Luego de la controversia que surgió al conocer la nueva colección de Hedi Slimane para Celine (sin acento) y la ausencia de Phoebe Philo, es momento de reflexionar sobre la importancia del diseño de ¿mujeres para mujeres?
Estéticas diferentes, cortes y cierta singularidad define las prendas diseñadas por mujeres a las de hombres diseñadores, y aunque la diferencia no es algo que nos perturbe, siempre habrá algo que las distinga, principalmente que ¿las mujeres saben lo que quieren las mujeres? Este artículo no está orientado en el feminismo, sino en la manera en la que puede ser vista la moda desde el punto de vista de sus creadores.
Todo se remonta al Céline de Phoebe Philo (aún con acento), una de las visionarias más poderosas del mundo de la moda, quien estuvo 10 años al mando de la firma francesa, tiempo en el que impregnó su propia esencia y visión en cada prenda: ropa que hacia sentir fuerte a cualquier mujer, pero no solo eso sino que la hacia sentir segura de sí misma, cómoda pero a la vez discreta, tonalidades pálidas y cortes perfectamente adaptadas a la silueta femenina, donde la extravagancia era algo desconocido.
Ver también: Phoebe Philo deja Céline después de 10 años de dirección https://www.instagram.com/p/Bo8Vlwvl6Vt/?taken-by=oldceline
En la década que Philo estuvo en Céline, la mirada femenina en la moda se expandió y diversificó, amplió su estética más allá de la visión singular e innovadora que propuso en 2009, por lo que conocer la colección Primavera/Verano 2019 de la era Slimane resultó toda una revolución, no solo para la industria sino para todos los seguidores de Phoebe o Philophiles (como se denominan los adeptos a Philo) debido a la gran semejanza que su propuesta presentaba con el antiguo Yves Saint Laurent y su visión nocturna femenina.
Ver también: Esta es la cuenta de Instagram que recuerda (con nostalgia) el Céline de Phoebe Philo https://www.instagram.com/p/BnmJSzul6To/?taken-by=oldceline
Es por eso que a raíz de la pérdida de una visión de autor femenina, usar ropa diseñada por mujeres se siente diferente. Esas capas arrugadas, bordadas y emotivas de Simone Rocha se sienten aún más preciosas. Los vestidos de exceso de tul de Molly Goddard han adquirido nuevas y matizadas dimensiones. Para PR y campeona de las diseñadoras, Daisy Hoppen, su atractivo principal radica en su consistencia, constante en los ciclos de tendencias estacionales. “Me encanta cómo me hacen sentir tan bien como cómo se adaptan a mi cuerpo”, dice Hoppen.
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Y qué decir de la magia que Maria Grazia Chiuri trajo al Dior actual, que aunque algunos aún no se sienten del todo convencidos, ha encantado a muchos otros gracias su particular estética que conjunta transparencia, tul por doquier, sutileza y cierto encanto que logra conquistarlos en las colecciones Haute Couture, pero a ello además se suma su visión feminista que indaga en prendas especialmente dedicadas al movimiento, aunado a la oda parisina. No por nada, Chiara Ferragni y Karlie Kloss la eligieron como creadora de sus vestidos de novia, aquella prenda especial para cualquier mujer. Y un sinfín de razones más que no podríamos terminar de describir nunca.
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En la lista, no podemos descartar a la gran Donatella, quien después de la muerte de Gianni y de que asumió la dirección de la emblemática firma italiana, mantuvo el espíritu de su hermano en cada colección pero agregándole un pequeño plus a Versace: haciendo lo que ella usaría y sintiendo hacer sentir cómoda a cada musa y mujer que adquiriera su indumentaria.
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Luego están las visionarias que siempre han seguido su propio camino. Encabezando la lista, Miuccia Prada, Rei Kawakubo y Anna Sui cuyo peso y contribución a la moda no están definidos dentro de un parámetro de género, pero cada una de sus prendas ya sea con Prada, Miu Miu, Comme des Garçons o la homónima de Anna Sui, denotan su particular feminidad: Sus imágenes físicas, ya sea el uniforme afeitado de la chaqueta de Kawakubo y la chaqueta de cuero perfecta, o Miuccia que va en paillettes de neón y sus citas sobre el significado de la falda, sin olvidar mencionar el toque psicodélico pero perseverante en los vestidos de Anna Sui que están grabadas indeleblemente en sus compradores.
Pero en otra esquina, también aparecen diseñadoras que se basan en su propio estilo para lograr colecciones enteras dignas de agradecer y que recientemente hicieron su debut en London Fashion Week: Victoria Beckham y Alexa Chung, no hace falta indagar mucho en cada una de las piezas pertenecientes a su propuesta, pues a simple vista podemos notar lo mucho que sus estilos característicos las inspiran en sus creaciones.
Por un lado Victoria en su panorama de básicos sobrios con cortes simétricos y una paleta de color primaria. Por otro Alexa Chung y su marcado estilo lounge londinense con toques boho y parisinos que definen su personalidad en el mundo de la moda.
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Pero, ¿a dónde queremos llegar con esto? Para la aficionada editora y consultora creativa Michelle Elie, la mentalidad y los pensamientos de Kawakubo desempeñan un papel tan importante en sus elecciones de vestuario como la estética física de la ropa. “Encuentro cierta paz y libertad con la ropa”, dice Elie. “Ya no necesito hacer el papel de ser chic, clásico, moderno, elegante, sexy ... Más bien, estoy siendo yo mismo sin ningún tipo de límites”.
En pocas palabras, vestir ropa creada por mujeres no necesariamente niega la mirada masculina, pero una chaqueta de Comme des Garçons, por ejemplo, de la reciente colección Primavera/Verano 19 de la marca, cortada en el estómago para revelar un bulto suave, hace todo lo posible para poner las preocupaciones feministas en el centro de atención. “Ella siempre dejó en claro que diseña para mujeres fuertes que no temen ser diferentes y no se visten para complacer a un hombre”, dice Elie. “Me identifico totalmente con esta ideología.
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Como fue dicho antes, esto no pretende indagar en el movimiento feminista, porque nunca podremos enfrentarnos o cuestionar al Chanel de Karl Lagerfeld o el Valentino de Pierpaolo Piccioli, solo pretendemos hablar de lo que las mujeres diseñadoras pueden llegar a plasmar en su trabajo: la “la mujer real”, lo que debemos recordar es que lo que percibimos como “real” está a nuestro alcance y permitido por las opciones que se nos presentan, ya sean las minifaldas más cortas, las lentejuelas más brillantes, los vestidos de tul más voluminosos, o lo más difícil de resaltar, las siluetas.
Mientras, solo esperamos el próximo movimiento de Philo, pues se rumorea que Chanel estará apostando por ella cuando sea el momento en el que el Kaiser de la moda ponga fina su era; en conclusión, solo podemos enfatizar en que la autoría femenina en la moda es vibrante, siempre cambiante, y al usar sus productos, existe la oportunidad de reflejar un cálculo del desequilibrio de género que continúa reverberando más allá de nuestros guardarropas.
