Es ESA época del año en la que pasar al lado del Jardín de las Tullerias e ignorar que hay algo enorme ocurriendo adentro es simplemente imposible.
Y es que como cada temporada, el emblemático parque parisino se convierte en la sede anfitriona para los desfiles de Ready-to-Wear de Dior. Por: Georgina Hernández Villa
Todo sobre el desfile de Ready-to-Wear de Dior
La gente empieza a reunirse en Place de la Concorde para poder presenciar en primera fila una de las partes más emocionantes de la Semana de la Moda: la llegada de celebridades invitadas. En esta ocasión, los seguidores más fieles de la firma francesa, así como fotógrafos de street style y uno que otro turista que se paseaba por ahí por casualidad, llegaron un par de horas antes del inicio del desfile para no perderse la aparición de algunas de las favoritas del front-row de Dior tales como Chiara Ferragni, Olivia Palermo y la cantante coreana Jisoo.
Tras un poco de caos habitual en la fila para invitados y emocionada por saber cómo es que Maria Grazia Chiuri, directora creativa, había rediseñado el venue, me dirijo hacia la puerta, en donde me recibe la primera pista de lo que nos esperaba en el interior. Se trataba de una imagen digital del óleo de “La dama del armiño”, uno de mis retratos favoritos de Leonardo da Vinci, en una versión en blanco y negro y con un reflejo bajo los ojos de la mujer retratada que la harían parecer como si tuviera una especie de doble mirada.
Se me ocurre que tal vez la inspiración principal estaría fuertemente relacionada al Renacimiento pero una vez entrando a la sala principal, percibo algo totalmente diferente.
Esta vez, las altas paredes en color rojo fueron vestidas por la artista italiana Mariella Bettineschi, cuya obra explora diversos lenguajes feministas a través de la pintura, escultura, collage y fotografía. Decenas de ilustraciones digitales en blanco y negro e instaladas de forma asimétrica colgaban de los muros en una atmósfera que me recordó enormemente al Museo Gustave Moreau, ubicado también en París.
Se trataba de retratos a gran escala de mujeres retratadas por los Grandes Maestros de la pintura entre el siglo XVI y XIX.
Entre ellas pude reconocer a “La joven de la perla” de Johannes Vermeer, “Olympia” de Edouard Manet y “Gabrielle d’Estrées y su hermana”. El común denominador entre todas ellas era esta doble mirada que habíamos visto ya en la entrada y que, tras leer el dossier de la colección y hacer un research express sobre la obra de Bettineschi, entendí que se trataba de los “dobles ojos” que cuestionan los juicios a los que las mujeres han sido sometidas desde el pasado y hasta la actualidad.
El nombre de la instalación fue “The Next Era”. El timing dio pie también a una conversación con mis vecinos de asiento sobre la difícil “dualidad de conciencia” a la que nos estamos enfrentando actualmente. Por un lado, la guerra entre Ucrania y Rusia, y por otro la Semana de la Moda.
Durante este rápido tour cultural minutos antes de que el show empezara tuve la suerte también de encontrarme con celebs como Anya Taylor-Joy, Alexa Chung y Maria Sharapova. Quienes como yo, contemplaban el increíble set mientras contestaban entrevistas o posaban para una que otra foto.
Aquí entre nos, el desfile empezó unos minutos más tarde que lo habitual. Y aunque entre los susurros del crowd, alcancé a escuchar que el equipo de Dior estaba esperando la llegada de Rihanna para arrancar con el show, no lo creí (pues hasta hace algunos días la cantante y diseñadora había estado dándolo todo en la Semana de la Moda de Milán. Hasta que la vi llegar más guapa que nunca y con el pregnancy glow a tope.
Una vez que badgalriri tomó su asiento (mismo que se encontraba entre Bernard y Delphine Arnault y Xavier Niel) las luces se apagaron y el show empezó.
Algo debes estar haciendo bien cuando Maria Grazia y todos sus invitados (y cuando digo “todos” incluyo a la mismísima Anna Wintour entre ellos) solo están esperando tu aparición para poder proseguir con el calendario de Fashion Week.
Contrario a como lo habría imaginado tras haber visto el diseño del set, el desfile abrió con un look que compuesto de un jumpsuit negro con aplicaciones blancas. Los detalles técnicos del mismo así como la evidente inspiración futurista fueron la mejor forma de introducir la colección que estábamos por ver. A este look le siguieron más en tonos predominantemente negros y acentuados por accesorios estilo athleisure como guantes de carreras, calcetas en color block y equipo de protección de futbol.
Este look and feel era contrarrestado con detalles clásicos y atemporales icónicos de la casa francesa como transparencias y encajes, así como piezas sartoriales, vestidos en corte A y la emblemática bar jacket. A esta primera introducción le prosiguió una paleta de color en tonos gris y beige protagonizada por tartanes, y piezas estructuradas y funcionales. El denim tuvo también una aparición jugando con la silueta femenina y proponiendo un estilo que mezcla sofisticación con vibras andróginas y relajadas.
¿Mi accesorio favorito de la Ready-to-Wear de Dior? Definitivamente los zapatos, que consistieron en una reinterpretación a los icónicos diseños de Roger Vivier en los 50s y por supuesto con el twist futurista que sin duda se convirtió en el elemento insignia de la colección Ready-to-Wear de Dior otoño-invierno 2022-23. Sigue leyendo...
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