La Semana de la Moda Haute Couture inició este lunes, y todas las miradas estuvieron puestas sobre Chanel. Presentada como un mensaje de optimismo en momentos difíciles, la floreada pasarela de la maison francesa entregó un toque juvenil y atrevido de inspiración retro. El Grand Palais abrió sus puertas, decorado por todo rincón con arcos de flores, a una selecta audiencia de invitados, muy reducida en el contexto de la pandemia. La visión de Virginie Viard se fusionó con aire a una boda intima, por la que caminaron 32 siluetas de alta costura para la temporada primavera / veran
_k&feature=emb_title Aficionados de la moda saben que la magia del Haute Couture se encuentra en los detalles. Las siluetas básicas se vieron transformadas por toques bohemios y retro, en materiales lujosos. En la nueva era del teletrabajo, la alta costura ha llegado a casa en forma de exquisito savoir-faire artesanal. Los diseños de esta temporada se encontraron con sus musas al final de la pasarela; Lily-Rose Depp, Vanessa Paradis, Marion Cotillard y claro, Penelope Cruz. El encuentro además marcó una ocasión especial para Chanel: la reapertura de los Salones Haute Couture sobre 31 rue Gambon, que ha sido redecorado por Jacques Grange siguiéndo la visión de la icónica Coco.
Anton Corbijn, el fotógrafo y director holandés, estuvo a cargo de inmortalizar la pasarela en los nuevos salones. Incluso en blanco y negro, la colección evoca un festejo muy necesitado . Una celebración familiar, para ser exactos, pues está inspirada en la propia familia Chanel y la nostalgia de la distancia obligada en tiempos de coronavirus. La calidez del hogar y sus generaciones encuentran su hogar en los detalles. Y en una especie de guiño a Gabrielle Chanel, quien puso en tendencia adaptar los básicos del guardarropa masculino, vimos las prendas transformarse; una camisa blanca se combina con una elegante falda de tulle, y un chaleco clásico se convierte en un traje completo.