Aún sin iniciar formalmente con la Semanta de Alta Costura en París (del lunes 22 al jueves 25 de enero) Kim Jones presentó para Dior una de las colecciones más sofisticadas para la línea masculina. Todos los aspectos del estilo personal y profesional del bailarín ruso Rudolf Nureyev se usaron como homenaje para la colección, misma que para sorpresa de muchos trajo un calzado que se popularizó desde el año pasado: los ballet flats. Este desfile de alta costura y prêt-à-porter para hombres de Christian Dior tomó lugar en una enorme carpa instalada en el patio de la École Militaire del siglo XVIII en París con gran exuberancia, elegancia y precisión.
Así se vivió la colección masculina de Dior invierno 2024 en París
La intención de estos 40 looks ready-to-wear eran de carácter limpio y minimalista, como Kim habría señalado en un comunicado. Sastrería para el traje Oblique, chaquetas de lana, mochilas acolchadas y zapatillas de ballet dieron a esta pasarela un nuevo enfoque masculino —incluso había una gargantilla de diamantes para accesorizar una chaqueta y pantalones de mezclilla. Todos bajo la misma inspiración: el guardarropa de Nureyev. Fue también un homenaje al tío de Kim, Colin Jones, ex bailarín de ballet que se volvió un reconocido fotoperiodista y tomó varias imágenes de Rudolf —"[Colin] empezó como bailarín de la Royal Ballet y luego se volvió fotógrafo. Foyografió a Nuyerev, eran amigos”, escribe el diseñador en un libro.
Rudolf era el príncipe que llevaba zapatillas, pero cuando Jones lo usó de inspiración, no fue directamente al atuendo de ballet: chaquetas de cuero estilo boxy, transparencias con pedrería, capas largas y bordadas, estampados exóticos en telas de seda y un uso mezclado de tonalidades de gris junto con colores brillantes dieron un gran paso para esta celebración a la moda.
El punto inicial de esta colección fue ver en la relación de Dior con el ballet. Y luego la relación de mi familia con el ballet, porque mi tío fue un bailarín y después se convirtió en fotógrafo —y su relación con Rudolf Nuréyev—. Nuréyev fue el bailarín que todos querían ser. Él amaba el lujo, entendía las cosas finas de la vida, la calidad y la artesanía.
Quién fue el bailarín de ballet Rudolf Nureyev
“Vives mientras bailes”, dedía Rudolf Nureyev, el legendario bailarín y coreógrafo de ballet nacido en la entonces Unión Soviética (ahora Rusia), que falleció el 6 de enero de 1993 en Francia a los 54 años por complicaciones con VIH/sida. Inició su carrera temprana con la compañía que se llamaba Ballet Kirov (ahora conocido por su nombre original, el Ballet Mariinsky) en Leningrado. Desertó de la Unión Soviética hacia Occidente en 1961, a pesar de los esfuerzos de la KGB por detenerlo y esta fue la primera deserción de un artista soviético durante la Guerra Fría que creó una sensación internacional.
Posteriormente, bailó con el Royal Ballet en Londres y de 1983 a 1989 se desempeñó como director del Ballet de la Ópera de París. En calidad de coreógrafo ocupó el cargo de coreógrafo principal del Ballet de la Ópera de París y produjo sus propias interpretaciones de numerosas obras clásicas, incluyendo El lago de los cisnes, Giselle y La bayadera.
“Cuando falto un día a clases, yo lo noto. Cuando falto a clases dos días, mi maestra lo nota. Cuando falto a clases tres días, el público lo nota”.
Este bailarín —apodado desde niño como ‘la vaca blanca’ y señalado por el FBI de ser un espía— pasó a la historia como uno de los artistas más destacados en el ballet del siglo XX. En abril de 1965, la revista TIME perfiló a Nureyev señalando que “destaca como uno de los bailarines masculinos más electrizantes de todos los tiempos”. Fue el primer ícono pop del ballet y transformó el papel de los hombres en esta forma artística, según Tamara Rojo, Directora y Bailarina Principal del English National Ballet (ENB).