Muere Pierre Cardin, diseñador visionario y pionero del prêt-à-porter, a los 98 años. Una leyenda en la industria de la moda, abanderando la vanguardia futurista entre los cincuenta y los sesenta, deja un legado inigualable.
“Es un día de gran tristeza para toda nuestra familia, Pierre Cardin ya no está. El gran diseñador de moda que fue atravesó el siglo, dejando a Francia y al mundo un legado artístico único en el mundo, pero no sólo”, escribió su familia en un comunicado. “Estamos orgullosos de su tenaz ambición y de la audacia que demostró a lo largo de su vida. Hombre moderno con múltiples talentos y una energía inagotable, se involucró muy pronto en los flujos de la globalización de bienes y el comercio“, continúa el texto. Hijo de migrantes italianos, el joven Pierre Cardin soñaba con ser actor. Fue en esa primera aventura donde forjó una amistad con la enigmática actriz Jeanne Moreau. Sin embargo, el destino lo llevó hasta la moda, haciéndose un pequeño espacio en el mundo del vestuario escénico para nombres como Vittorio de Sica o Jean Cocteau.
Pasó por Paquin, por Schiaparelli, por Dior, y en 1950 fundó su propia maison. Se encontró con una industria en auge y la navego con astucia, creando icónicas temporadas y colecciones consagradas al futuro, al New Age y a la vanguardia. Fue uno de los primeros en alejarse del haute couture para democratizar el sector hacia las masas. “La moda es para todos y no solo para la elite,” declaró famosamente alguna vez. Fue tan drástico en su decisión que terminó reduciendo su firma a una licencia de tiendas departamentales y supermercados —tantas como pudo alrededor del mundo— y esa decisión provocó que lo vetaran de la Cámara Sindical de Alta Costura de París.
Dijeron que prêt-à-porter matará tu nombre, y me salvó.
Ese paso, enorme para un sector ensimismado por la clase, lo convirtió en uno de los nombres más importantes del planeta. Patentó su nombre y lo ofreció como licencia para realizar productos. Fueron tantas que, si bien le quitaron exclusividad, le generaron una de las fortunas más grandes de Francia.
“Fue el primer modisto en entrar en la Academia de Bellas Artes, haciendo que la moda sea reconocida como un arte de pleno derecho. Prueba de esto es hoy su espada de académico que creó el mismo y en la que están grabados los símbolos de su éxito”, concluye el comunicado de la familia de Pierre Cardin.