Se estrena la serie Becoming Elizabeth y platicamos con Romola Garai, quien nos revela algunos secretos detrás de María Tudor.
Una de las series de época más esperadas del año es Becoming Elizabeth, la cual seguro dará bastante de que hablar en los próximos meses. Esta producción de STARZPLAY que se estrena el domingo 12 de junio, renueva el gusto por los grandes escenarios, fastuosos vestuarios y la fascinación por uno de los personajes históricos más famosos del mundo: la reina Isabel I de Inglaterra, conocida también como la Reina Virgen. La trama muestra la adolescencia y juventud de la que fuera la quinta y última monarca de la dinastía de los Tudor, Elizabeth (Alicia von Rittberg), hija de Enrique VIII y Anna Bolena, y su camino hacia el poder, que ostentó durante 45 años.
En la vida de Isabel I hubo un personaje fundamental, el de su media hermana mayor María Tudor, que en Becoming Elizabeth es interpretada por la doble nominada al Globo de Oro, la actriz británica Romola Garai. En entrevista exclusiva para Harper’s Bazaar, Garai revela varios de los secretos y pormenores de la serie, así como su pasión por interpretar a un personaje histórico tan importante como María Tudor.
¿Qué te atrajo de Becoming Elizabeth?
Tontamente llegué a una etapa de mi carrera en la que me decía: “Me preocupa mucho hacer más dramas de época, porque he hecho muchos”. Pero entonces leí esto y me sentí muy bien. Anya Reiss es una escritora muy buena y es una obra de gran calidad. En el caso de María, descubrí que era una reina y una mujer muy interesante de la que la gente no sabe nada porque no aparece en nuestra comprensión de la historia, y mucho menos de la historia de los Tudor.
¿Cómo la resumirías como personaje tal y cómo se retrata en la serie?
Se ve obligada a ser una mezcla de cosas diferentes por las circunstancias. Era muy religiosa, obviamente, pero era una mujer inteligente, sofisticada, sensible y admirable. Podía ser muy divertida. La gente a menudo hablaba de que era divertida e inteligente, pero se vio obligada a esta horrible situación en la que su madre fue expulsada por su padre cuando conoció a Ana Bolena y fue excomulgada. Básicamente pasó el resto de su vida aterrorizada o teniendo que complacer constantemente a su padre, que era un hombre abusivo, y temiendo constantemente por su vida. Eso afecta en cierto modo a su personalidad y por eso también podía ser paranoica y muy nerviosa.
¿Qué papel juega María en la vida de Isabel?
María Tudor era María I, por lo que fue la reina inmediatamente anterior a Isabel. Era católica y conocemos la historia de Enrique VIII, que decidió hacerse protestante e imponer el protestantismo en Gran Bretaña porque el Papa se negó a concederle el divorcio de Catalina de Aragón. María intentó llevarla de vuelta a la verdadera fe, en parte porque era muy religiosa y creía profundamente en el catolicismo y quizás en parte porque realmente odiaba a su padre. Todavía se la conoce como “María la Sangrienta” (“Bloody Mary”) porque mató a los protestantes. Quemaba a la gente en la hoguera. Dato histórico interesante: no quemó a más gente que Enrique, pero nadie le llama ‘Enrique el Sangriento’. Creía ferozmente en devolver a Gran Bretaña al catolicismo, pero curiosamente en su lecho de muerte fue ella quien eligió a Isabel como su sucesora.
La historia de Isabel I y los personajes que la rodean ya se ha contado muchas veces. ¿Qué hace que esta narración sea diferente?
Creo que Becoming Elizabeth es una mezcla atractiva de historia real y hechos históricos genuinos con emoción, sexo y violencia. Puedes sentarte a verla si te apasiona la historia real y te gusta leer libros de historia. Te sentirás satisfecho porque esa atención al detalle era algo que Anya (la escritora) se tomaba muy en serio. Mary pasó por sus primeras experiencias en la corte cuando tenía 11 o 12 años. Comienza muy pronto con este tipo de identidades femeninas incipientes y sus historias de madurez van acompañadas de estos periodos de la historia realmente interesantes y dramáticos. Creo que la serie será muy atractiva para un amplio número de personas.
¿Hay algo de ti en María?
Creo que nunca interpretas un personaje sin tratar de sacar tus propias experiencias. No hay una gran coincidencia entre mi vida y las experiencias de Mary, pero ciertamente sentí que los libros de historia la han tratado injustamente. Sentí una gran simpatía por una mujer que trató de hacer todo lo posible en circunstancias bastante difíciles para ser una buena monarca y que, sin embargo, ha sido rotundamente rechazada, abiertamente difamada o completamente ignorada por la historia.
Al investigar, ¿hay cosas que te interesen o te sorprendan de ella?
Muchas cosas. Su relación con su padre estaba muy deteriorada. La separó de su madre, y estaba desesperado por que se convirtiera al protestantismo para conseguir el sello de aprobación de su matrimonio con Ana Bolena, a lo que María se negó. Ella nunca se convirtió y aunque en sus últimos años su relación con el catolicismo se convirtió en el tema del mito de “Bloody Mary” se puede entender de dónde vino. Se vio obligada a ser una verdadera defensora de la fe a una edad increíblemente temprana.
¿Por qué crees que existe esta fascinación por la historia de la familia real británica?
Los Tudor se han convertido en una mitología. Son como los mitos griegos o romanos o los cuentos de hadas. Se han convertido en arquetipos, así que, en cierta medida, una serie como ésta profundiza cada vez más en la verdad histórica.
¿Hay cosas de esta historia en particular que parezcan oportunas ahora?
Esencialmente, las historias de la realeza son historias de trabajo. En el caso de estas mujeres, sus vidas personales se entrelazaron con su lugar de trabajo porque se casaron y tuvieron hijos para avanzar en sus aspiraciones profesionales, así que hay un vínculo. Es una historia sobre cómo ser ambiciosa y eficaz en un entorno masculino cuando se supone que no debes opinar sobre nada, ciertamente no ser ambiciosa y no parecer demasiado inteligente, y también ser atractiva pero no demasiado atractiva y no sexual, con todas las contradicciones de ese panorama.
¿Hay algo que te guste especialmente de los dramas de época?
Creo que es un género fantástico para las actrices. He hecho muchas adaptaciones de novelas del siglo XIX y su principal foco de interés es la psicología femenina. A menudo el público también está compuesto por muchas mujeres, así que creo que por eso me resultan muy atractivas como mujer.
¿Cómo contribuyó el vestuario a tu actuación?
A veces ayudaban y a veces eran increíblemente pesados y calurosos. El vestuario de Becoming Elizabeth es increíble. A veces, el problema de las series de época es que la gente sólo interpreta el vestuario. Algo que me sirvió fue lo increíblemente elaborados que eran los trajes y cómo te habría llevado horas vestirte. Es imposible que te hayas vestido solo. Algo que creo que se representa muy bien en la serie es que Elizabeth nunca está sola. Hay mujeres durmiendo en el suelo de su habitación y tenían que estar allí para vestirla por la mañana. Como Mary, llevaba un traje en el que no podía meterme y no podía quitármelo si quería ir al baño. Tenía que conseguir que alguien me ayudara a quitarme partes del mismo. No hay libertad en ese traje y no hay privacidad. Además, la riqueza de los trajes te hace comprender que estas personas estaban a medio camino entre los humanos y los dioses por la forma en que se vestían y cómo todo eso formaba parte de esta mitología que creaban a su alrededor.
Finalmente, ¿Qué crees que hace que Becoming Elizabeth tenga un atractivo internacional?
A todo el mundo le gustan las historias de mujeres jóvenes que luchan contra las normas y las obligaciones sociales. Ese es uno de los grandes mitos primarios y eso es lo que es esta serie. Trata de una mujer joven que intenta controlar su propio destino en una época en la que podría ser asesinada en cualquier momento por una serie de personas diferentes. Y no hay una sociedad en el mundo en la que la gente no entienda esas reglas, cómo ella estaba tratando de sobrevivir dentro de ellas y los riesgos de romperlas. Eso se siente como algo tan primario y esencial.
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