De entre todo lo que ha causado conmoción, revuelo y un sinfín de comentarios en redes, gracias al estreno de la nueva película Cruella, es obvio que el vestuario acapara la conversación. Evidentemente, Emma Stone y Emma Thompson se llevan las palmas y los elogios absolutos por sus papeles. Es claro que la fotografía, la edición y el sonido son primordiales. Como en toda producción cinematográfica, sabemos que cada elemento del crew es fundamental para la magia que vemos en pantalla. Sin embargo, la moda ocupa un papel central aquí y no podíamos esperar menos.
«La sensación es que Estella habría ido a tiendas de ropa vintage en la calle Brick Lane de Londres, cuando era un mercado de ropa de segunda mano».
Ésas fueron las palabras de la diseñadora de vestuario a cargo de esta cinta, Jenny Beavan. Una mujer que, de hecho, vivió en la década de los años 70, fue testigo de fuertes revoluciones en la moda y quiso transmitir esa vibra por completo en la historia de Cruella. Por supuesto, esta sinfonía de colores y texturas no pudo haberse hecho por sí sola o con un equipo pequeño. Requirió lo mejor de lo mejor en la industria. Para poder llegar al resultado que vimos en la película se requirieron horas de trabajo, días en casa de Stone —específicamente, en su cocina— para hacer todas las pruebas necesarias y meses de decisión entre el equipo creativo. No olvidemos a Emma Thompson en esta ecuación, quien también participó de un proceso muy similar y un análisis exhaustivo en torno a las divas del Old Hollywood para poderle dar vida a la baronesa.
Talento mexicano en Cruella
Y nada de esto pudo haberse hecho realidad sin el trabajo de manos mexicanas. Pues resulta que Disney, siendo consistente con sus valores e incluso con el tema de innovación en la moda que se deja entrever durante la cinta, convocó a diversas colectivas y organizaciones sociales para sumarse al proyecto. Éstas provienen de Argentina, México y Brasil, y se centran en la inclusión de personas en condiciones de vulnerabilidad o con saberes tradicionales en la industria textil. Así que bastante de la ropa que vimos en pantalla proviene de estos suelos.
En el caso mexicano se contactó a Impacto, un grupo de mujeres que crean y transforman nuevas realidades a través de una plataforma de desarrollo sostenible e innovadora para contribuir a la armonía de la vida (Lekil Kuxlejal) de los pueblos originarios.
En su sitio web podemos leer:
«Somos una Organización Civil comprometida con el desarrollo sustentable de los pueblos originarios, a través de la fusión filantrópica y de emprendimiento social que tiene como ejes rectores el comercio ético, la perspectiva de género, la justicia social y el desarrollo humano y económico».
Puedes conocer más de su trabajo, sus programas y documentación, dando clic aquí.