El último día de actividades de la Semana de la Moda de Nueva York ofreció una compleja muestra de inspiraciones y una sorprendente gama de tendencias. De los espectaculares diseños de Rodarte con un guiño a Drácula a los acogedores ponchos de Michael Kors o el homenaje de Prabal Gurung a los soñadores neoyorquinos. Los últimos hitos de la Semana de la Moda de Nueva York, que culmina este miércoles fueron un lujo visual.
Glamour cozy
Michael Kors ofreció este miércoles un “glamour acogedor” para los meses de invierno en su colección 2020, con prendas cómodas y abrigadas pero también lujosas. Largos suéteres gruesos tejidos, rompevientos de cashmere, mucho escocés y faldas de tweed daban ganas de acurrucarse frente a una estufa a leña en una cabaña, con una taza de chocolate caliente.
Hubo siluetas lánguidas, ponchos, ruanas y botas altas de montar sin tacones en los diseños de Michael, de 60 años, que se inspiró tanto en el campo como en la ciudad.
El músico canadiense de country Orville Peck tocó en vivo, y las actrices Julia Louis-Dreyfus y Blake Lively se sentaron en primera fila en el desfile, que se celebró en la Bolsa de Valores.
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Vamp beauty
Las fundadoras de Rodarte, las hermanas californianas Mulleavy, regresaron a Nueva York por primera vez desde septiembre de 2016 para su colección Otoño-Invierno, tras haber desfilado en París y Los Ángeles. En la Ciudad Gótica, recordaron el martes de noche a todo el mundo que sus diseños -así como los de Marc Jacobs- son lo más cercano a la alta costura que tiene la moda estadounidense.
Presentado en una iglesia episcopal de Manhattan, el show fue magistral, imbuido en la solemnidad del lugar, con un toque gótico y una guiñada al conde Drácula. Hubo una profusión de bordados, con cristales, perlas o flores, pero también elementos pintados a mano y lentejuelas.
La mayoría de los vestidos eran de una fineza y una complejidad raras en la moda prêt-à-porter; pero sin ser pesados. Las modelos llevaban los labios pintados de negro. Telas de araña bordadas en la ropa recordaban el tema gótico y a Drácula.
El desfile “se inició en la inocencia” de un vestido a lunares blanco y rojo como de la década de 1940 que llevaba la supermodelo Bella Hadid, “y se embarcó luego en lo desconocido”, explicó Kate Mulleavy a periodistas tras el desfile. Su hermana Laura subrayó que integraron por primera vez varios elementos nuevos del prêt-à-porter, sobre todo el jean, pero “inscribiéndolo en un lenguaje que sigue siendo elevado”.
Las diseñadoras son las favoritas de actrices como Yalitza Aparicio o Kirsten Dunst, y se han abierto a un público más amplio. “Si ustedes vienen a ver un show, debemos llevarlos a un lugar nuevo”, explicó Laura Mulleavy. “Más tarde, disecaremos las vestimentas que no se llevan en la calle, pero acá, deben aportar una idea”, dijo, en referencia al proceso por el cual se despoja a las prendas de los ornamentos con los que se presentan en la pasarela.
Aires oníricos
El diseñador neoyorquino Prabal Gurung nacido en Singapur y criado en Nepal, de 40 años, presentó su colección con un gran homenaje a Nueva York. Lo hizo en el piso 65 del Rockefeller Center, con vistas de casi 360 grados de la Gran Manzana, incluido el Empire State.
Un pianista tocaba música clásica mientras las modelos -inclusive una más veterana, otras de formas más generosas y una transexual- se paseaban por la sala. Hubo vestidos y trajes eclécticos para la noche, muchos acompañados por boas, chales, chaquetas o estolas de plumas.
Pero las prendas eran tan diferentes -desde un elegante vestido ‘palabra de honor’ en seda estampada con flores grandes y volados hasta la rodilla, hasta un traje en estampado animal con una gruesa chaqueta de plumas blancas por encima- que dio la impresión de una falta de coherencia. “Esta noche les rindo homenaje a todos ustedes, neoyorquinos de nombre o de alma, un cóctel de ocho millones de personas. Los osados. Los inadaptados. Los libres. Los bellos, audaces, imposibles soñadores”, escribió Gurung en las notas del desfile.
Con información de AFP