Diana Ross cerró la última noche de Studio 54, el club nocturno destinado a pasar a la historia ubicado en en la calle 54 Oeste en Manhattan; cantó I Did it My Way. Sólo operó por tres años, pero cuatro décadas después seguimos recordando al recinto que le negó la entrada a Frank Sinatra y fue el refugio para artistas de la talla de Andy Warhol y Salvador Dalí. Además del arte, la moda era un eje central para Studio 54: entre los más destacados estaban Carolina Herrera, Norma Kamali, Halston, Diane von Furstenberg, Stephen Burrows, Calvin Klein, Giorgio di Sant‘ Angelo, Elsa Peretti y Stephen Sprouse. “Un tipo llamado Steve Rubell tenía un sueño: armar la mejor maldita fiesta jamás antes vista y hacer que durara para siempre”, dice la entrada de la película de 1998, 54 (con Salma Hayek y Ryan Phillippe), y esa fiesta continuará en la nostalgia del exceso neoyorquino.
La clave del éxito de Studio 54 es que es una dictadura en la puerta y una democracia en la pista de baile.
¿Quién era el dueño de Studio 54?
Studio 54 fue propiedad de dos socios: Steve Rubell (el de las excéntricas tácticas de marketing que manejaba la imagen pública del club) e Ian Schrager (discreto, el cerebro financiero de la operación, negociaciones y gestión). El edificio construido a finales de los años veinte sirvió para diferentes propósitos antes del club nocturno, y estos dos socios lo adquirieron cuando era un teatro de televisión que, con una buena inversión, se convirtió en una discoteca de proporciones teatrales. La platea fue la pista de baile, los palcos en puntos para socializar y tanto el equipo de iluminación como la escenografía se quedaron igual, creando un ambiente único y adecuado a la ciudad que nunca duerme.
¿Qué pasó con la discoteca Studio 54?
Studio 54, a pesar de su icónico estatus y éxito rotundo, tuvo un final abrupto en los ochenta. Y al igual que con la diversidad de su público, las causas del final fueron variados. Rubell y Schrager fueron acusados de evadir impuestos por un monto de 2.5 millones de dólares; durante una redada policial, se encontraron bolsas de dinero y drogas en el club, lo que desencadenó las investigaciones y su eventual condena. El ambiente de excesos nunca estuvo minimizado, lo que generó preocupación por las autoridades y la opinión pública. Y tras la condena de sus fundadores (con 13 meses en la cárcel), y la presión legal y social, Studio 54 cerró sus puertas definitivamente el 2 de febrero de 1980.
Mark Fleischman quiso darle una segunda oportunidad a la afamada discoteca y se convirtió en el dueño un año después del cierre. “Fui completamente seducido”, dijo el empresario que falleció por muerte asistida, “por la idea de controlar el club nocturno más importante del mundo”. Curioso que control es, quizá, la palabra que jamás definiría a Studio 54.