Ya puedes dejar de buscar el mejor loungewear del 2021; este es el único que necesitas. Te contamos todo lo que necesitas saber de esta marca latina. Lobo Rosa es testimonio de que una buena pijama se puede lucir hasta en la calle. Fundada por Catalina Zuluaga, estilista-tornada-diseñadora de origen colombiano, la marca se ha distinguido por sus divertidos estampados y brillantes colecciones prét-a-porter. Ahora, apuesta por un futuro sostenible.
El paso de Catalina por sus estudios en diseño de moda en la ciudad de París y una maestría en fashion styling en Milán la han ayudado a crear un estilo verdaderamente único, cuyos diseños hablan por si mismos. Pero para ella, la moda va más allá que un ‘look’ espectacular: debe ser consciente, el ADN de la nueva tendencia slow fashion. ¿Y que es más 2021 que el cuidado del medio ambiente? Si algo nos ha enseñado la pandemia es que 1; somos diminutos, y 2; tenemos que conservar a nuestro planeta. ¿Imaginas poner tu granito de arena vestida con una increíble pijama? Estás en el lugar correcto, así que sigue leyendo.
Loungewear para conquistar el 2021
No —Lobo Rosa no son todo pijamas (aunque sí las mejores y más despampanantes). Bajo la visión de Catalina, la marca ha navegada desde el mundo de la ropa para dormir hasta los campos algodonados del loungewear y los escaparates del prét-a-porter. Kimonos, pantalones, blusas trajes de baño... El punto aquí es que, realmente, lo necesitas.
“Durante el 2020 volvímos a darle fuerza al loungewear, que fue nuestro inicio. Poco a poco hemos ido trabajando hacia el prét-a-porter con más atención,” explica Catalina. “Yo digo que son pijamas pero realmente yo no las uso para dormir sino para estar en la casa, salir con tenis. Muchas personas las usan para salir, y también para dormir, por que son prendas que te hacen sentir bien”.
Ahora, por primera vez en la historia de la marca, va a introducir tejidos al estilo signature de la marca: colores, colores, colores. Un poco de alegría para los próximos meses en lo que esperamos salir de esto. “La colección que viene es muy cómoda y lounge, pero también pienso que la gente ya quiere salir. Pronto podremos hacerlo, entonces hay elementos sexys. Minifaldas y minivestidos alegres”. Si nos nos crees que esta es la armadura que necesitas para afrontar el 2021, toma un vistazo a sus impactantes diseños.
La cultura slow fashion en la nueva era de la moda
“La industria tiene que voltear a ver hacia ese lado, por millones de razones, pero creo que la más importante es el medio ambiente,” apunta Catalina en entrevista. “Es una moda más pensada desde los materiales, hasta las personas que hacen la ropa, el proceso de producción, tu estilo de vida”. En Lobo Rosa, marca que fundó hace cinco años junto con Mercedes Salazar y que se presentó con Vogue México en la semana de la moda de 2019, se encaminan hacia un futuro ecológico. “Estamos montados en un tren que va a tres mil, producimos muchísimo,” aclara Catalina. “Pero estamos comenzando a cambiar las bases de nuestras telas que antes no eran ecológicas”.
Así mismo, han logrado reducir los plásticos en sus productos y empaques. Sin embargo, esto no ha sido sin complicaciones en el camino. La velocidad del mundo de la moda y el cambio hacia un ritmo económico más lento se convierte en un obstáculo que no muchos pueden enfrentar. “El reto más grande que tenemos en Loborosa es tratar que todo sea ecológico, cada uno de los materiales,” comparte Catalina, quien señala la dificultad de obtener la versión sustentable de algunas de las bases que requiere el estampado digital y que no se importaban antes a Colombia.
La transición a ser una marca de slow fashion implica, además, cambios en la mentalidad de los consumidores. Cada vez más los consumidores jóvenes y nuevas generaciones buscan marcas socialmente y ambientalmente responsables. Pronto, asegura Catalina, se convertirá en un factor tan relevante como el precio o el ‘look’. Para marcas jóvenes, es más fácil arrancar en esta tendencia, como lo ha sido para una nueva colaboración en vestidos de baño que prepara Catalina y que estará producida con telas de fibra de plástico reciclado. En el marco del contexto mundial actual, reflexiona que “el medio ambiente nos habló de mil maneras. No necesitamos tantas cosas, esto fue un frenón para darnos cuenta y ser más consciente de todo lo que tenemos y estamos dañando sin necesidad”. Eso es, justamente, lo que busca el slow fashion: que la ropa se transforme de un artículo desechable a un pieza duradera que se pueda usar en todo momento.