Primavera-verano 2024 según Dior es el estilismo máximo de la camisa blanca —algo que probablemente hace feliz a Carolina Herrera, quien siempre ha vestido con esta pieza. Lo que la casa francesa trajo en el marco de la Semana de la Moda de París fue un despliegue de diferentes maneras para combinar esta pieza tan clásica y timeless, y vaya que no defraudó. Si te quieres unir a esta modalidad, toma inspiración del desfile de Dior ss24 y toma nota de cómo puedes transformar tu camisa blanca.
El estilismo de la camisa blanca según Dior para primavera-verano 2024
Celebridades como Charlize Theron, Rosalía y Jennifer Lawrence comprobaron que adoran unirse a la tendencia de la camisa blanca usada de diferentes maneras. Ya sea en un jumpsuit negro de escote alto o ultra bajo, con faldas de lentejuelas o de seda, los días de pensar que la camisa blanca no es favorecedora ni creativa quedaron atrás. Además de que esta pieza luciera en el despliegue de celebridades, en la pasarela fue más que notorio que Maria Grazia Chiuri trajo a la colección prêt-à-porter una de las prendas clave para mujeres elegantes.
Maria Grazia ha creó esta colección a partir de una reflexión sobre el significado del presente, donde pasado y futuro deben convivir simultáneamente. La directora creativa continúa así explorando el vínculo entre feminidad y feminismo, con la convicción de que la moda tiene, más que nunca, la responsabilidad de ayudar a las mujeres a darse cuenta de su valor y expresar sus diferencias. Por ello ha centrado su atención en todas las rebeldes que han afirmado su independencia. En cada mirada se delinea una silueta arquitectónica. Ciertos tejidos dan testimonio de una materialidad, una memoria temporal y un conocimiento profundo de la obra del artista italiano Alberto Burri; lágrimas, laceraciones y quemaduras se convierten en un elemento constitutivo y performativo de las creaciones Dior. Reveladas en el corazón de una escenografía inmersiva, un proyecto comprometido especialmente concebido y diseñado por Elena Bellantoni, las modelos se visten con tonos de ceniza, manzanilla y poción de amor. Una energía colectiva fascinante que recupera la idea de que la relación cuerpo/ropa se sitúa en el contexto de la época.