Iris Apfel lo tiene todo. 102 años (este 29 de agosto) y además de ser una leyenda viva de la decoración de interiores, es un ejemplo a seguir.
Apfel nació en Astoria, Queens, ciudad de Nueva York, hija de Samuel Barrel, fabricante de vidrio y espejos, y Sadye Asofsky, dueña de una boutique de moda. Asistió a la Universidad de Nueva York y a la Universidad de Wisconsin-Madison, donde estudió historia del arte y diseño. Se casó con Carl Apfel, un fabricante de textiles, y juntos, fundaron Old World Weavers, una firma de diseño de interiores especializada en recrear textiles antiguos —la compañía trabajó en proyectos para la Casa Blanca bajo nueve presidentes diferentes. Después de que Old World Weavers cerrara en 1992, Apfel comenzó una carrera como ícono de la moda. Ha aparecido en numerosas revistas y ha sido objeto de varios libros y documentales; en 2005, recibió el Premio a la Trayectoria del Consejo de Diseñadores de Moda de América.
Conocida por su estilo personal audaz y ecléctico, Iris Apfel no teme combinar diferentes estilos y suele complementar sus atuendos con joyería y gafas XL. Su look característico ha inspirado a millones de personas alrededor del mundo, y es considerada una de las mujeres más singulares. Además de su trabajo en la moda, Apfel también es una diseñadora de interiores talentosa: ha decorado hogares de celebridades y políticos, y ha escrito varios libros sobre el tema del diseño de interiores. Este ícono de 102 años es una firme defensora de la individualidad y la autoexpresión, y cree que todos deberían poder encontrar su propio estilo único, además de ser activista en el envejecimiento con gracia.
“La industria de la moda está obsesionada con la juventud. No sólo se olvidan de las personas mayores, también borran del panorama a las personas de edad media. Los diseñadores hacen vestidos para niñas de 16 años que definitivamente no le van bien a una mujer de 65 años”.
Las reglas del buen vestir según Iris Apfel
Lo que menos me gusta de la moda: “No me gusta cuando es muy dictatorial. No todo le queda a todo el mundo. No sigo tendencias”.
Qué envejece a una mujer: “Tratar de lucir joven. Terminas viéndote tonta. Tienes que vestirte de acuerdo a tu edad, y esto va para todos. Me parece terrible cuando las mujeres que rebasan cierta edad enseñan los brazos, incluso si eres atlética. Con el paso de los años los brazos dejan de verse bien. Y las rodillas de alguien de 70 no son tan bellas que digamos. El pelo largo jala la cara hacia abajo. Pero eso sí, siempre estoy a favor de la felicidad. ¿Que si prefieron vestirme mal o ser feliz? Sin duda alguna prefiero ser feliz”.
Qué está mal con la moda hoy en día: “Desde que me convertí en una estrella geriátrica, siempre me preguntan, '¿qué me pongo?’. Hoy en día, las mujeres se toman demasiado en serio el vestir. La moda no debería hacerte infeliz. Cuando no eres feliz, te ves más vieja. No intelectualizo lo que me pongo, sólo uso lo que me gusta. La gente me ve y dice ‘wooow’, pero creo que todo es un acto”.
La tendencia que menos me gusta: “Me desalienta muchísimo el look desaliñado por el que están optando las jóvenes hoy en día. Cuando yo era joven, nos gustaba vernos bonitas. No que jamás me matara tratando de vestirme como alguien más.
Se ve bien, sin importar la edad que tengas: “Si tu pelo está bien arreglado y traes unos buenos zapatos, puedes salirte con la tuya sobre lo que sea. Eso y tener buena actitud —tratar de mantener un ánimo ecuánime. Si no eres feliz, ni todas las cirugías plásticas del mundo te ayudarán.
El buen gusto es: “Muy bueno, pero demasiado buen gusto puede terminar viéndose rígido y apretado. Se vale equivocarse un poco —digo, tampoco quieres tener cantidades monstruosas cuando se trata de mal gusto, pero verte perfecta no es real”.
El accesorio perfecto es: “Soy gran creyente de los accesorios. Amo la ropa arquitectónica y cambiar mi outfit con joyería”.
Nunca salgo de casa sin: “Mis lentes, porque probablemente me caería de las escaleras. Pero los anteojos se han puesto muy de moda últimamente, un par puede transformar tu look”.
Diseñadores que amo: “Adoro las creaciones de Ralph Rucci. Y Naeem Khan ha hecho un arte del presentar pasarelas espectaculares. Dolce & Gabbana no es para mí, pero algunas veces tienen cosas que son maravillosas”.
Mi uniforme: Creo que fui de las primeras mujeres en usar jeans. Una vez tuve que pelearme para comprarlos en una tienda de equipo militar. Son básicos y te permiten ser creativa con el resto de tu atuendo. Tengo unos jeans negros espectaculares para ocasiones formales. Me gusta la ropa sencilla y dramática a la vez. Un poco de sentido de teatralidad es bueno. ¿Me he equivocado con la moda? "¿Por qué no? ¡Nadie te va a encarcelar! A veces es bueno equivocarte, porque al día siguiente tus amigos te ven y dicen, ¡te ves mucho mejor!”.
El estilo es: “Saber quién eres. Hace poco me dieron una buena definición, me dijeron: el verdadero estilo es tener una curiosidad tremenda acerca de uno mismo. ¡Y actitud, actitud, actitud!”.
El primer disco que compré: “Jazz. Tengo una larga historia con el jazz, pero eso amerita otro artículo. En algún momento me hice amiga de Duke Ellington, eso fue increíble”.
Libro favorito: “No tengo esa mentalidad. Preguntarle a alguien que responsa eso es como pedirle que escoja a su hijo predilecto. Me gusta mucho la poesía, en especial la de T.S. Eliot. Recito The Love Song of J. Alfred Prufrock para mí misma a menudo”.
Mi fantasía es cantar a dúo con: “No tengo fantasías. Creo que mi vida es como una fantasía”.
Lo que más me enorgullece: “Estoy orgullosa de haber tenido tantas profesiones, y a mi edad sigo haciendo cosas nuevas: crear una colección de lentes para Eyebobs y una línea de zapatos y joyería para HSN. Siempre trato de ayudar a las mujeres a ser ellas mismas y enseñarles que no deben hacerse bolita y deprimirse cuando llegan a cierta edad”.
Programa favorito: “Hace poco me volví adicta a Downton Abbey”.
Lo más sobrevaluado es: "¡Ni empecemos! El estrés de la tecnología es deshumanizante. La gente siempre está picando demasiados botones”.
El cuento de hadas que más amo: “Soy demasiado pragmática para los cuentos de hadas”.
Belleza o inteligencia: "¡Inteligencia, a cualquier día!”.
En la película sobre mi vida me interpretaría: “No quisiera que me interpretara nadie en una película, ¡seguramente me harían como una caricatura aullante!”.
Hora favorita del día: “Me gusta la noche. Todos mis departamentos han sido exclusivamente para dormir, ya que me la paso corriendo de un lado a otro durante el día”.
Sueño con compartir una comida con: “No soy una lady who lunches, siempre me traigo el almuerzo a la oficina, excepto cuando tengo una comida con clientes”.
Baile insignia: “Me gusta bailar pegadito. Mi esposo y yo solíamos bailar rumba. Hay veces que me pongo discos de jazz y bailo sola.