Un museo francés inaugura una muestra de 200 objetos de la artista mexicana Frida Kahlo que estuvieron ocultos durante medio siglo. Además de una reveladora exposición sobre la gran influencia que dejó en la moda contemporánea.
El Museo Galliera exhibe por primera vez esos objetos de Frida Kahlo
Desde los famosos huipiles que la ayudaron a convertirse en una celebridad, las botas ortopédicas que marcaron dolorosamente su vida, hasta llegar a los corsés que ella misma decoró.
Frida Khalo murió en 1954 y sus objetos y fotografías fueron encerrados por orden de su ex pareja Diego Rivera. No fueron descubiertos ni catalogados hasta 2004.
Desde entonces han sido expuestos esporádicamente.
“La imagen de Frida Kahlo perdura porque pudo romper muchos tabúes de sus experiencias a través de su cuerpo (...). Una persona que estaba lidiando con temas de discapacidad, de felicidad, de sus convicciones políticas y su identidad de género” explicó a la AFP la comisaria de la exposición, Circe Henestrosa.
Al conocer la sala dedicada a las creaciones de los modistos, el espectador comprende instantáneamente la enorme influencia que dejaron esos objetos y vestidos en la moda contemporánea.
Jean-Paul Gaultier reivindica los corsés y cintas de la pintora, Karl Lagerfeld fotografia a la top model Claudia Schiffer y con chongo "à la Kahlo”.
Mientras que Valentino recupera los resplandores, esos espectaculares tocados en torno al rostro que recuerdan las imágenes de la Virgen.
La historia de la vestimenta mexicana y la artista es una demostración de como la apropiación cultural acostumbra a ser algo mutuo
En algunas regiones indígenas, como Chiapas, los ropajes (como los huipiles) son asignados por las autoridades religiosas cristianas tras la Conquista, para identificar las tribus indígenas.
Siglos después, fue Frida, hija de una mexicana mestiza y un alemán, la que se “apropió" de esa imagen genuinamente indígena.
Sin haber pisado nunca Tehuantepec, pero orgullosa de su herencia, convirtió esas ropas regionales en un símbolo mexicano por excelencia, como también lo fue el traje o el sombrero charro.
“Tenemos muchos vestidos tradicionales, pero (ella) escoge un vestido que significa una mujer poderosa de un matriarcado. Escoge un vestido que le ayuda a comunicar sus convicciones políticas”, explica Circe Henestrosa.
Frida Kahlo viajó una sola vez a París, para participar en una exposición colectiva, en 1939.
“Parece que se pasea por todas partes vestida así. Había muchas mujeres de aspecto muy excéntricos, pero ninguna hubiera podido rivalizar con el traje mexicano”, escribió el pintor Vassily Kandinsky tras la inauguración de la exposición.
La mexicana fue una inspiración para los creadores actuales.
Por ejemplo, el resplandor floral, blanco y amarillo, que la marca Comme des Garçons propuso en 2012, cubriendo a la modelo hasta la talla.
O el corsé de aros metálicos de Alexander McQueen para Givenchy en 2001.
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