Fiel a la temática de la celebración, Kim Kardashian se convirtió en Marilyn Monroe para la MET Gala 2022.
“La idea se me ocurrió después de la gala de septiembre del año pasado. Pensé: ¿qué habría hecho para el tema americano si no hubiera sido el look de Balenciaga? ¿Qué es lo más americano que se te ocurre? Y eso es Marilyn Monroe”, dijo la Kardashian.
Kim Kardashian, más americana que nunca
Para Kim, la MET Gala comenzó mucho antes del 2 de mayo.
‘Me paso todo el día pintándome el pelo, 14 horas seguidas’, contó la empresaria.
El vestido causó un gran revuelo cuando la actriz lo llevó para dar una serenata al presidente John F. Kennedy en su cumpleaños número 45, en 1961.
“Hoy en día todo el mundo lleva vestidos transparentes, pero en aquella época no era así. De cierta manera, es el vestido desnudo original. Por eso era tan impactante”, explicó Kim.
Bob Mackie recuerda el momento: “Después del día en que se dibujó el boceto, no tenía ni idea de para qué servía hasta que aparecieron fotos del evento en el periódico”.
‘Marilyn estaba increíble y logró exactamente lo que pretendía. Los estudios Fox no la dejaban llevar nada demasiado revelador en las películas, por el escándalo del calendario de desnudos anterior. Y a ella no le importaba, porque ya la habían despedido. Su figura estaba en su apogeo, el vestido era un clásico de la moda de la época’.
Cuentan que Monroe le pagó a Jean-Louis 1,440 dólares por la pieza, que se vendió por primera vez en una subasta en 1999 por más de un millón de dólares como parte de la venta de su patrimonio. Luego se vendió por 4,8 millones de dólares en Julien’s Auctions en 2016, y posteriormente fue adquirida por el museo Ripley’s Believe It Or Not. Hasta el día de hoy, es el vestido más caro vendido en una subasta.
“Soy una gran aficionada a las subastas y tengo varias piezas de JFK, así que conozco al dueño de Julien’s. Él me puso en contacto con Ripley’s y así fue como empezó todo”.
La pieza se encuentra guardada en una cámara oscura y controlada a una temperatura óptima de 68 grados y un 40-50% de humedad
Antes de que Ripley’s accediera a prestarle la pieza a Kim Kardashian, la invitaron a probarse una réplica para comprobar su tamaño. Poco después, el vestido original voló en avión privado desde Orlando, Florida, hasta la casa de Kim.
Ver esta publicación en Instagram
No obstante hubo un pequeño percance.
“Siempre pensé que tenía muchas curvas. Me imaginaba que podría ser más pequeña en algunos lugares donde ella era más grande y más grande en lugares donde era más pequeña. Así que cuando no me quedó bien quise llorar porque no se puede modificar en lo absoluto”.
Entonces había dos opciones: adelgazar para entrar en el vestido o encontrar otra cosa que ponerse. En las semanas siguientes, Kardashian siguió una dieta estricta para acercarse a su objetivo: “Me ponía un traje de sauna dos veces al día, corría a gran velocidad, eliminaba por completo el azúcar y los carbohidratos, y sólo comía las verduras y las proteínas más limpias”. Un mes después, el vestido le quedó perfectamente.
Kim Kardashian sólo se puso el vestido original durante unos minutos. De hecho, todo el proceso de vestirse fue toda una sofisticada operación; salió de su hotel en bata y con casetas instaladas en el exterior para ocultar la vista de los paparazzi que la esperaban. A continuación, llegó a un pequeño probador situado junto a la escalinata de la MET Gala, organizado especialmente para la ocasión. Allí, un conservador de Ripley’s la asistió con guantes blancos: ‘Soy muy respetuosa con el vestido y con lo que significa para la historia de Estados Unidos. Nunca querría sentarme en él, ni comer en él, ni correr el riesgo de que se dañe, y no llevaré el tipo de maquillaje corporal que suelo llevar’. Para la fiesta, la empresaria se puso una réplica del vestido que también es propiedad de Ripley’s.
‘Todo tuvo que ser específicamente cronometrado y tuve que practicar cómo subir las escaleras’.
Sigue leyendo...
Corset: historia de la polémica prenda femenina