm Beach y, por supuesto, el vestido no fue una excepción, de hecho, robó protagonismo por el extravagante diseño de 27 kilogramos que utilizó Melania para llegar al altar.
Te preguntarás cuál fue el motivo del peso de la prenda de alta costura, se trata de un Christian Dior satinado valorado en 100 mil dólares que requirió 550 horas de trabajo artesanal por los 1500 diamantes que lleva en su confección y para el que se ocuparon 90 metros de tela fina.
El diseño de satén duquesa con escote palabra de honor y silueta de sirena llevaba 4 metros de cola de novia y un velo de 5 metros por lo que se requirieron 4 especialistas en alta costura para trasladarlo hasta la iglesia episcopal de Bethesda-By-The-Say y después al salón de baile del club privado de Donald Trump en Palm Beach.
Un acierto del look de novia de Melania fue el peinado de moño alto y flequillo ladeado muy propio de los 2000 que le permitió lucir adecuadamente el escote palabra de honor del vestido, mismo que remató con un rosario de rosas blancas en lugar de un ramo de flores y una gran gargantilla
La boda costó cerca de 2 millones 500 mil dólares
Luego de la ceremonia religiosa, el matrimonio Trump se dirigió a celebrar las nupcias a una de las propiedades del multimillonario donde los acompañaron cerca de 350 invitados y más de 10 mil flores blancas que decoraban el salón diseñado por Preston Bailey.
La colorimetría del lugar fue en tonos crema y dorado para los cubiertos, la mantelería y la vajilla con grandes candelabros y orquídeas blancas y rosas al centro.
En el menú de altura había disponibles saquitos de caviar a solomillo y el mejor champán Cristal.